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Capitulo: Mudanza.

Esta era la ultima vez que Sarada iba a la habitación de su madre a tocar para avisarle que si no se levantaba ya, llegaría tarde, fue de regreso a la cocina, y hirvió "otra" vez el café, preparó un desayuno que su madre pudiese llevar, y termino de arreglar el almuerzo, estaba envolviendo en una tela para llevar cuando su madre salio corriendo, con el cabello despeinado, y un cepillo de dientes en la boca, mientras se vestía, corriendo por toda la casa, Sarada bebía su té con tranquilidad. 

—Mamá aún te queda pasta dental en la cara— se escucho un grito lleno de estrés —¿Llevas algo más cálido que eso? te recuerdo que estamos en otoño y el clima esta helando. 

—Si Sarada— tomo el café en un vaso de cartón, más su desayuno y su almuerzo envuelto para llevar, para irse corriendo, llegó a la puerta y se devolvió cuando escucho el ruido de las llaves girando en el dedo indice de Sarada, volvió por las dichosas llaves con una sonrisa de disculpa por las molestias. 

—Mamá una cosa más— le arrebato las llaves antes que las tomará, su madre la miro a los ojos. Ya con quince años era ligeramente más alta que ella. —No vuelvas a importunar más así a Mitsuki o a Bor... a cualquier chico que vaya a venir, por favor, fue molesto y muy vergonzoso. Piensa en la vergüenza que pase ayer solo un poquito.

Su madre se rió y extendió la mano —lo siento son amigos ¿verdad? solo amigos— Sarada asintió —supongo que me emocione, es un joven muy guapo, mis compañeras con hijas de tu edad ya tienen novios, yo se que eres muy seria y tomaras tu propio tiempo en tener un novio, pero cuando los vi, no me resistí a imaginarme los juntos. 

La Uchiha se afirmo la frente y suspiro, acomodo sus lentes. Su madre no tenia remedio —¿de verdad te pareció guapo? ... así como para mi. 

—¡Si! ¡Por supuesto! se veían muy bien juntos—siempre he pensado que saldrías con un chico guapo, pero él sobrepaso todas mis expectativas.

Se ruborizo mucho al mentalizarlo —nunca lo había visto así, somos amigos— sintió la caricia de su mamá en la cabeza. 

—Tranquila, tu mamá entiende, es como Naruto para mi, no volveré a incomodarte con tu amigo. 

—Gracias mamá, por entender— se despidió de su madre, mirándola corriendo por el pasillo del edificio. Al entrar se arremango las mangas, ato su largo cabello en un moño anticuado y comenzó a terminar de empacar los objetos de la cocina que era lo que le faltaba por guardar. 


Boruto estaba sentado junto al resto de los chicos conversando cuando Mitsuki se acercó a ellos, solo iba a saludar y luego iba a decir que iría a entrenar, para ir a ayudar con la mudanza a Sarada, en este caso era mejor mentir que ser honesto y terminar siendo el espía de Boruto en la casa de los Uchiha.  

—¡Ey Mitsuki!— Boruto corrió para interceptarlo lo más pronto posible a pesar que venia a su encuentro. —¿Qué averiguaste ayer? ¿cuándo me dará mi respuesta?

—Pensé que tu preocupación era que Sarada no se fuera sola a casa de noche— al robarle el entusiasmo de su cara —no te preocupes llego bien. Sana y a salvo— le dio una palmada en el hombro y continuo su camino. 

—¡Nervioso Boruto!— le gritó Kawaki solo para inquietarlo, Shikadai e Inojin se largaron a reír —yo te dije que la chica Uchiha no pretende salir contigo ni en sus sueños—le murmuro al rubio cuando lo tuvo más cerca. 

—Cállate Kawaki, tú no estabas ahí, sus ojos realmente brillaron en ese momento. 

—¡Oh pero que Romeo!— Inojin estaba disfrutando del panorama. Shikadai rodó los ojos y siguió mirando sus textos en su celular. 

Primer amor: AgridulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora