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Capitulo: pijamada. 

La residencia Akemichi estaba a disposición de las chicas, Karui estaba quitándose su delantal, había terminado de repletar la mesa con comida, una labor titanica, alimentar a dos Akemichi en la cena y luego preparar aperitivos para que puedan comer las visitas y su propia hija. —Envié a tu padre fuera con un pretexto, aprovecha de entrar toda la comida a tu cuarto. 

Dicho esto su hija tomo varias bandejas y fue derecho a su cuarto. Sarada hizo una reverencia y tomo tantas bandejas como pudo también para colaborar, dentro de la habitación estaban todas las chicas, Chou chou no había exagerados, Sumire cogió unas cuantas bandejas para acomodarlas, y la Akemichi fue disparada a traer el resto. 

—Buenas noches— dijo Sarada dejando caer su bolso a un lado. 

Wasabi alzo una ceja, los finos oídos felinos de esta le revelaban parte de las cosas allí guardadas —trajiste pergaminos de invocación o ¿qué?

Sarada mostró los dientes en una sonrisa forzada —tengo que ir a otro lugar luego...

Solo una de ella entendió, se tapo la boca para evitar mostrar la emoción que le provocaba eso, Chou chou entro dejando las ultimas bandejas, y se apoyo en su hombro —¿qué hay de malo que te vayas a quedar con tu bombón?

No hubo ninguna gota de desinterés, Wasabi, la jaló de la mano para hacerla sentarse y las demás chicas la acecharon con preguntas. —¿Cómo llevan la relación? ¿hasta dónde han llegado? ¿es romántico? ¿atento? en calidad de materia de novio ¿cómo lo calificarías? ¿es apasionado?— entre otras preguntas. 

—Saben que es el único novio que he tenido, no podría compararlo o calificarlo aunque quisiera—dijo nerviosa, solo quería salir de ahí, la mayoría tenia novio, porque le hacían esta clase de preguntas a ella. Suspiro pesadamente, su respuesta no había valido para ninguna, incluso para Chou chou.

Sumire pese a su curiosidad, le tiro un salvavidas —solo hay curiosidad sobre si es bueno contigo, ya sabes parece algo frió y descortés, eso desgasta las relaciones. 

Sarada tomo una bandeja con panecillos, para comer —lo es, usa casi todo su tiempo libre para salir conmigo, o ir a mi casa.

—No dijeron los chicos que esta algo desaparecido— dijo Namida hundiendo su mejilla en su dedo indice. 

Iban a iniciar un debate cuando Chou chou apago las luces, prendió el televisor y puso uno de sus disco, para que viran sus películas y dejaran de interrogar a Sarada. La chica miro sin ninguna atención la pantalla, sentía ese desazón de que algo le faltaba, solo habían pasado escasamente un par de horas sin verlo, y ya tenia esta sensación embargándola como una plaga, abrazo sus piernas, solo debía esperar un poco más. 

—Lo extrañas— Sumire susurro —me pasa igual, pero usualmente estoy tranquila, estoy confiada que sino esta a mi lado, esta con sus amigos. 

—Espere demasiado a que dejara de sentirme así, pero no funciono, que me guste tanto me parece ridículo— respondió y enfocándose en el drama de la televisión. Las cosas allí se pusieron intensas. 

Las chicas comenzaron a inquietarse —¿Qué cosas nos estas haciendo ver?— se quejó Wasabi, en la pantalla había un sujeto semi desnudo quitándose la ropa demasiado rápido. 

—¡Esto es material ilustrativo para el bien de nuestra experiencia!

—¡Apaga esa indecencia o romperé esa pantalla!— advirtió Sarada enseñando el puño, furiosa, pero algunas ya habían enganchado. 

Termino metiéndose en su bolsa a revolver las cosas, sus mejillas ardieron y le sudaban las manos, inquieta con las exclamaciones de sus amigas. Al parecer era demasiado estricta para dejarse llevar por cosas así, se acerco a la ventana para sentir como el chakra de su padre se alejaba, recién estaba partiendo a casa, se iría pronto también. 

Primer amor: AgridulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora