Aventura Inolvidable -Hogwarts Mystery.

Capítulo 4- Charlie

De todas las clases de Hogwarts, la de vuelo era la que menos me gustaba, ¿Por qué? Demasiada acción, ya tuve suficiente de eso; y bueno, el hecho de que Rowan me esté jalando para presentarme a alguien de mi nuevo grupo de amigos tampoco era algo por lo que estuviese muy contenta, la verdad.

-¡Oh, ahí está! -exclamó Rowan al localizar a alguien. -¡Ben! ¡Ben! ¡Por aquí!

El chico al que ella había llamado, nos miró y se petrifico en su lugar, encogiéndose en él; casi podría jurar que estaba asustado... casi, si tan solo no sonase tan estúpido...

Actuaba como si lo fuéramos a atacar o algo.

Nos miró y lo vi temblar por el rabillo del ojo.

Si estaba asustado.

Por su actitud puedo decir que Ben no va a forzarse a ser mi amigo ni tratara de ser amistoso conmigo.

-Ben, ella es Skylar. -me presentó Rowan al chico, quien aún me miraba con un deje de miedo.

Ben era un Gryffindor, un chico un tanto alto y rubio, un rubio oscuro; tenía el mentón recto y definido; y si no fuese por su personalidad de cobarde que lo hacía encorvarse y verse más pequeño.

Me medio sorprendí que no lo reconociese del tiempo que había pasado inadvertida.

-Hola. -dije intentando de parecer amistosa, sin mucho existo.

Bueno, no me juzgen, socializar no es lo mío; ya estoy haciendo suficiente con este intento.

-H-hola - tartamudeo él, un poco tímido -. Ya te he visto antes.

Me sorprendió y gusto el que dijera eso, al menos alguien más sabia de mi existencia sin tener que haberme presentado primero ni haber llamado su atención antes lo suficiente para que me hablara; además de Rowan, claro.

Además de que era el primero del grupo de amigos al que no conocía antes de él a mí, y eso que iba a mí misma casa.

- ¿Qué te pasa? -pregunté; a lo mejor no estaba asustado de mí.

-Es que le tengo miedo a las alturas. -me confesó Ben.

-No te preocupes, no te va a pasar nada. -le aseguré, tratando de sonreír, pero me salió más una mueca.

-Ben le teme a todo lo que se mueva o exista -dijo Rowan, riendo.

- ¡No es cierto! -exclamó Ben, frunciendo el ceño y mirando a Rowan; hasta que su ceño fruncido se transformó en uno de duda y desenfoco su mirada de mi amiga pensando mejor sus palabras. -Bueno... Sí, es verdad.

Me reí.

Entonces el silbato de Madam Hooch me sacó de mi pequeño momento de felicidad; la clase de vuelo había comenzado.

Todos nos posicionamos en nuestros lugares; como siempre a dos filas, unos frente a otros; y a nuestros pies se encontraban nuestras respectivas escobas.

Al parecer Madam Hooch quería asegurarse de que a las personas que no les gusta el vuelo, no hubiesen olvidado como era montar a una escoba sin caerse en el intento; así que nos dedicamos a llamar a la escoba y levitar un poco; y todo iba muy bien a decir verdad, hasta que vi a Ben recordando sus palabras.