16

726 62 10
                                    

Capitulo: Cacería.

Aún faltaban unas cuantas horas para el amanecer,  y estaban teniendo este tipo de reunión a solas con un chico, a Sarada le rechinaban los dientes, no de frió, de lo furiosa que estaba. Boruto se puso a decir que tenia que ser ella, con Mitsuki quienes debían fingir un romance para luego fugarse y atrapar al psicópata, Konohamaru lo siguió, como si fuera la mejor de las ideas y la falta de resistencia de Mitsuki hizo que todo se liace como él planeaba, para ayudarla a conquistar al rígido del albino. El rubio no entendió que ella no quería esta clase ayuda egoísta, pero ya los había ligado para este nuevo papel. 

Afuera hacia frió, salio con unas cobijas para encontrarse con él fuera del okiya a hurtadillas, en cuanto salio la cogió de las manos y las envolvió con las suyas, pero el puro acto hizo que le hirviera la sangre de nuevo. 

Sus ojos relampagueaban con la luz lunar y su cabello relucía como estrellas. —Te resististe demasiado ¿me odias?— el hecho que su voz sonará más baja era mucho más sensual que de lo que estaba acostumbrada.

Sarada reunió su juicio y contesto con honestidad —no te odio, solo que has estado muy irrespetuoso conmigo, pareces un animal en celo, compórtate, te lo he dicho tantas veces, que por las mañanas en vez de decirte "hola" diré "compórtate". 

—¿Animal en celo?— se froto los ojos, lo lamentaba pero no era propio de él no poder controlarse así mismo.

—Ya se, es por el olor, ya averigüe que es, así que quédate tranquilo, no lo use hoy, pensar que te afectaría tanto, no puedes pedirle a tu papá que arregle esa hipersensibilidad de tu olfato, ya es bastante duro para el resto del mundo que lo puedas oír todo, pero que pasa si no puedes controlarte si encuentras una chica con hormonas potentes... —Sarada se calló de pronto porque Mitsuki la estaba viendo fijamente como si sus palabras fueran oro —¿a qué le pones tanta atención? 

Movió su cabeza —te estoy escuchando. 

—¡Dios! esta cosa te esta friendo el cerebro, hablaré con el sensei, no tendremos más este tipo de misiones, no más roles y nada físico que te pueda confundir...— la volteo girándola de la cintura, Sarada alzo su rostro, para encontrarse con sus labios, Mitsuki la estaba besando, no simple roce, estaba hambriento. 

Se movió como si supiera lo que estaba haciendo, este impulso, lo estaba manteniendo desde antes, antes de esta misión, llevaba un rato prolongado queriendo probar los labios de la Uchiha.

Lentamente se vio cediendo, acomodándose, y acoplándose con su cuerpo y aceptando, este toque, hasta que lo empujo para atrás, con ambas manos hizo distancia entre los dos, esa afilada mirada ámbar estaba algo nublada, lo abofeteo para centrarlo, su expresión no decía nada, nada en lo absoluto. Sus piernas flaquearon, estaba tan nerviosa, y esos zapatos no estaban ayudando, antes de caer al suelo Mitsuki la rodeo para evitar que se cayera, y hundió su cara en su cuello. 

—Por favor dame unos segundos así, no te haré nada. 

Sarada recordó las palabras de Chai, lo del morder el cuello y no soltarse jamás —¿cómo puedo confiar en ti? me acabas de besar sin mi consentimiento—. Estaba cada vez más sonrojada, sus labios palpitaban, y podía sentirlo como olfateaba en su cuello, estaba dándole cosquillas, también la estaba alzando, ya ni estaba pisando el suelo, su corazón estaba sonando tan fuerte que la delataría, puso una de sus manos en su pecho entonces se dio cuenta que era otro el ritmo, miró para todos lados vio como el sensei salto por el tejado seguido de Boruto, estaban en movimiento. 

Hora de la función, lo abrazo por el cuello, buscando su calma, si los demás se estaban moviendo era porque ya habían visto un movimiento sospechoso. 

Primer amor: AgridulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora