Capitulo 22

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El resto de la tarde estuve en mi nueva habitación, viendo televisión o simplemente observando a la gente pasar por el balcón. También di unas cuantas vueltas por la casa para irme acostumbrando a la idea de vivir aquí; era muy grande, tenía como mínimo 6 dormitorios.

Amy y Brian han estado todo el día en casa, y según lo que me ha contado Stephen esto no es normal aquí.

—April, Stephen bajen a almorzar. —oí que me llamaban.

Salí de la habitación y fui al pasillo, gire para ver si Stephen había salido y efectivamente fue así. Él estaba detrás de mi apoyado en el marco de la puerta de mi habitación con los brazos cruzados.

—Actúa como mi hermana. —me dijo.

—Es lo que somos ¿no?  —di media vuelta y empecé a caminar dirigiéndome a las escaleras, pero antes de que diera un paso más me detuvo del brazo.

—Solo has lo que te digo.

Me solté de su agarre y continúe mi camino hacia las escaleras, al llegar a la primera planta me dirigí al comedor.

Amy y Brian estaban sirviendo la cena, así que me senté y Stephen se sentó a mi lado. Me miro y me sonrió, yo le devolví el gesto; sus padres no se dieron cuenta.

Amy sirvió la cena y todos comimos en silencio, Brian fue el que decidió romper el silencio.

— ¿Te ha gustado la cena?

—Si, por supuesto, estaba deliciosa. —respondí.

— ¿Y qué te ha parecido la casa? —me pregunto Amy.

—Esta hermosa.

—April, mañana saldremos de compras, ya sabes, a llenar tu closet. —me dijo Amy.

—Está bien, muchas gracias.

—Y saldremos a un viaje de negocios pasado mañana. Alice, la de servicio doméstico se quedara con ustedes. Volveremos pronto.

—De acuerdo —sonreí—. Iré a mi habitación, hasta mañana. —dije, me levante de la mesa, y me dirigí a mi habitación.

Cuando estuve en mi habitación, me puse mi pijama y me lave los dientes, eran las 9 de la noche, así que faltaba poco para encontrarme cm Stephen. Encendí el televisor y me recosté en la cama.

***

Revise el reloj y ya eran las 11, así que me levante de la cama y baje hacia la primera planta; y llegue a la cocina.

Stephen estaba recostado en la encimera de la cocina, me pare a su lado.

­—Hola. —me dijo el mirándome.

— ¿Hola? ¿Es lo único que vas a decir? —sonreí y puse mis brazos alrededor de su cuello para acercarme y le di un beso en los labios.

Stephen me tomo de las caderas y me subió a la encimera, abrí las piernas para que se pudiera acomodar y enrede mis dedos en su cabello. Acerque mis labios a los suyos, se movían lentamente, dejando que el momento nos invadiera, solo importábamos él y yo, queríamos olvidarnos de lo  que nos rodeaba; cuando ya no pudimos respirar, nos separamos, y acerco sus labios a mi cuello.

Estaba empezando a disfrutar del momento, hasta que la imagen de Rachel vino a mi mente.

¡Rachel era su novia!

— ¡Detente! —dije y me baje de la encimera.

— ¿Qué pasa?

— ¡Rachel! ¿Es tu novia todavía?

Sin razón, con locuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora