Entrada #26

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7 de Octubre

   Hoy lo volvi a hacer. Mate a alguien. Todo paso tan repentinamente, que ahora solo estoy aqui, sentada, escribiendo en la cocina del restaurante mientras lloro. Se que he perdido la cabeza, pero debo de escaparme antes de que sea demasiado tarde... carajo, todo iba perfectamente. Pague todos los gastos para escapar del pais, y habiamos agendado las cosas para el día 10. Justo estaba regresando de pagar cuando me encontre con mi victima. Rondaba cercá del local, esperando a que alguien llegara. Le dije que no podia entrar, y que al yo no ser dueña del lugar no tenia permiso de entrar con extraños. Insistio e insistio con que le dejara entrar para hacerme algunas preguntas. No queria verme sospechosa, asi que deje entrar a Rubenstein al local. Nos sentamos en el comedor y el comenzo a hacerme un monton de preguntas acerca de Jessica y nuestros nexos estudiantiles/laborales. Le invente que Jessica y yo siempre nos habiamos llevado, y que de me habia impactado mucho su desaparición. Me pregunto por la razón de mi renuncia de la agencia, a lo que simplemente le dije que ya no me sentia comoda y tenia el dinero suficiente para mantenerme viva. Me pregunto el porque vivia en ese barrio. Me quede muda, ya parecia estar encontrando fallas de mi plan en las que nunca habia pensado. Desvie las cosas, y le dije que me habia mudado ahi por una fuerte adicción a las drogas fuertes que habia afectado mi vida y mi carrera. Le dije el como una obsesión con una sustancia me habia convertido en una persona obsesiva y descontrolada, y como esta habia destruido mi vida. Me pidio dar una inspección a mi cuarto, pero no se lo permiti. La primera vez se conformo, y mejor me pidio dejarle ver el sótano. Le mostre el sotano, su cabina y los sistemas que habia en esta. Rubenstein observo cada particula, y a pesar de que me puso nerviosa lo note tranquilo. No venia tan hostil como la última vez, y de hecho me hizo la conversación. Ambos eramos mexicanos, y me explico que lo habia enviado la familia de Jessica. Parece que en México este caso fue muy sonado, y existian montones de leyendas y mitos respecto al tema. Nunca habia pensado que esto pasaria... ni que la realidad fuera más perturbada y oscura que esas leyendas. Carajo. Carajo. Carajo. Carajo. El siguio conversando y conversando. Era un ser humano. Era un jodido ser humano. Cuando por fin termino de revisar se despidio, y a pesar de que fui algo grosera con respecto a mi cuarto, el sonrío y me dijo que no habia problema. Le recomende un lugar de la zona que vendiera algo que no fuera de origén asiatico, ya que no era muy fanatico del sushi o la comida china. Se fue. Yo lo vi caminar y subirse a su auto. Lo vi arrancar. Lo vi irse.

   No recuerdo en que momento regrese a mi departamento. Todo esta borroso, porque todo paso muy rápido. Debo digerirlo... regrese al departamento aliviada y feliz porque me habia librado de Rubenstein. Podria escapar. Mire la gordura de Jessica y le abraze por la espalda. Ella tomo mis manos y las coloco en sus lonjas para que les apretara y ella sonriera. Mis labios cruzaron su cuello lentamente. Algo en toda esa inspección, y ese sentimiento de libertad me estaba excitando como loca. Mis dedos le acariciaron sus gordas y frondosas piernas. Estaba en el peso con el que mi Alma se habia ido de aqui, o al menos asi se sintio en ese momento. Le bese el cuello y le di una pequeña e indifensa mordida a su rellena papada. Cuando sonria un agujero le aparecia en su rostro, y lucia como un verdadero y legitimo angél. Habia subido conmigo una orden sin servir que el dueño habia dejado en la cocina. Era pollo, el cual le hice comer a Jessica mientras ella se lamia la grasa de los labios. Le pegue en la barriga repetidas veces, apreciando cada movimiento gelatinoso y apreciando las estrias de mi gorda. En ese momento me di cuenta que la quiero ver inmobil. Me di cuenta que quiero alimentarla hasta que no sea capáz de valerse por si misma. Sera como criar a una cerda. Senti como ella me bajaba mis pantalones, para luego meter sus dedos entre mis bragas y hacerme sentir más excitada que nunca. Me masturbo suavemente, y me elevo a un espacio sexual que nunca habia sentido. Mis senos retachaban en su espalda, y podia verle sus lonjas colgando por la espalda, asi como su jugoso y grande culo. Le bese el cuello una vez más. Jugue con sus gordos pezones, y acaricia sus gordas y macizas tetas, uno de los tantos cambios que mis habilidades como Feeder le habian dado. La bese como si no hubiera mañana, y recorde aquella noche con Alma. Recorde lo que paso. Recorde que ella murió. Acariciaba el cuerpo de Jessica y me di cuenta que tal vez matarla era la forma más facil para salir de esta. Por mi mente paso el pensamiento de tener sexo con ella, y luego apuñalarla... pero me castigue por ello. No podia pensar asi. Seria como matar a Alma, y no puedo volver a perder su esencia. Le aprete las lonjas a Jessica y le bese el cuello otra vez. Me detuve y le gire para besarle los labios. La amo. Eso es lo que verdaderamente siento por ella. La necesito tanto como ella me necesita. Si una de las dos desaparece, todo dejaria de tener sentido. Su barriga recargada en mi andomén eran todo lo que soñaba. Le tome de sus gordos brazos y le bese otra vez. Esta vez mis manos recorrieron todas sus curvas, y mis dedos exploraron sus lonjas hasta sumergirse en estas y sobrevolar una selva de estrias.

   Fue un paraiso fetichista temporal. La epitome de todo lo que habia logrado con Jessica, tal vez fue por eso que todo se derrumbo. Nada en esta jodida vida tiene que ser tan fácil... el casero llego tarde esa noche, por lo que yo quede encargada y relegada del local. Ya habia entrado el detective, y crei que ahora todo estaba despejado. Pero no me di cuenta que Rubenstein nunca se habia ido. En medio de mi ritual con Jessica, escuche golpeteos en la entrada del local. Sabia que no era el dueño, pero aun asi me detuve y baje para ver quien era. Maldito Rubenstein, debiste haberte ido. Lo encontre frente a la puerta, con una navaja apuntandome en la cara. "Lo vi todo", me dijo mientras sudaba y se notaba alterado. "No es lo primera vez que veo algo asi, pero si la primera en que lo veo bajo condiciones tan oscuras y retorcidas", no comprendia lo que me decia y trate de darle sentido mientras gritabamos. Me dijo que lo habia visto todo. Se habia ocultado en el ático del vecino, y vio parte de mi ritual con Jessica, tomo fotos y se dio cuenta de la similitud en los rostros de esa mujer gorda y a la Jessica que el buscaba. Segui gritandole y negandome a ceder, pero logro empujarme y meterse corriendo al sotano. Una silla del local me lastimo la costilla, pero logre seguir a Rubenstein. En el sotano este miraba a Jessica y le trataba de explicar la situación mientras estaba impactado por su apariencia. La joven y delgada Jessica convertida en una mujer gorda hecha y derecha. Donde alguna vez habia un abdomen plano ahora descansaban lonjas y una barriga llena de estrias. Le trate de jalar pero me logro enterrar la navaja en un muslo y lanzarme al suelo. Quede aturdida, mirando los pies de Rubenstein y Jessica mientras estos estaban de frente. Podia ver lo que habia debajo de la cama, y note que se encontraba la cadena con la que solia tener a Jessica amarrada. La tome, la adrenalina tomo control de mi y ahorque a Rubenstein por la espalda. Forcejeo por un rato, logrando tirar montones de cosas por la casa y hacer un desorden. Recuerdo mirar a Jessica asustada en una esquina, mientras el quejido de Rubenstein disminuía más y más. Cuando porfin me di cuenta que lo habia matado, lo deje caer al suelo. Me quede parada y luego me desvanecí en la cama, sangrando del muslo y con un fuerte dolor en la costilla. Jessica no sabia que hacer, y solo se acerco a mi mientras lloraba. Rompi un gran pedazo de mi blusa y me aprete la pierna para hacer un torniquete. Dejo de sangrar, pero dolia mucho aún. Afortunadamente el casero habia olvidado su billetera, asi que llego a casa antés de lo habitual. Noto el desorden y escucho el llanto de Jessica, asi que subio a ayudarme. Llamamos al doctor clandestino que ya me habia ayudado con Jessica, y el me ayudo a suturar la hérida y a darme medicamentos por el dolor en mi costilla ya que se me habia inflamado un nervio entre el abdomen y mis senos.

   Mi casero metio el cuerpo de Rubenstein al sotano ático donde solia estar Jessica, y lo envolvio en una vieja alfombra que tenia botada. Después de que el doctor se fue, fuimos y botamos el cuerpo en una zona cercana a la carretera. Cuando regresamos me puse a llorar como maniatica. Confundida con todo, pero dispuesta a salir de esta. Me mire al espejo, y vi a una mujer despeinada, desarreglada, cojeando, adolorida y con un ojo morado. Me converti en algo que no puede detenerse. Mire a Jessica durmiendo en la cama, con un bote de helado vacio a su lado y con lagrimas marcadas en sus rechonchas mejillas. Me acoste a su lado y le acaricie sus curvas, para luego apretar y sentir sus muslos. No puedo detenerme, debo hacer esto para conservarla. Debo matar para vivir mi sueño. Me desperte en la madrugada, encendi un cigarrillo y me puse a escribir porque creo esta sera mi última entrada. No escapare hasta dentro de un par de días, pero no puedo seguir distrayendome con esta cosa. Querido diario, has visto facetas de mi que nunca nadie vera, y has estado conmigo desde el principio pero ha llegado el momento. Al fin y al cabo este nisiquiera es mi diario... te extrañare, amigo mio.

El Diario De Jessica (Una Crónica Fetichista)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora