Capítulo Uno

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Nervios.

Ansiedad.

Nervios.

Miedo.

Nervios.

Pánico.

¿Ya dijo nervios?

Esas emociones eran las únicas que Stiles podía sentir por el momento, las única que su cuerpo podía captar.

—¡Stiles!

Scott grito abriendo la puerta de la casa Stilinski a socorrer a su hermano, quien lo llamo minutos antes, diciendo que necesitaba su ayuda urgente por una nueva amenaza que se encontró al llegar a su casa.

Pobre e ingenuo Scott, realmente no era una amenaza sobrenatural

—¿Stiles?, ¿Qué sucede?, ¡Diablos! ¡Un ataque de pánico!

Sip, ese fue su mecanismo de defensa, aunque ahora se arrepentía, si el ataque de pánico continuaba podría acabar desmayado.

Apartó de un manotazo las manos de Scott, quien cubría su nariz con una mano y su boca con la otra.

—No es tan eficiente como los besos de Lydia pero si funcionó—Comenta Scott con gracia—Ahora, explícame qué diablos sucede.

—Yo, ella, nosotros, él.

Los tartamudeos de Stiles, quien se encontraba en shock, no se detuvieron, por lo que Scott decidió poner remedio a la situación.

—¡Auch!, ¡Scott!, ¡¿Qué diablos?!

—No hablabas bien, no te entiendo.

—¡No es motivo para golpearme!

—De hecho si, ahora, explícate...

Las palabras de Scott se fueron esfumando a medida que el lobo prestaba atención a su entorno, un bolso azul, un asiento de auto para bebés y un biberón se encontraban en la mesa.

—Amigo, ¿Qué diablos está sucediendo?

La risa y el pequeño grito de el niño que se encontraba en el Porta bebés fue lo que necesito Stiles para volver a caer en cuenta de su situación.


Ante cualquier falta de ortografía avisar por favor.

Honey, this is Beacon HillsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora