Capitulo 10

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Salimos del orfanato y fuimos al estacionamiento, pero cuando nos acercamos al vehículo supe que no debí haberme ido en vestido.

Claro, si es que a unos caballos se les puede llamar vehículo.

— ¿Te gustan?

— ¿Enserio?, Estás loco si piensas que me voy a subir en él.

—Oh ¡Vamos! ¡Eres una gallina! ¡GALLINA!—empezó a mover sus brazos como si fuera una gallina.

—No, no lo soy ¡Además vengo en vestido! —dije.

—Ese no va a ser un problema para mí.

—Eres un pervertido.

—Bueno, para que no digas que quiero ver lo que llevas debajo del vestido, te acompañare a tu dormitorio a que te cambies.

—Bien. —rodé los ojos.

Caminamos a lo largo del estacionamiento, entramos al orfanato y lo atravesamos hasta llegar a mi dormitorio. Estaba abriendo la puerta pero escuche que alguien me llamaba por detrás.

— ¡April! —dijo Thomas.

— ¿Si? —Esto era lo único que me faltaba.

— ¿Qué haces con este? —hizo una mueca señalándolo.

— ¿Perdón?, me llamo Stephen. —contesto.

— ¿Qué haces con este? —Volvió a preguntar.

—Thomas no es momento para tus celos, y Amy lo mando a buscarme. —Stephen me miro sorprendido hasta que entendió porque lo hacía y me siguió el juego.

—Así es, ya nos íbamos, pero le estaba diciendo que se cambiara porque tenemos otros planes. —dijo Stephen.

—Ah ok, entonces que les vaya bien. —lo mire mal—Adiós.

Termine de abrir la puerta y entramos a mi habitación, Stephen la observaba con detalle, pero se detuvo en la fotografía de mis padres.

— ¿Son tus padres? —pregunto.

—Sí, así es, ah gracias por no delatarme con Thomas.

—No fue nada. —me guiño el ojo.

Sonreí y me fui al armario a buscar ropa, encontré un jean y una camisa sencilla, así que me dirigí al baño y me vestí, al salir me puse unas botas de amarrar y ya estaba lista.

—Bien, vamos.

—April ¿te puedo hacer una pregunta?

—Emm sí.

— ¿Tus padres te abandonaron o murieron?

—Todo es muy confuso, algunas personas me dicen que murieron un año después de que nací, pero otras dicen que me abandonaron, opto más por la segunda opción, pero hay varias posibilidades.

—Es triste que las personas puedan llegar a hacer eso.

—Si demasiado.

—Bien, ahora sí, vamos. —me dijo.

—De acuerdo.

Volvimos al estacionamiento y Stephen me ayudo a subir al caballo que había traído, luego el subió al suyo, no me gustaban mucho los caballos pero los soportaba, Stephen amarro mi caballo al de él y empezaron a andar.

—Por favor no vayas muy rápido.

—Descuida, no quiero matarte.

Ya habíamos andado por más o menos una hora, y creo que no era buena idea estar en caballos de noche.

—Stephen

— ¿Si?

— ¿No es mala idea estar en caballos tan tarde?

—No te preocupes ya casi llegamos. —sonrió.

—Bien.

—Oye April ¿Por qué no le contaste a Thomas que hoy saldríamos?

— ¿No viste sus estúpidas escenas de celos?

—Bueno si, pero igual si son novios debería haber más confianza.

—Si eso creo.

—Aja, y tampoco es como que yo te quiera violar o algo así.

—Sí, Stephen ya entendí.

—Bueno.

Pasaron más o menos unos 15 minutos, y estábamos a las afueras del pueblo, más exactamente afuera de una casa muy grande, era como una mansión, bueno no era “como” definitivamente era una mansión.

Tenía una piscina como de 100 metros afuera, la mansión era blanca y muy bonita.

—Es aquí. —dijo Stephen.

—Uau. —fue lo único que pude decir.

—Sí, eso dicen todas las chicas a las que traigo. —lo mire mal. —bueno, tu vivirás aquí posiblemente, así que no te hagas la sorprendida.

—No me hago la sorprendida.

—Ajam si, como digas. Será mejor que entremos.

— ¿Tus padres están?

—Nop, salieron. —dijo sonriendo.

Stephen bajo del caballo y estiro los brazos para alcanzarme cuando callera, salte y el me atrapo, luego me dejo en el suelo.

—Gracias. —dije y el me guiño un ojo.

Sin razón, con locuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora