16.

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Hoy es lunes, por desgracia.

Me despierto al escuchar el espantoso sonido de la alarma. Me levanto y bajo a la cocina, dónde me encuentro a Fernando con una taza de café en sus manos.

—Buenos días—y le dedico una sonrisa, para mí es demasiado temprano para hablar aún.

Fernando me contó que en la cita lo pasó bastante bien, se siente muy a gusto con ella. Y espera que algún día, lleguen a ser algo más.

Salgo de casa poco después y voy directamente hacia el instituto, dónde en la entrada, me encuentro a Daniel.

—Hey, has estado perdida este fin de semana.

—El domingo estuve en casa, no tenía ganas de salir.

—Por cierto, hemos contratado a una niñera para Maddie.

—¿Sí? Qué bien.

—Sí, espero que aguante con esta.

Vamos a mi taquilla, suena el timbre y nos vamos juntos a clase.

Terminan las clases y bajamos al patio con los demás. Mientras vamos al campo de fútbol, Millie me habla.

—Al parecer mi madre salió con tu...esto, no sé cómo llamarlo—dice ella nerviosa.

La verdad, yo tampoco sé cómo nombrar a Fernando sin utilizar la palabra psicólogo.

—¿Con Fernando?—termino yo por ella y asiente con la cabeza.

—No veía a mi madre tan feliz desde que la dejó mi padre. Espero que Fernando la haga más feliz algún día.

—Me alegro de que tu madre este bien, es una gran persona—y lo digo de verdad, me ha ayudado mucho con todo lo que está pasando.

Nos sentamos en círculo y le digo a Dylan de que me acompañe hoy a la academia de baile para las audiciones, ya que no tengo un coche y en autobús iba a tardar bastante.

—Lo siento, he quedado con Millie para empezar el trabajo de historia—dice el con una mueca.

—Está bien, se lo pediré a otro. Gracias de todas formas—y acto seguido, me da un sonoro beso en la mejilla.

Terminan las clases y le digo a Daniel lo mismo qué a Dylan. Se lo pediría a Chloe, pero ella por las tardes siempre está ocupada.

—Sí, claro. ¿A qué hora te recojo?

—A las cinco y gracias, en serio—le agradezco con una gran sonrisa.

—No es nada, hasta luego camarera—y pongo los ojos en blanco al escuchar el mote que utiliza siempre para dirigirse hacía mí.

Llego a casa y escucho a Fernando desde la cocina cantando una canción de Ariana Grande.

—¿A ti también te gusta Ariana Grande?—le pregunto mientras me río un poco.

—¿A quién no? Va a dar un concierto en verano, ¿quieres ir?

—¿En serio? Por supuesto que quiero ir—y seguimos charlando sobre nuestra artista favorita mientras almorzamos.

Después de comer, limpio la cocina junto con Fernando y le comento lo de la academia de baile.

—Eso es genial, ¿no?

—Sí, pero lo voy a tener bastante complicado con la pizzería. No voy a poder faltar al trabajo.

—Pues ve los lunes, los miércoles y los domingos, son los días que los tienes libres, ¿no?

LOVE YOU (COMPLETA) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora