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Capitulo: Secuestro. 

Desayuno algo tarde y estuvo comprando las ultimas cosas que les faltaban para el viaje, Sarada aún no volvía de la misión que le encargaron, aunque era era algo sencillo, estaba mirando con impaciencia la entrada de la aldea, luego de vagar por todos lados buscando algo que hacer termino yendo a las puertas como un enorme cachorro de una bestia super-crecida, a esperar por Sarada. No se avergonzaba pero cuando se daba cuenta de todas cosas que hacia torciendo su personalidad, solo para estar o agradar a Sarada no se reconocía así mismo, o tal vez este era el significado tras las palabras "el amor cambia a las personas". 

Vio a Chou chou volver con su grupo, de alguna forma había tenido la ilusión que fuera su novia, pero no, era la amiga de está, los chicos pasaron corriendo mientras ella muy a su ritmo paso con una caminata lenta. —¿Esperando a Sarada? 

El cabello de la prominente mujer brillaba con intensidad con el atardecer, asintió, cuando noto ese aroma otra vez, frunció el ceño ya claramente molesto, todo el mundo se les iba a adelantar, hasta la que estaba soltera. —¿Qué vas a hacer?— ella quedo a medio camino con las papas a la boca, sus ojos amarillos se contrajeron. Su amiga le había contado de lo poderosa y molesta que era esa nariz. 

Entendió perfectamente de lo que hablaba. —Sin rodeos ¿eh?— le iba a decir que no era su asunto, pero el albino lo sabia claramente —no lo se, ya esta en camino— se toco el vientre. —Termine con Shinki antes de enterarme, y no me recibe las llamadas, solo quiero comunicárselo, no espero nada de su parte. 

—Ve cuando quieras a la casa, te restringes porque no nos llevamos bien, pero eres la mejor amiga de Sarada, seré cortes de ahora en adelante contigo. 

Ella abrió los ojos, lo escucho y no lo creía —entonces ¿por qué tienes esa cara? 

—Estoy celoso—. Admitió sin culpas.

La Akemichi sonrió y le dio codazo —sucio bastardo, los celos en los hombres es algo horroroso, moderate. Iré cuando necesite ayuda o hablar con Sarada. 

—Una ultima cosa, no lo contactes más si me permites darte un consejo, le diré a Boruto e iré a Suna con él, le comunicaremos solo porque es lo correcto y tu deseo. Seras una buena madre con o sin padre. 

—Ya veo porque le gustas a Sarada, nunca había entendido los gustos de mi amiga hasta ahora, ya que ella nunca se intereso en tu físico, osea, claramente eres un excelente espécimen de macho, pero tienes tus falencias, enormes falencias, eres frió, grosero, apático, cruel, distante, sádico e imprudente, pero hoy acabas de mostrar lo que Sarada vio en ti. Tienes un corazón gentil— lo dejo sin palabras. La verdad cuando ella hablaba necesitaba subtítulos para entender a la Akemichi, y por eso la evitaba, no le caía mal ni nada, pero sus palabras y acciones apasionadas lo trastocaban. —¡Esta decidido! serás el padrino de mi bebé así que no estés tan celoso. 

Se fue sonriendo y se alejo antes de que Mitsuki rechazara lo que acababa de decidir por sí sola, este puso ojos de gato molesto hasta que la vio desaparecer, fue entonces cuando vio a los dos chicos que conformaban al grupo de Sarada, correr a toda velocidad a la entrada, estaban heridos, él también corrió a su encuentro no estaban ni ella, ni la chica que era amiga de Kiyori, trato herida más grande que vio a simple vista, uno de los adolescentes tenia una herida tan grande en su brazo derecho que estaba casi colgando su extremidad. 

Detuvo el sangrado y unió los nervios lo mejor que pudo usando hilos de chakra,  no entendía como no había perdido el conocimiento en el camino. —¿Tu maestra dónde está?— Shen abrió el puño, la misma mano que colgaba de milagro, sostenida por un único trozo de carne, aferraba un trozo del pergamino con la ubicación de la misión, lo guardo de inmediato, no era la ubicación exacta pero era un indicio. Se fijo bien el chico tenia su dojutsu activado y lo estaba usando, así es como no se había desangrado del todo, de perder la conciencia habría muerto camino a la aldea. Con la otra mano Mitsuki les quito las herramientas ninjas a los chicos sin dejar de hacer la palma mística sobre el brazo de Shen, tenia que buscar alguna otra herida fatal, y dichas herramientas le servirían para salir con lo puesto en busca de Sarada. 

Primer amor: AgridulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora