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Capitulo: mujer molesta. 

Los seis genin aprendieron una nueva definición de respeto y admiración cuando vieron a sus maestros solo "entrenar", sobretodo cuando la Uchiha activo un susano completo con una facilidad fuera de serie, y Mitsuki golpear ese susano desactivando lo de un solo golpe. Luego de la descomunal muestra de sus habilidades, lo que fue para los genin, para los involucrados solo fue un calentamiento, algo tan usual y ordinario. 

Sarada era enérgica, mandona, y dirigía todo el tiempo con su voz demandante a sus alumnos, ellos por su parte ya estaban acostumbrados, sudaron a mares ese día, nunca los había exigido tanto. En cambio Mitsuki no demandaba tanto, sus indicaciones eran pocas, claras y concisas, no estaba frente a ellos todo el tiempo empujando y presionando, le importaba mas que hallaran por si mismo la forma de solucionar los muros que les ponía en frente. 

El entrenamiento aunque duro termino en un abrir y cerrar de ojos, los genin quedaron comprometidos para entrenar entre ellos y ayudarse a avanzar entre los seis, ellos se fueron a buscar misiones disponibles para hacer durante el día. Mitsuki volvió a su casa para ir al laboratorio con Sumire, Sarada por su parte fue a buscar a su madre al hospital. Era como un típico día en la aldea, si no habían misiones disponibles cada quien buscaba en lo que ocuparse durante el día. 

El albino venia del laboratorio con los spray en la mano cuando sintió nuevamente aquella pesada presencia detrás de él, se subió a un tejado y con velocidad perdió a sus seguidores, luego fue a ver a su novia, a casa de sus padres. La puerta estaba abierta, abrió con cuidado y sintió el chakra de los ocupantes, estaban dentro de la aldea, pero siempre cabe la posibilidad de una infiltración, siempre hay aunque mínima un pequeña posibilidad que vengan por Sarada, ya no por Sasuke era demasiado conocido el poder de este, pero Sarada no, era un Uchiha, una heredera del Sharingan que por los tiempos de paz, no se había ganado un renombre o reputación como su padre, podrían creer que es débil o que aun no ha desarrollado las técnicas de su progenitor. Respiro tranquilo, no había ningún extraño en casa, se adentro y cerro bien tras de si y alzo la voz. —Sarada. 

—Mitsuki, estoy en la pieza de mi mamá, me puedes traer agua. 

El albino fue ¿que hacia ahí? no la estaba dejando descansar o ¿qué? abrió con cuidado la puerta, la pelirosa estaba tapada y tenia compresas frías en su frente. —¿Tiene fiebre? ¿cuando la tomaste? 

Ella hizo una mueca —ya le esta bajando, tranquilo, se cuidar un resfriado. 

—No has ido a comprar medicina ¿quieres que vaya? 

Era obvio que no quería dejar a su madre sola, pero necesitaba alguna bebida con electrolitos, algo liviano para comer, mas medicina, sin decir mas, tomo su humanidad y fue a la farmacia mas cercana y a un combini para comprar los restante. Venia de vuelta cuando con la mirada le indico al Nara que ya sabia que estaba allí, detrás del árbol, sus chicos estaban escondidos en el follaje.

—Oh  Mitsuki— fingió que no lo estaba siguiendo, si tenia un poco de suerte el albino no se habría dado cuenta, o haría la vista gorda. 

—No estoy de humor ¿por qué me siguen? 

—Buenos veras nuestra cliente... 

—No podías decirle simplemente que no. 

—Tiene un maldito carácter endemoniado. 

—Y tu mamá— las palabras del albino le sacaron unas risas al Nara, pensó que era una broma —no hablo en serio, deberías estar acostumbrados con el carácter de tu mamá. Ninguna mujer debería tener un carácter intratable para ti.

Primer amor: AgridulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora