44. El restaurante

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Salí de casa y vi a Jumin esperándome en la puerta. Cuando me vio, me miró de arriba a abajo durante unos segundos, y luego se dispuso a hablar.


Jumin:

Finalmente te lo pusiste. Sabía que te quedaría perfecto.


MC:

Me lo puse porque no tenía otra cosa. No te creas que fue por ti.


Jumin:

Mmm, la próxima vez le pediré a mi costurera que te tome las medidas para encargarte más vestidos. Es un cambio asombroso.


MC:

¿Perdona? ¿cómo siquiera sabes mi talla?


Jumin:

Bueno... me he fijado detalladamente en tus proporciones.


MC:

¿Cómo dices?


Jumin:

¿Vamos? Mi chófer está esperando.

Él me ofreció su brazo para caminar, el cual rechacé, para seguir de largo, y me metí en el coche rápidamente.


Chófer:

¿Todo bien, Sr. Han?


Jumin:

Sí, adelante, Sr Kim.

Arrancamos y fuimos al lugar en completo silencio. Cuando llegamos, Jumin fue a abrirme la puerta del coche, pero pasé de él y salí por el otro lado.


Jumin:

¿Estás bien? Te noto molesta.


MC:

No necesito que nadie me abra la puerta, ni que planifiquen mis citas, ni me digan como tengo que vestir.


Jumin:

Yo no te he obligado. Y el vestido es un regalo.


MC:

Yo no te lo pedí.


Jumin:

Por eso se llama regalo.


MC:

¿Qué pretendes con todo esto?


Jumin:

Estamos aquí para hablar de la asociación. Nada más.


MC:

¿Y por eso haces todo esto?


Jumin:

EngatusadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora