NARRADOR.
Keith Morgan podía ser muchas cosas, podía ser un patan, podían tacharlo de criminal y hasta lo podían insultar las veces que quisieran; pero había algo de que no podían tacharlo, de ser un mal padre.
Keith estaba en un sillón especial cargando a su bebé sin camisa, eso era un deleite para las enfermeras y mamás que estaban ahí, pero a Keith no le importaba una mierda, a Keith solo le importaba el hecho de que su bebé esté sano y que pueda cargarlo. Ya era la segunda vez que lo cargaba desde que Johnny nació. La primera ves no lo aguanto más y se rompió a llorar, si, el chico más temido de Manhattan se rompió a llorar por el hecho de ver a su hijo.
Por otro lado Abby aún estaba inconsciente, llevaba más de un día en ese estado, los doctores dijeron que despertaría en cualquier momento, pero que ya se encontraba estable; Grace, Jared, West y Sky estaban esperando por Abby mientras que Mía había ido por algo de comer.
Keith dejó al bebé en la incubadora con ayuda de la enfermera, debía dejar que alguien más que él vea al bebé, así que salió.
— Pasa —le dijo a West, este asíntio y entró.
Albert se tuvo que retirar no sin antes decir que regresaría para ver a Abby, él pudo ver a su Nieto justo después de Keith.
— ¿Como te fue, hermano? —le preguntó Jared a Keith.
— Dios, cada vez que veo a ese Niño me enamoro mas y más —habla el boxeador.— siempre ame a ese bebé, sin conocerlo ya lo quería pero maldicion, ese Niño me podrá hacer su perra y yo cederé con una jodida sonrisa en mi cara.
Jared sonrió, Grace dormía en su hombro y este la abrazaba.
— Estamos juntos de nuevo —mencionó Jared.
— No la vayas a cagar ahora, porque seré yo el que patee tu trasero —habló Keith.
— Está ves no, hermano, ya estoy tan malditamente enamorado de ella que no me veo con alguien más —habló el chico mirándolo con una sonrisa en su rostro.— La amo.
Grace sonreía sin moverse, ya que estaba escuchando todo.
— Así debe ser. Tu sabes que desde el momento que vi una foto de Abby me encantó —dijo Keith, admitiéndolo.
La historia de como Keith conoció a Abby era muy distinta a la de Abby. Keith estaba harto de Jared ya que le decía que había conocido una candente rubia en el supermercado, me mostraba fotos de su Instagram pero en varias veía a una chica, una misteriosa chica que llamaba su atención hasta que en una de tantas se atrevió a preguntar. "Oh, es Abby, la mejor amiga de Grace, si quieres puedo invitarla a tu próxima pelea" y accedió, debía conocer a esa misteriosa chica. Y lo hizo, mucho mejor de lo que esperaba, terminó haciéndolo con ella en el sillón de el camerino, en la mesa, en el baño y en muchos lugares de ese lugar, sinceramente no durmieron. Keith amo a esa chica, tan atrevida, tan sucia, tan peculiar en ese momento. El moría por verla un día después de lo que sucedió, pero lamentablemente tenían peleas programadas. Semanas después se enteró que estaba embarazada, fue un golpe abrupto hacia el, jamás pensó que iba a tener un hijo, tú trabajo no era el mejor para criar a un niño, pero demonios, podía hacerlo, podía. La chica y el tenían una extraña conexión que no supo que hacer en el momento que la vio, así que sin más se disputó a buscarla, se dispuso a correr por ella lo que fuera necesario. Porque él sabía que ella valía la pena, sabía que chicas como ella no se encontraban dos veces en la vida, lo supo desde el momento que él la vio.
Ahora, ahí estaba junto a su mejor amigo, la mejor amiga de su novia, su cuñada, su hermana que había regresado con su sándwich casi nueve meses después, de tantas cosas vividas, tantas lagrimas, tantas risas, tantas peleas. Keith "El intocable" Morgan supo que estaba completo.
— ¿Familiares de Abigail O'Connor? —preguntó del Doctor.
Todos los presentes se levantaron.
— Ella despertó.
Todos se levantaron, Keith era el que caminaba más rápido, estaba tan entusiasmado que no sentía sus osos avanzar. La puerta se abrió, el la miró.
— Nena —sonrió al verla, el se acercó a verla dándome un dulce y cálido beso en los labios.
Ella sonreía. Tenía ojeras sumamente marcadas, pero eso le hacía verse más hermosa ante los ojos de Keith.
— ¿Como está mi bebé? ¿Como esta Johnny? —preguntó mirando a todos lados.
Todos miraban desde la puerta, ninguno se atrevía a decir algo, pensaban que hasta moverse arruinaría todo.
— Está excelente, lo tienen en la incubadora por simple protocolo —dijo acariciando su cabello.— es un bebé fuerte.
— Como su padre —dijo ella.
Ambos sonrieron, abrazados. Minutos después la enfermera entró con el bebé.
— Keith —chilló emocionada Abby estirando los brazos para tomar a su bebé.
Keith abrazo a Abby mientras tenía al pequeño.
Todo estaba perfecto; todo marchaba ala perfección y todo mundo lo sabía.
Keith "El intocable" Morgan estaba feliz, teniendo lo que jamás pensó en tener, una familia y no solo se refería a Abby y su hijo, tenía a Jared, tenia a sus hermanos, tenía a Grace, tenía a la familia de Abby, inclusive tenía al idiota de Vincent quien aunque él fingía que no le agradaba del todo Keith sabía que en su interior, muy, muy, muy en su interior lo quería, también tenía a Leah, tenía a Joe.
El jamás había crecido con una familia estable, tenía un padre abusivo, un padre que no merecía ser llamado así, una madre drogadicta, Keith jamás se sintió en familia, Keith jamás pensó tener una familia porque siempre pensó que su vida era un patrón; maldad, abuso, peleas, golpes, miseria.
Pero él supo darle una patada en el trasero al destino.
Ahora, después de correr por ella lo consiguió.
FIN.
¿O no?
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Running for her.
ChickLitCerre los ojos. - Hazlo tu, en serio -Dije. - Bien bien. Ella se levanto y tomo las pruebas. - Pues voy a ser tia. #7 /09/2016 chick-lit ❝fecha de publicación 04/junio/2016❞