56. Tregua

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Seguía durmiendo cuando de repente, escuché una voz que me sobresaltó, y abrí los ojos, encontrándome a Natsume en la puerta. Seven y Jumin seguían dormidos, apoyados en mis hombros, y rodeándome con sus brazos.


Natsume:

¡Qué cojones! ¿te acostaste con los dos?


MC:

¡N-no es eso!


Seven:

¿Uh? ¿qué está...? ¡oh!


Jumin:

Mmm, buenos días, ¿qué es ese escándalo?


Natsume:

¡¿Pero qué mierda?! ¡¿no la habréis hecho nada, pervertidos?!


MC:

C-cálmate, nos quedamos dormidos, y no pasó nada.


Seven:

¡E-exacto! ¡n-nada de nada!


Natsume:

¡¿Os quedasteis dormidos en su cama?!


Jumin:

¿Cuál es el problema? No deberías ser tan ruidoso por la mañana.


Natsume:

¿Pero qué...?


MC:

M-mejor iros.


Seven:

S-sí, ¡luego hablamos! ¡bye! ¡arrivederci! —Seven se levantó rápido, como un rayo, y se fue corriendo.


Jumin:

Ejem, bajaré a desayunar, ¿quieres que te traiga algo?


MC:

No, gracias, ¿podrías irte?


Natsume:

Sí, lárgate.


Jumin:

Deberías de mirarte esa rabia interna, podría provocarte problemas cardíacos si no te cuidas. Me marcho. Luego hablamos, MC. —Jumin se levantó, todo digno, y se fue.


Natsume:

¡Y ahora explícame! ¿por qué estaban ambos en tu cama?


MC:

Te lo he dicho, nos quedamos dormidos.


Natsume:

¿Seguro que solo dormisteis? ¿te tocaron en algún lugar indecente?

EngatusadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora