Entrada #8

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30 de Noviembre

   El aburrimiento me esta matando. Ella sigue sin regresar. Las comidas continúan, pero ella no aparece. Me estoy comenzando a volver paranoica. Extraño el contacto humano. Extraño todo. Mataría por escuchar cualquier voz, la que sea, incluso la de ella. Me he puesto a pensar en su identidad. Hoy he tomado el diario sólo para anotar algunos nombres. He tomado el diario para recapitular un poco acerca de las personas que probablemente quisieran hacerme algo así. Se que muchas veces de quien menos te lo esperas, es quien lo hace... pero al mismo tiempo, no quiero hacerlo. Ella me sigue alimentando. No es cómo que no le importe. Sigo siendo real para ella. Incluso en su ausencia me da lo suficiente para sobrevivir. He comenzado a estar agradecida con ella, y por lo mismo quiero verla. La odio cuando cerca de mi, pero es una persona. Llevo mucho tiempo sola. Ella era lo único que tenía. Nunca tuve una conversación normal con ella, pero al menos podía escuchar la voz de otra persona. Ahora si muero, se que nadie estará ahí para escuchar mis últimas palabras. Aunque estoy lejos de morir. O eso creó. No tengo ni puta idea de lo que escribo o hago. Quiero ver a alguien. Quiero escuchar a alguien. A veces escucho los pasos de arriba, y me emocionó. Son la única prueba de que aún estoy viva. A veces cuando abro los ojos después de dormir, desconozco lo que soy. Desconozco donde estoy. Definitivamente estoy sufriendo mentalmente. Mi cordura aparece y desaparece. No se en que demonios me estoy convirtiendo.

   Nunca fui una chica con muchos o muchas enemigas. Creó que toda mi vida he sido amigable, y linda con los demás. Hay algunos nombres que vienen a mi cabeza, y verdaderamente resultan en simples personas al azar. Gente a la que usualmente no le suelen caer bien la mayoría de las personas. Pero incluso estos no se ven capaces de secuestrar a alguien y ocultarla en un bunker para engordarla. Nadie. ¡Carajo!... Entonces no se porque carajo escribo. Creó que esto es mi último recurso ante mi inminente perdida de fe en todo. Tu, diario mío, eres lo único con lo que me puedo comunicar ahora. Eres lo único por lo que estoy agradecida de estar aquí. Estar aquí contigo me ha servido a enfrentar muchas cosas que nunca creí enfrentar. Creó es hora de anotar otros pensamientos, pero esta vez de mi pasado. Estoy cambiando, y siento que pronto me desvaneceré. Debo al menos afrontar mis demonios del pasado. Cómo mi familia. Dios. Mi familia. Mi madre. Se que esta preocupada, y que posiblemente llora en casa porque no sabe en donde está su princesa de canela. Mi hermana. No me gustaría que ella dejará sus estudios sólo porque yo ya no estoy ahí, ella debe ser alguien. Mi padre... tal vez escuche acerca de mi desaparición. No se su nombre. No se quien es. Lo odio. Lo odio. ¡Lo Odio!. LO ODIO. Siempre lo necesite. Siempre lo quise ver. Mamá hablaba de él, y decía que yo era quien se parecía más a este. Pero yo no abandonó a mi familia. Yo no. Yo no. Yo... ¿abandone a mi familia? No lo se. No quiero saberlo. No fue buena idea pensar en ellas. No lo fue. Ellas son la única razón por la que este lugar se vuelve un infierno. Oh, no lo se. Carajo. Estoy perdiéndolo todo. 

   Hoy me ví en el espejo. Aún puedo reconocerme. Estoy más llenita, y mi rostro ha comenzado a cambiar por la nueva grasa extra... pero sigo reconociéndome. El espejo es lo único que también me ayuda. Es mi único acompañante. A veces converso con él. Imaginó que la chica del reflejo no soy yo. Aunque tal vez es verdad. Tal vez estoy dejando de ser yo. He comenzado a volver más común la rutina de masturbarme después de comer, y sobar mi panza hasta llegar al orgasmo. Lo hago al menos 5 veces al día. Me odio después de que me vengo. Casi siempre me golpeó. He comenzado a lastimarme a mi misma, sólo para ocultar estos impulsos sexuales, pero... incluso estos golpes me excitan. Hay veces que tomo resortes del colchón y me azotó los pechos o el trasero para olvidarme de ello. Pero es imposible. El dolor me excita. Es la única prueba de que aún sigo viva. La única prueba de que soy aún humana. ¡Carajo! No se que me pasa. No quiero seguir así. No se que hacer. Desearía nunca haber estado en completa insolación. No me gusta enfrentarme conmigo misma. Esa chica desnuda y llenita que me ve en el espejo ha comenzado a tomar control sobre mí. No quiero dejar de existir, pero también se que está sería la única manera en la cuál dejar de sufrir mentalmente. El dolor físico sólo es adrenalina. El dolor psicológico es lo peor que puede existir. Al menos quisiera verla otra vez. Ella es la única solución. Quiero verla. Me odio por desearlo. Pero la quiero aquí. 

El Diario De Jessica (Una Crónica Fetichista)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora