Capítulo 22

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Y llegó la noche. Íbamos a salir de fiesta los tres juntos.

- Venga, venga, poneos bien guapos que hay que petarlo esta noche.-dijo Paula desde su habitación.

Parecía una entrenadora de baloncesto animando al equipo antes de salir a la pista a jugar el partido.

Por mi parte me puse un tejano negro ajustado con un corte en cada rodilla, unos tacones del mismo color pero con un tacón de infarto, un body blanco liso y ondulé mi melena. Me maquillé lo justo y me senté en el sofá a esperar a Paula y Álvaro. El primero que se unió al sofá fue Álvaro, llevaba una camisa hawaiana y unos vaqueros rotos. Había recogido su melena en un moño y eso dejaba al descubierto el nuevo rapado que se había hecho el cual empezaba en la nuca y llegaba a la altura de sus orejas. Se había recortado la barba y la verdad es que estaba francamente guapo. Paula se demoró más, bastante más. Concretamente salimos de casa a las 0:30 y Álvaro y yo llevábamos listos desde las 23. Pero bueno, tampoco se nos hacía extraño, Paula era así. Hacía algo de frío, así que cogí una chaqueta tejana por si acaso.

Así que a las 0:30 salimos los tres dirección a nuestra primera parada: La Taberneta. Allí cogimos el puntillo entre risas y misteriosos piques entre Álvaro y Paula. Estábamos ya apunto de cruzar el umbral de la puerta de salida cuando delante de nosotros la puerta se abrió y entraron en el local Vanesa y Clara. Iban de la mano. Estábamos frente a frente. Cuerpo a cuerpo. No negaré que me lo esperaba pero aún así, me sorprendí. Supongo que una parte de mí, todavía quería que aquello fuera un sueño. Realmente yo no tenía la fuerza ni entereza que había intentado mostrar los anteriores días. Supongo que aunque me fastidie, aquello tan efímero se me coló demasiado dentro como para olvidarlo cerrando los ojos. Miré a Vanesa con la decepción metida en lo más profundo de mi ser y salí.

- No te vengas a bajo con esto.-dijo Paula acercándose a mí.

- No, tranquila.-dije disimulando.

- Ya, claro. Escúchame, hoy es nuestra noche, no dejes que algo ajeno te fastidie la noche.-dijo acariciándome la cara.

Asentí y continué caminando. Llegamos a nuestro segunda parada: Arena. Antes de entrar nos encendimos un cigarro en la entrada. A lo lejos, como si de un espejismo se tratara, vi a Sara. Iba con un grupito de amigas. Aquello me sorprendió, no la esperaba allí. 

- ¿Pero a quién tenemos ahí?-dijo Paula dándome un codazo leve cuando vio a Sara.

Sonreí y negué con la cabeza.

- Eres horrible.-dije dando una calada más a mi cigarro.

- Ya, ya, pero esa sonrisa de encoñada no me engaña amiga.-contestó riendo.

- ¿Habíais quedado?-preguntó Álvaro.

- Que va, si yo salía con vosotros, me pilla de sorpresa verla aquí. Me parece antagónico.-respondí.

- ¿Y a qué estás esperando concretamente? Quiero decir, ¿por qué no estás yendo ya para allí?- respondió el rubio.

- Ahora los dos estáis compinchados, genial.-respondí riendo.

Entre ellos se chocaron los cinco y se pusieron espalda contra espalda como el Team Rocket. Vaya par. Negué con la cabeza.

- Me acercaré cuando estemos dentro.-dije volviendo a dar otra calada.

- Pues venga, fuma rapidito que queremos salseo.-contestó riendo Paula.

- Qué suplicio de persona.-dije expulsando el humo de mi boca entre carcajadas.

- No finjas, te encanto.-respondió elevando las cejas.

Negué con la cabeza con una amplia sonrisa en la cara. Di la última calada al cigarro y nos adentramos al local. Nada más entrar empezó a sonar LA canción: "Ella me levantó" de Daddy Yankee. Esas trompetas me habían levantado tantas fiestas... Los tres nos desatamos en ese instante. El perreo entró en lo más profundo de nuestros cuerpos ebrios. Bailamos hasta que terminó la canción. Cuando terminó nos miramos y reímos. Miré hacia el local. Allí estaba Sara, sentada en un taburete, mirándome desde la barra con una sonrisa en los labios. Me acerqué sin pensarlo. 

INDOMABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora