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Capitulo: Sin limites. 

Había despertado hace varios minutos, tenia este pesado deseo de no moverse, siquiera levantarse en todo el día, si podía seguir estando de esta forma, entrecerró los ojos, y la apretó más fuerte sobre su cuerpo. 

La puerta se abrió de golpe, el portazo despertó a Sarada, que se levanto como un resorte del pecho de Mitsuki. 

—¡Aniki te quedaste dormido! eh... estas con tu novia... —los jóvenes miraron al niño. Sarada sentía como estaba por rugir Mitsuki —¿Estás haciendo bebés?— puso una cara picarona el niño. 

—¡Ya estuvo bueno!— el albino se paro y fue y cogió del cuello de la ropa a Ryoka, llevándoselo al primer piso —vas a desayunar e iras con el equipo a tomar una misión. 

 —¿¡¡¡Qué!!!? pero aniki... entonces te quedaras con tu novia solos en casa— una sola mirada fue suficiente para advertirle que ya estaba pasándose de la raya. 

Sarada bajo ya repuesta por aquella embarazosa situación, ella se quedo viendo a Mitsuki, se veía tan raro en pijama, siquiera recordaba si alguna vez lo había visto así, jamás, recibió de buena gana la taza de café que le estaba ofreciendo, se sentó al lado del niño y le despeino el pelo plata —no puedes entrar a las habitaciones de otros, siempre debes anunciarte, siempre ¿entendido?

—Pero aniki y yo somo hombres, los hombres no...

—No se debe, nunca— un aura amenazadora hizo entender al niño —lo diré de otra formas, tu maestro, es mio— cuando dijo eso Mitsuki escupió su café a un costado, igual que una regadera —Como tu maestro es mio, no quiero que entres en su habitación. 

—Si señorita novia— dijo Ryoka, lo que acababa de decir tenia mucha coherencia para él.

—Se llama Sarada— Mitsuki ya llevaba un tiempo molestando le la forma en como se refería a ella —Sarada Uchiha. 

El niño lo medito, luego la miro, cabello negro, ojos negros... piel pálida, símbolo de abanico en la espalda... —¡qué! es del clan Uchiha ¡Aniki estas saliendo con la princesa del clan Uchiha!— Sarada sonrió amplio y  le enseño la seña de la paz, esa era ella, aunque llevaba un tiempo sin que le dijeran princesa. —Aniki tienes que tener cuidado, cualquier hombre interesado en su familia te la puede bajar, o pueden venir de otros clanes a pedir su mano, tienes que embarazar la o algo... 

El albino le golpeo la cabeza con la cuchara de madera —Suficiente, vete a entrenar. 

Esperaron a que el niño se fuera, completamente en silencio, había quedado cierta tensión en el aire. 

—¿Qué cosas? ¿dónde habrá aprendido es?— pregunto alegando Sarada, sabia que dichas cosas no era influencia de Mitsuki.

—Ahorro dinero y se compro un televisor, dijo que una tía le había regalado algunas series, y encontré los disco en su habitación. 

La Uchiha hizo una sonrisa forzada —como pensé— dio un sorbo a su café —nunca vi su habitación, como no me has pedido ayuda con tu equipo, me mantienes distante de ellos, y tus obligaciones como capitán.

No tuvo que insistir mucho, el albino la guió, ella sonrió al ver bastante de la influencia de Mitsuki en el orden del niño, por su personalidad se podía figurar una persona desordenada, y era todo lo contrario, encontró el dicho televisor y los discos ordenados, así como todas las pertenencias del niño, observo hasta que la mirada insistente de Mitsuki sobre ella fue demasiado para soportar. 

—De verdad eres como un hermano mayor para él— dijo resignándose al salir de la habitación. —¿Qué tienes planeado para hoy?

—Quiero salir de la aldea contigo— quiso decir "cita" pero la palabra no salio de su boca —ahora solo quiero tenerte a mi lado. 

Primer amor: AgridulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora