Aventura Inolvidable -Hogwarts Mystery.

Hogwarts (extra)

Sufrimiento, solo eso quedaba.

Ya no tenía nada.

Ya no me quedaba nada.

Ya no tenía razones para seguir viviendo, pero tampoco podía morir.

Ya no sabía cuál era la parte fascinante de la vida, la había olvidado, o quizá nunca existió.

Todo lo que ocurría, lo que me rodeaba, y veía desde que Seth había muerto carecía de sentido, importancia, felicidad; estarme mudando de un lado a otro hubiera sido algo que habría dejado de hacer de no ser por el dolor de cabeza que era que los demás lo notaran, se dieran cuenta, te investigaran, te pudrieran más la vida de lo que ya era.

Dicen que todo lo que has hecho, la vida te lo regresa.

Solo me preguntaba a quién mierdas le había hecho tanto daño, porque no lo entendía, dicen que siempre tenemos más opciones, pero, ¿cuál era la otra opción para mí ahora? ¿cuál?

—No sé quién diablos seas, pero creo que estas en el lugar equivocado. —dije sin dejar de mirar el edificio frente a mi ventana.

Un siglo más, quién sabe cuánto tiempo habrá pasado desde... desde...

No importaba, ya no importaba el año, ni el lugar, ni nada. Pero debía admitir que 1985 tenía un toque diferente a todo, parcia un poco más... ¿cómo lo llamaba él? Oh, si... mágico.

— ¿No me oíste acaso? Te dije que te equivocaste de lugar. —le repetí al señor que había entrado hace un rato ya, pero se había limitado a guardar silencio y observar todo detalladamente.

—Oh, señorita Hell, dudo mucho haberme equivocado de lugar. —dijo y luego se acercó y tomo asiento al otro lado del sillón en el que me encontraba.

— ¿Entonces me invitaste porque soy un bicho raro? ¿Le preguntaste por mí al viejo del edificio acaso?. —no me sorprendía el hecho de que supiera mi apellido, a veces no lograba pasar del todo desapercibida. —Terminemos con esto y dime que quieres.

— Creo que usted sabe perfectamente que el señor del edificio tampoco sabe quién es usted. —el viejo tenía una voz muy pasible, entonces por primera vez lo miré, tenía el pelo blanquecino y una barba muy larga, tanto que me recordaba al viejo Merlin, pero él no lucia ofendido o enojado, de hecho, no pude descifrar su expresión.

Luego me dio una sonrisa... ¿de compasión?

—¿Entonces? ¿se va a quedar todo el día ahí o me dirá porque está aquí?

Él suspiro.

—Señorita, Hell, ¿No se cansa de estar de pueblo en pueblo? No importa cuánto se mude, pronto se le terminarán las opciones, sin mencionar que es algo muy cansado... —me sorprendió un poco que supiera tanto e mí, pero no dije nada y lo seguí mirando — Fue difícil encontrarte, te estuve buscando por un largo tiempo, pero te mueves rápido, no dejas huella alguna, no tienes registros y te ves de 16 años, pero eso ya lo sabías, ¿verdad?

—¿Y cómo sabe que...?

— ¿...Eres inmortal? —me cortó —Sé muchas cosas, pero vamos a mantener esta incógnita, el asunto es, que te tengo una oferta.

No creo que me vaya interesar nada de lo que tenga que ofrecerme un viejo barbudo.

—No me interesa. —me apresure a decir —me las he arreglado sola todo este tiempo, no sé cómo lo sabe y no me interesa saberlo, pero si aún la corte mágica o el ministerio no ha venido por mí, es porque no lo ha dicho, así que asumo que es una persona inteligente, por que meterse conmigo es muy peligroso.