Capítulo 12

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¡Hola! ¿Qué tal?

Por favor no me matéis. Ya sé que tardé siglos en publicar pero como ya he explicado a todos los que me han preguntado he comenzado las clases y no he tenido cabeza para nada que no sean los estudios. Perdonadme por dejar tan de lado la historia pero en serio que he estado muy ocupada.
(El gif no tiene nada que ver con el capítulo pero necesitaba ponerlo JAJAJAJA)

En fin, ya tenéis aquí el capítulo 12. Disfrutadlo.

***

—Oh Dios mío Sean... —susurro entre sollozos.
—Sky... tienes que... tienes que... —trata de decir, pero sus palabras apenas son entendibles.
—Shhhh... —murmuro con suavidad, haciéndolo callar. Acto seguido lo acuno entre mis brazos al tiempo que las lágrimas de impotencia, tristeza y rabia se deslizan de mis ojos—. ¡AYUDA!¡AYUDADME! —grito tan alto que Sean se queja.

Nadie parece oír mi llamado así que opto por meter a Sean dentro de la universidad, yo sola, no puedo dejarlo ahí tirado.

Me incorporo y tiro de Sean logrando que se mantenga en pie... relativamente. Paso uno de sus brazos por mis hombros y uno de los míos por su cintura.

Comienzo a caminar arrastrando a Sean. Uso todas mis fuerzas para mantenerme de pie con su peso sobre mí ya que él prácticamente está inconsciente y no puede hacer demasiado por sí mismo.

Después de lo que parece una eternidad, logro llegar a la puerta principal de la universidad. Doy una patada a esta y comienzo a gritar con desesperación.

—¿Qué diablos...? —comienza a decir la vieja secretaria abriendo la puerta—. ¡Oh Dios! —grita con los ojos desorbitados al ver el estado de Sean.
—¡No se quede ahí parada!¡Ayúdeme! —exclamo con apuro.

Ella asiente y me ayuda a adentrarlo en la universidad. Corremos, o algo parecido, hasta la enfermería, donde ordeno a la enfermera que lo atienda mientras llamamos a una ambulancia.

—Sky... —gime Sean.
—Sí, sí, Sean tranquilo... estoy aquí... estoy contigo... —me trago un sollozo, acariciando con delicadeza su maltratado rostro.
—Vendrá a por ti —es lo último que dice antes de perder el conocimiento.

***

—Que Sean te haya advertido no ha servido de nada... —susurra una voz distorsionada.
—¿Quién eres? —musito temblorosamente.
—Más bien deberías preguntarte, ¿qué te voy a hacer? —responde la voz.

Miro a mi alrededor tratando de encontrar la procedencia de aquella voz, sin embargo lo único que veo es cruda oscuridad.
—¿Q...Qué me vas a hacer? —pregunto. Nadie responde—. ¡COBARDE! —grito—. ¡NO RESPONDES PORQUE NO TIENES LOS COJONES QUE HAY QUE TENER PARA PONERTE ANTE MÍ Y ENFRENTARME! ¡ME DAS ASCO! —las lágrimas de rabia caen de mis ojos.
—Seré lo que tu digas... pero te mataré.

El ruido de un revólver se oye y todo se acaba...

—¡SKY! —grita una voz familiar, sobresaltandome.

Abro los ojos y me incorporo mirando a mi alrededor desconcertada.

Unos ojos azul verdoso aparecen en mi campo de visión.

—Liam... Dios casi me da un paro cardíaco —mascullo, pasándome un brazo por la frente, notando que está cubierta de sudor frío.
—¿Estás bien? Joder soy idiota, claro que no estás bien —gruñe pasándose las manos con nerviosismo por el corto cabello.

Sonrío con tristeza, eso mismo me dijo Sean la noche que nos conocimos.
Miro la blanca estancia en la que estoy. Mucha gente odia los hospitales, pero a mí me gustan. Todo es higiénico, pulcro, ordenado, controlado... soy rara, definitivamente.

Chica mala [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora