Capítulo Cuatro

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—¿Heather?

—Si, ¿Quien habla?

—Stiles Stilinski...

Scott observo la mirada incrédula en la cara de Stiles.

—Tal vez deberías ir a verla, hablar en persona—Sugirió el Alfa, quien miraba al bebé cómo si fuera la cosa más maravillosa del mundo.

Y en parte lo es, Stiles se siente orgulloso, en parte, porque hizo un bebé demasiado hermoso, se notaba que estaba inspirado, el niño era su viva imagen, castaño, ojos mieles, con unos lunares en el rostro, su pequeña narizita respingada y la forma de sus ojitos le hacían recordar a su madre, definitivamente era su hijo.

Y la otra mitad de su orgullo, se debía a que el niño era demasiado inteligente para tener tan solo un año.

—Oh, por supuesto que iré a visitarla, gracias por ofrecerte a cuidarlo Scott, sabía que podía confiar en ti.

—¿Qué?, Yo no...

—¡Gracias!—Grito el castaño interrumpiendo a su amigo antes de salir corriendo de la casa.

Debía aclarar todo cuanto antes.

***

—En serio lo siento, pero no Stiles, no lo quiero devuelta, un año fue suficiente para entender que no es mi deber, es un error, no debió de existir, por favor no insistas, vete.

Heather se negaba a abrir la puerta de su cuarto, hace media hora estaba tratando de razonar con ella, pero simplemente no lo lograba.

—No puedes obligarme a hacer algo que no quiero Stiles, tienes todos los papeles que se necesitan, tarde un año en poner todo a tu nombre, tienes la custodia completa, no me meteré en tu vida nunca más, solo, alejate de mí.

Stiles solo se quedó en silencio, nada de esto estaba saliendo como lo planeo, empezando por el niño que aparentemente es su hijo, el que apareció en su puerta esa mañana, y terminando porque la madre de su hijo se negó a abrir la puerta y hablar civilizadamente.

—Hemos tratado de convencerla para que hable contigo—Hablo el señor Graham cuando estaban en la puerta despidiéndose—Pero simplemente se niega, no quiere saber nada del bebé.

—Por favor Stiles—Rogó la señora Graham—No nos alejes de Isaky, es nuestro nieto, queremos estar con él, como lo estuvimos este año, no nos apartes.

—No planeaba hacerlo—Murmuró el castaño—Gracias por cuidar de él, en serio.

Luego de una breve despedida, el castaño estaba devuelta en el Jeep, camino a su casa.

Scott se despidió de él dejando al niño en sus brazos, y huyendo de la casa.

—Bien bodoque—Murmuro el castaño viendo al niño en sus brazos—Seremos tu y yo contra el mundo.

El niño solo río y balbuceo, dejando baba por su ropa.

—No se nada de bebés, así que, iremos con el abuelo John a contarle sobre tu existencia.

El castaño sonrió, y dió un pequeño beso en la frente de su hijo, antes de acomodarlo en el Porta bebés y subirlo al auto.

Honey, this is Beacon HillsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora