Se marchó, vi a Sara perderse entre la multitud. Sin un beso, solo una caricia en la mejilla. Agaché la mirada.
- ¿Vas a llorar por ella? Lo que me faltaba por ver.-dijo rodando los ojos.
- ¿Qué buscas de mí? ¿Joderme la vida? ¿Intentar que no sea feliz con nadie más?-dije hastiada.
- Busco que dejes de engañarte.-dijo encendiéndose un cigarro.
- Ah, yo me autoengaño. Vaya. Tú tienes muchísima cara.-dije negando con la cabeza.
- Malú, sabes de sobras que por mucho que te la folles a ella, piensas en mí.-dijo dando una larga calada.
- Creo que aquí la única que se engaña eres tú, tal vez porque es más fácil echarme las culpas a mí, sacando de ti toda responsabilidad. Lo que sea que tuvimos se terminó porque la cagaste y no quisiste asumir las culpas de verdad, porque te pusiste del lado de alguien que se estaba pasando y mucho conmigo, pero que tenía poder. Mucho poder. Sucumbiste a los chantajes, a sus influencias y te dejaste manipular. Te dejaste en el buzón todos tus principios, tal vez para otra vida.- espeté harta de su discursito de superior.
- Eso no es así. Tú no quisiste entender que yo pudiera tener miedo. Me vino todo de golpe, sin yo tener idea. Nunca imaginé que la persona de la que me estaba enamorando llevaría a sus espaldas todo eso. No es tan sencillo, Malú. De un día para otro pasé de ser la que besaba tus labios a parecer tu enemiga, sin ser yo nada de eso.-dijo nerviosa.- Te empeñaste en ver en mí a tu rival. Clara, a la que tanto odias fue la única que me respaldó, entendió mi miedo y no me dejó tirada.-añadió con reproche.
- Cómo no, Clara, Clara y Clara. Es que es flipante. No te das cuenta de que todo esto era su objetivo. No te das cuenta de que te manipuló, de que ella lo tenía todo pensando y planificado.-dije harta.
- Clara no es el monstruo que tú te crees, al menos ella va de frente y es mucho más comprensiva de lo que te imaginas.-respondió desafiante.
- Mira es que yo no sé ni qué hago hablando contigo, si total, ¿para qué?-dije dándome por vencida.
Ella no iba a abrir los ojos, no al menos aquella noche.
- No te vayas.-dijo cogiéndome de la muñeca.
- Vanesa, basta. Estoy cansada de todo esto. Me hace daño aunque no te lo creas.-dije mirando hacia el suelo.
- Yo... te quiero, Malú.-dijo acariciando el dorso de mi mano.
Suspiré profundo. En mi cabeza se iniciaba una guerra compleja. Una parte de mí la detestaba, todo aquello no había estado nada bien ni acertado por su parte. No quería tener una relación así, tóxica, donde en cualquier revés me sintiera sola, desamparada, ojo del huracán incluso sin serlo. Otra parte, situada en una zona más lejana de mi interior, aún se revolvía al mirarle a los ojos. Ella fue una de las primeras personas que conocí al llegar y no todo fue tan malo. También estaba Sara. Ay Sara. Ella, que nunca se había achantado a nada y había llegado dando aire a mi vida. Ella me había vuelto a poner la sonrisa en la cara.
- A veces, eso no es suficiente Vanesa.-dije elevando mi mirada hasta sus ojos.
- ¿Y qué es lo que necesitas?-preguntó.
- Pues espacio, respeto y pensar.-dije sin apartar la mirada de sus pupilas.
- Vente a mi casa.-sugirió.
- No, es mejor que no.-dije frunciendo el ceño.
- Vamos, te mueres de ganas.-dijo ladenado su sonrisa.
- No Vanesa, no me muero de ganas.-respondí seria.
- No te sigas haciendo la dura, Malú. Estoy ya muy harta de tu actitud altiva.-dijo algo enfadada por mi rechazo.
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INDOMABLE
FanfictionEl alma indomable de quien se alimenta de sus sueños y de la vida, no entiende de rutina, frenos ni muros.