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Me despierto al notar un dedo acariciando mi mejilla. Abro los ojos lentamente, y me encuentro a Dylan.

—Buenos días—le susurro y vuelvo a cerrar los ojos, ya que se siente muy a gusto que me acaricie la mejilla.

—Creo que deberíamos levantarnos, dormilona—dice Dylan poco después.

—¿Qué hora es?—le contesto, abriendo los ojos de nuevo.

—Casi las doce—y dicho esto, me levanto de un salto.

—Tengo que irme a mi casa—le digo a Dylan mientras me quito su camisa.

—Vale, desayunamos y te llevo.

No le he dicho a Dylan de que tengo una actuación porqué se que el querría venir, y me daría mucha vergüenza.

Al terminar de desayunar, salimos de su casa y nos montamos en el auto. Llegamos a mi casa, nos despedimos y entro.

—¿Hola?—pregunto, al escuchar bastante silencio en la casa.

—¡Estamos aquí, Mackenzie!—grita Fernando desde el jardín.

¿Por qué están en el jardín?

Llego al jardín y veo a Fernando cocinando en una barbacoa. Millie hablando con una señora mayor en la mesa. Y Millie hija está al lado de su madre pero ella está con el móvil.

Me acerco a Fernando y le pregunto.

—Ha venido a visitarnos la madre de Millie y hemos decidido hacer una parrilla aquí. Hace buen día hoy.

—Oh, está bien. Yo me voy a las cuatro al instituto.

—Millie también va a ver el partido, podéis ir juntas.

—Me recoge Dylan.

Me siento en la mesa y Millie me presenta a su madre, Anne. Se le ve una buena mujer y parece muy sabia.

Luego Dylan me llama y salgo de casa.

—¿Preparado?—le pregunto al finalizar nuestro beso.

—Estoy nervioso, ya que jugaremos con el equipo que va en primer puesto, pero voy bien.

Llegamos a la escuela, dónde hay bastantes coches aparcados y muchas personas entrando. Nos bajamos del coche y nos dirijimos directamente hacia los vestuarios, pero yo salgo y voy a las gradas. Veo a las chicas, menos a Millie, y me reuno con ellas.

—Hola—saludo y ellas me sonríen.

—Búa, tengo muchísimas ganas de ver jugar a Daniel—comenta Chloe con una sonrisa.

—Igual, verlo jugar es todo un espectáculo—le apoya Sarah.

Vamos a ver si lo que dicen sobre Daniel es verdad.

Poco después, salen los jugadores del equipo de nuestro instituto. Sale Dylan con el número 07 en su espalda y el de Daniel el 09.

Comienza el partido, con Nathan y Liam en el banquillo, pero con Dylan, Daniel y Scott jugando.

Al rato, Daniel mete un gol haciendo que ellos vayan 1-0, ganando nosotros. Tenían razón las chicas, Daniel juega verdaderamente genial. Incluso mejor que Dylan.

Más tarde, termina el partido, el cuál hemos ganado gracias a Daniel. Han jugado muy bien los chicos en general.

Las chicas y yo vamos a los vestuarios y esperamos a los chicos fuera. El primero que sale es Dylan.

—Has jugado muy bien—le felicito mientras le doy un pequeño abrazo.

—Gracias por venir—me agradece y me da un beso en la mejilla.

—No es nada.

—Me tengo que ir, ¿quieres que te lleve?

—No, no, pero gracias. Hasta mañana—le beso en los labios y dejo que se marche.

Después, sale Daniel junto con los demás. Estamos hablando un rato, nos despedimos y Daniel y yo vamos hacia su coche.

—Has jugado muy bien, no mentía la gente cuándo decían que jugabas de maravilla—y de inmediato, se pone rojo cómo un tomate.

—Pues, gracias.

—Te has puesto rojo—le digo riéndome.

—Bueno, no estoy muy acostumbrado a que me digan cumplidos.

Llegamos a mi academia y veo a varias personas de mi equipo. Le digo a Daniel que se quede en el coche y me bajo para entrar al interior.

—Buenas tardes chicos...—la entrenadora nos empieza a explicar y salimos de la academia para irnos al teatro.

Me monto de nuevo en el coche y pongo la dirección del teatro en el gps del coche de Daniel.

—¿Estás nerviosa?

—No mucho.

Llegamos al teatro y nos bajamos. Daniel entra en la sala, pero el equipo y yo nos vamos a los vestuarios para cambiarnos y peinarnos.

—Bien, mucha suerte chicas, podéis hacerlo genial y lo sabéis—nos anima Ashley y salimos del vestuario para ir a la sala.

La sala tiene un gran escenario y muchos asientos. Demasiados diría yo.

¿Cuanta gente nos va a ver actuar hoy?

Nos colocamos en nuestra posición en el escenario y veo a Daniel en primera fila mirándome atento.

¿Por qué me ha tocado justamente a mí bailar en primera fila?

La música empieza a sonar y comienzo a bailar. Esto se siente mejor que bailar en la academia o bailar frente a un espejo. Aunque me estén mirando cientos de ojos, no me siento para nada incómoda.

Sin embargo, me siento incómoda por solo una mirada.

La de Daniel.

Mientras bailo, intento no fijarme en el ni en su mirada, la cuál no se despega de mí en todo momento.

Momentos después, por suerte, para de sonar la música, lo que quiere decir que hemos terminado la actuación.

Observo a la gente aplaudir con muchas sonrisas en sus rostros. Se nota que les ha gustado bastante. Lo que eso me alegra mucho.

Nos salimos del escenario y la entrenadora nos da la enhorabuena.

—¡Abrazo de grupo!—dice ella, todas nos reímos y vamos a abrazarla.

Me cambio rápidamente para que Daniel no tenga que esperar y salgo del vestuario. Mientras salgo del teatro, muchas personas me felicitan por la actuación y yo les doy las gracias educadamente.

—Lo has hecho súper bien—me dice Daniel al llegar a su coche y me da un abrazo.

Vaya, eso si que no me lo esperaba.

—Muchas gracias.

—¿Te llevo a tu casa?—me pregunta al montarnos en el vehículo.

—Sí, por favor.

Llegamos a mi casa, le doy las gracias de nuevo por haberme acompañado y entro.

—Kenzie, hay dos amigas tuyas en tu habitación. Han venido hace poco—me dice Fernando.

—Está bien.

Subo corriendo a mi habitación y me encuentro a las personas que menos me esperaba.

Emily y Sasha.

***

Pd: hoy hay maratón😜🖤

LOVE YOU (COMPLETA) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora