Capítulo 11

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Las primeras notas de "Too much love will kill you" de Queen inundaron de pronto la cabina de su auto. Amaba la banda, la cual solía tener un efecto positivo en él, pero esa noche parecía ser diferente. Ya en su primera estrofa le provocó una sensación de vacío y nostalgia que lo transportó a otro tiempo, muy lejos de allí, al cual no deseaba volver. Lo vivido tiempo atrás le había arrebatado parte de su alma y de su corazón volviéndolo distante y solitario. Ahora, tal y como decía la letra, solo era los pedazos del hombre que solía ser.

Como si el cantante se hubiese inspirado en su vida para hacer la canción, relataba con precisión la forma en la que él se sentía en lo más profundo de su ser. Había llorado mucho, pero más habían sido las lágrimas que había reprimido a lo largo de los años. Huir de una horrible realidad no había sido fácil y sin duda, había tenido consecuencias negativas.

Lejos de casa y desprovisto de aquellas personas que tanto amaba, se vio obligado a lidiar con sus miedos solo. Porque, aunque su tío y su hermano siempre lo habían apoyado, no lograban comprenderlo del todo. Al fin y al cabo, ninguno de ellos cargaba con el peso de una enorme culpa sobre sus hombros.

Cerrándose en sí mismo, se aseguró de no formar vínculos profundos con nadie para evitar exponerse a la posibilidad de volver a sentirse igual de vulnerable que en el pasado y en su momento más oscuro, llegó incluso a pensar en la muerte como posible solución a su tormento, pero de inmediato descartó la idea. Jamás le haría eso a su hermano. Continuó adelante y aunque no fue fácil, logró por fin encauzar su vida.

Lo único que jamás se permitió fue volver a sentir amor. Ese sentimiento, sin duda maravilloso, lo hacía sentirse débil y no podía, ni quería, volver a experimentar algo así. Por consiguiente, optó por permanecer solo. De ese modo, evitaba necesitar a otra persona. Había visto como su hermano sufría a causa de la mujer a la que amaba. A pesar de mostrarse fuerte, sabía la agónica tortura a la que él mismo se exponía por amar a una mujer. Pero eso nunca le pasaría a él. Su corazón se había roto hacía tiempo y estaba seguro de que ya no era capaz de sentir eso. ¿O sí?

No pudo evitar pensar en Micaela y todo lo que ella había removido en su interior desde el minuto uno. Aun no terminaba de entender lo que le pasaba. No sabía por qué todo su cuerpo reaccionaba del modo en el que lo hacía solo con sentirla cerca o el hecho de que no pudiese dejar de pensarla cuando no lo estaba. Ella era diferente a cualquier otra mujer que había conocido en su vida. Era vulnerable, pero también fuerte, aunque ni ella misma lo supiera. Solo le había bastado con verla cuidar de su amiga en su momento de necesidad para darse cuenta de eso.

Pero, además, también se sentía fuertemente atraído hacia ella, de un modo para el que no estaba preparado. Desde que la había conocido, había despertado en él su lado protector provocando que le resultara insoportable la idea de que alguien intentase hacerle daño. No entendía por qué lo incomodaba tanto el no saber nada de ella, pero hacía días que no la veía y eso, sin duda, lo tenía inquieto. De repente, una desagradable —y a la vez familiar— sensación se instaló en la boca de su estómago y no pudo evitar relacionarlo con lo sucedido tiempo atrás. ¿Acaso ella le recordaba a...?

Una vez más, la voz de Freddie Mercury acaparó su atención con ese estribillo que tanto dolor transmitía. "Too much love will kill you, just as sure as none at all. It'll drain the power that's in you, make you plead and scream and crawl. And the pain will make you crazy. You're the victim of your crime. Too much love will kill you, every time" —"Demasiado amor te matará, tan seguro como ninguno en absoluto. Agotará el poder que hay en vos, te hará implorar y gritar y arrastrarte. Y el dolor te hará enloquecer. Sos la víctima de tu delito. Demasiado amor te matará, cada vez"—.

¡Dios, ¿por qué no podía simplemente dejar el pasado atrás?! Micaela no se parecía en nada a ella. Por el contrario, había tenido el valor de alejarse de quien la lastimaba. Ofuscado por el derrotero que habían tomado sus pensamientos, apagó el estéreo con un movimiento brusco. No entendía por qué de pronto, se sentía tan molesto, pero estaba seguro de que se debía a la conversación que había tenido con su hermano minutos antes. Después de todo, lo que le había pedido lo obligaba a enfrentarse con viejas heridas que, por lo visto, aún no habían sanado.

Su mayor deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora