Terminaron los exámenes y con ello llegó la propuesta de la delegada: celebrarlo juntos. Esa celebración consistía en ir a cenar y salir de fiesta todos. No costó demasiado que se pusieran de acuerdo, para la fiesta nunca había impedimentos. Yo tampoco dudé demasiado, tenía ganas de pasarlo bien, al fin y al cabo, se habían terminado los exámenes y el curso, me merecía una fiesta. Sabía que no iba a ser una fiesta cualquiera, menos aún con todo el problema con Vanesa, pero eso no iba a frenarme.
Era la hora de elegir la ropa. Eran las 7, habíamos quedado a las 9 en el Gino's de Vila Olímpica, es decir, tenía que darme prisa. Me puse un pantalón negro ceñido, un bralette negro y una americana, acompañado de unos buenos tacones. Mi melena ondulada libre de toda atadura. Me maquillé y cuando salí del baño me encontré con Paula de frente.
- ¡¡¡Pero bueno!!! ¡Qué guapa va usted!- dijo Paula sorprendida.
- No digas bobadas.-dije riendo.
- Malú, ¿pero tú te has visto? Casi me da un infarto, madre mía chica. Hoy a más de una se le van a caer las bragas al suelo, pero la primera la menda.-dijo alzando el brazo.
Reí y negué con la cabeza. Salí del baño y me preparé un pequeño bolso, miré el reloj: 20:15h tenía que volar si quería llegar bien de tiempo. Me despedí de Álvaro y Paula y me marché. Fui a la parada de metro y corriendo cogí el billete. Mientras corría entre la muchedumbre pude diferenciar entre la multitud a Clara, intenté evitar un cruce de miradas. Aproveché un despiste suyo para avanzar y subir dos vagones por delante del suyo. No quería una confrontación o situación incómoda tan temprano. Después de un largo trayecto, bajé del metro. Todavía debía andar un poco hasta llegar al restaurante. Era el restaurante de la cadena del amigo de Vanesa, Manuel. Aquel día fue un día precioso, aunque ahora de poco servía recordarlo.
Después de andar unos instantes, llegué al restaurante, noté una mirada tras de mí. Sabía perfectamente quien era así que no me giré. Subí las escaleras del paseo en dirección el restaurante. Una vez allí, vi que prácticamente ya habían llegado todos, pero aun quedaba algún hueco. Me senté al lado de Adrián, uno de los chicos con los que bajaba a fumar. Era un buenazo. Poco después de sentarme, entró Clara, la cual se sentó justo enfrente mío, donde todavía quedaba otra silla vacía a su lado. Justo había dos libres, una a su lado y otra al mío. Lo mejor, faltaba Vanesa por llegar.
- ¿Qué guapa vienes, no?-dijo Adrián sacándome de mis pensamientos.
- La ocasión lo merece.-respondí sonriente.
- Ahí no te voy a quitar la razón, después de las dos semanas que hemos pasado, ya nos lo merecíamos.-dijo asintiendo.- Por cierto, no te gires pero, ¿te ha pasado algo con Clara? Porque no deja de mirarte y no precisamente sonriente.-dijo acercándose más a mí.
Miré de reojo. Adrián estaba en lo cierto.
- Ya te contaré, la noche es larga, querido. Pero esto solo acaba de comenzar.-respondí resoplando.
- Pero bueno, que hay salseo, esto no me lo pierdo, no voy a quitarte ojo, morenita.-dijo riendo.
Le di un golpe en el brazo mientras sonreía. Sonrió y volví mi mirada al frente, cuando noté una presencia a mi lado, volví la mirada hacia ese lado y vi a Vanesa. Iba a sentarse a mi lado. No supe reaccionar.
- Buenas noches.-dijo sonriente.
- Buenas noches.-respondí atónita.
Miré al frente, Clara nos fulminaba con la mirada, tenía el semblante serio. Muy serio. Adrián me miró con el ceño fruncido, no entendía qué estaba pasando. Le hice un gesto dando a entender que ya le explicaría todo aquello. Durante la cena las miradas no cesaban. Empezaba a cuestionarme si había hecho bien saliendo y apuntándome a la cena. No me apetecía demasiado tener jaleos. Estos comportamientos infantiles bajo amenazas me sobraban demasiado. Mientras algunos terminaban de comer, aproveché para ir al baño. Al salir me encontré a Clara de frente. Rodé los ojos y suspiré.
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INDOMABLE
Fiksi PenggemarEl alma indomable de quien se alimenta de sus sueños y de la vida, no entiende de rutina, frenos ni muros.