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—Eh, hola Daniel, ¿qué haces aquí?—le pregunto y cierro la puerta tras de mí.

Él levanta su mirada hasta mí y veo que está llorando. Sus mejillas están rojas,
al igual que sus ojos.

—Oh, Daniel, ¿qué te ocurre?, ¿estás bien?—le pregunto mientras me arrodillo ante el.

—Yo...—empieza a hablar pero rompe de nuevo a llorar y no se me ocurre otra cosa que hacer: abrazarle.

Nunca sé que hacer en este tipo de situaciones, cuándo alguien llora o está mal, no tengo ni idea de que hacer para que esté bien.

—¿Quieres contármelo?—le pregunto en un tono suave cuándo para de llorar.

—Sí, necesito desahogarme de alguna manera—dicho esto, nos tumbamos en mi cama, nuestras espaldas pegadas a la cabecera de mi cama.

El respira hondo y empieza a hablar.

—Hoy hace cuatro años que falleció mi hermana.

—Lo siento mucho.

—Aunque pasen los años, cada año se me hace más complicado.

—Te comprendo, Daniel.

—No puedo hablar con mis padres de este tema, y nuestros amigos no saben nada, por eso he recurrido a ti, sé que ibas a ser la única que lo entendería.

—Siento haberte hecho esperar. Si hubiese sabido que estabas aquí, hubiera venido rápidamente.

—No pasa nada, no quería molestarte.

—¿Quieres ver una película?—le propongo con una sonrisa.

—Claro.

—¿Te gusta Spiderman?—le pregunto, impaciente de saber cuál es su respuesta.

—Sí, no es uno de mis vengadores favoritos, pero sí me gusta.

—Bien, te has ganado mi respeto completo—y nos reímos.

A mitad de película, suena mi móvil y veo que el que me está llamando es Dylan. Dudo si cogerlo o no, pero decido cogerlo.

—¿Sí?

—Hola Kenzie, ¿te apetece ir después a merendar a algún lado?—observo a Daniel, quién está atento a la película. Me da pena dejarlo y más cuándo hoy es un día triste para el.

—No puedo Dylan, estoy aprovechando de que hoy no trabajo para estudiar, ¿lo dejamos otro día?—le miento.

—Está bien, no estudies mucho. Hasta mañana—le cuelgo y veo a Daniel mirándome.

—¿Era Dylan?—digo que sí con la cabeza y el sigue hablando—¿Por qué le has mentido?

—Pues, eh..., no lo sé—y es la verdad, no tengo ni idea de porqué le he mentido a mi novio.

—Déjalo, sigamos viendo la película—suspira y nos centramos en el televisor.

Terminada la película, Daniel se despide de mí, usando cómo siempre su peculiar despedida, hasta mañana, camarera, y sale de casa.

Justo cuándo se va, decido ducharme y bajo a la cocina a ayudar a Millie a hacer la cena. Mientras la hacemos, me habla de cómo era su marido y de las cosas que hacía.

Me cuenta de que dentro de lo que cabe, es una buena persona, pero la traicionó. Un día, Millie llegó del trabajo y ella lo encontró con otra mujer en su cama. Al parecer, el marido creía que Millie iba a llegar tarde del trabajo, pero se equivocó y lo pilló.

Todo eso pasó cuándo Millie tenía seis años, la separación de sus padres le afectó demasiado. Dejó de hablar a sus amigos de toda la vida y se volvió menos sociable. Hasta este año.

Cuándo íbamos a comenzar a cenar, una Millie sonriente llega, saluda a Fernando y a su madre. Sin embargo, a mí me dedica una mirada fría.

Lo que le dije de que no éramos hermanas le afectó bastante por lo que veo.

Después de cenar, me voy a mi cuarto deseando las buenas noches a los demás y caigo en un profundo sueño.

Al día siguiente, me despierto y hago toda mi rutina de siempre. Hoy me he despertado más tarde de lo previsto, por eso tengo que darme bastante prisa.

—¿Quién es la que llega tarde ahora?—me dice Millie al salir al jardín después de haber hecho todo lo que tenía que hacer.

Ruedo los ojos y paso por al lado de ella para dirigirme al instituto.

—¡Buenos días!—me saluda alguien a mi lado cuándo llego a la entrada del instituto.

—Buenos días Liam—le sonrío.

—Va a haber un festival este fin de semana, deberíamos de ir un día.

—¿Por qué no?

—Van muchos famosos, creo que va Ariana Grande—al decir esto, me paro y mi boca forma una gran O.

—¡Tenemos que ir a ese festival Liam!

—Claro que iremos, enana. Pero primero, suéltame, me estás haciendo daño—me dice riendo y me separo de el.

Me he pasado bastante con el abrazo.

—Perdón—le digo mientras me rasco la cabeza, un poco nerviosa.

Llego a mi taquilla y veo a Dylan apoyado en ella. Llego y le doy un tierno beso en los labios.

—¿Estudiaste mucho ayer?—me pregunta y abro la taquilla para meter algunos libros.

No me esperaba esa pregunta.

—Eh, sí, después de que me llamaras sólo estudié un poco más.

—Que novia más estudiosa tengo—me dice mientras me coge de los mofletes.

—Muy gracioso.

Suena el timbre y cada uno se va para su clase. Al entrar, veo a Finn. Desde que he regresado no lo he visto. Le sonrío al pasar por delante de el y esté me devuelva la sonrisa.

—Camarera—pongo los ojos en blanco al escuchar el mote que me puso.

—¿Pasa algo Daniel?—le pregunto y me acerco hasta su mesa.

—No, sólo te quería decir de que cuándo vamos a empezar a hacer el trabajo de historia.

—Si quieres el miércoles cuando termine de darte literatura, podemos empezarlo.

—Bien.

Mientras el profesor explica, estoy pensando en mi entrevista de la beca. Y sí, es hoy. Estoy bastante nerviosa. Necesito esa beca cómo sea, sino, no podré ir a la universidad y no podré estudiar lo que a mi me gusta de verdad.

Terminan las clases y en la salida todos se van, menos yo. Entro de nuevo al instituto y me dirijo hacía el despacho de la directora, ya que ella es la que hace la entrevista.

Media hora después, salgo del despacho y estoy feliz.

Muy feliz.

Me han dado la beca.

Podré ir a la universidad.

Podré cumplir mis sueños.

LOVE YOU (COMPLETA) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora