-¿Que te pasa? ¿Por qué me ocultas cosas así?
Emi despega la mirada del suelo despacio, para dirigirla al rostro molesto de Guille.
-Yo.. no quería molestarte tanto, estaba Daniela, podía preguntarle cosas a mamá.
El mayor se sienta en el borde de la cama, al lado del rubio.
-Me gusta que me digas las cosas, podías susurrarmelo en el oído, o nose- agarra su mano y deja un beso en ella -¿Viste esos chicos? Que pavos
-Si, me los habia cruzado cuando fui a comprar- murmura Emi.
-¿Que? ¿Que te dijeron Emilio?- frunce el ceño.
-Yo les pregunte si sabían donde había una farmacia, y bueno..osea me dijeron "para vos no, puto"- pronuncia esto último imitando burlonamente al chico.
-¿Por eso te querías ir? ¿Te sentiste mal?
-No.. osea si, pero no por eso- siente como los colores suben a su cabeza.
-¿Y es porque..?- lo mira divertido.
-Me duele mucho el trasero, maldita sea- sonríe junto con Guille
-¿Me dejarías curarte?- dice acercando su boca a la de Emi.
-Si.
Termina por unir el beso, el cual sube cada vez más de tono. Cualquiera diría que ese beso se da para querer llegar a más, pero para ellos era conocerse, sentir mejor al otro. No corría la excitación por su cuerpo.
. . .
Dos semanas después, tres toques en la puerta son necesarios para que Dereck levanté dolorosamente su lindo trasero del sofá a regañadientes.
Abre la puerta, esperando a algún chico, ya pensando en que cancelaría ese encuentro para otro momento.
-Hola- dice alguien de baja estatura, piel pálida y mejillas calientes. Germán.
-Umm, hola, pasa- Dereck se hace a un lado, permitiéndole el paso a Germán.
Prepara algo para tomar, sentándose ambos en la mesa, pues su sillón se encontraba desordenado por la noche anterior.
-Mnm, ¿Esperabas a alguien más?
-No, no.
Dereck se sentía agotado física y mentalmente. Y su cuerpo lo demostrará, esas notables bolsas oscura debajo de sus ojos, la lentitud con la que se movía, y las cuantas botellas de alcohol por el suelo.
-Lamento el desorden- dice agarrando algunas, llevándolos a la cocina.
-No hay problema, ¿Una fiesta?- dice sonriente.
-Oh, no.
Frunce el ceño, ¿Porque está así entonces?.
-¿Y que onda? ¿Tan cansado porque?
-No lo se- dice volviéndose a sentar cuando junto la mayoría
-Dereck, te quería preguntar..¿Sigues interesado en mi?
Dereck miro al pequeño, confuso. Ya no lo sabía, su mente era un total desastre. Ni siquiera podía atenderse a si mismo, ¿Cómo lo haría con él? Ya no tenían la misma intención que antes, no se encontraba en forma para algo formal.
Pero no podía negarlo, sí que estaba interesado.
-Si- dice jugando con la funda del celular en la mesa.
-Yo..ya estoy mucho mejor con mi ex, es decir, la supere dentro de todo. Creo que puedo centrarme mas en nosotros- dice tímido.
Dereck se queda pensandolo unos segundos antes de responder.
-Germán, yo creo que no. No lo sé, me siento muy cansado últimamente, ya sabes.. estoy medio perdido, primero debería conseguir trabajo y dem-
-¿No empezarás la uni?- interrumpe sus palabras.
-No, debo cubrir mis gastos, y la plata no me cae del cielo- dice con una sonrisa algo forzada. Todas las sonrisas fueron así en estos días.
-Oh entiendo. Pero igualmente podemos inténtarlo, ya no voy a dar muchas vueltas, enserio- se levanta de la silla.
Va y se sienta sobre el regazo de Dereck, mirando a su dirección. El contrario lo mira con algo de sorpresa, nunca imagino que empezara a tomar la iniciativa asi.
Germán une suavemente sus labios con los de Dereck, ésta vez produciendoles un cosquilleo agradable en la panza a ambos.
. . .
Los días habían pasado normalmente, Guille ahora dedicaba más tiempo a sus amigos como debería, y Emi también con sus nuevas amistades.
Hoy el mayor se dirigía a la casa del rubio como muchas tardes.
Sonriente, sin saber lo que le esperaba
Guille llega, todo iba bien en unos minutos. Llega un momento, en que decide dejar un beso juguetón, pero Emi se aleja.
-No seas tonto- le dice divertido, volviendo a encararlo.
Pero Emi vuelve a alejar su cara, sintiéndose culpable.
-¿Que pasa?- dice preocupado Guille-. ¿Te moleste con algo?
-Guille..- dice guiandolo al sillón, para hablar más cómodos.
-No me asustes- hace puchero, acariciando su mano.
-Estaba pensando..que nos vendría bien un tiempo- menciona, dirigiendo su mirada a el.
-¿Porque?- contesta confundido.
-Creo que es necesario, ya sabes, tiempo para nosotros mismos, para conocer más gente y cuidar mejor nuestras amistades. Creo que es normal, no lo tomes mal- le dedica una de sus sonrisas cálidas.
Pero a Guille no le pareció bien, algo estaba mal. Lo sabía.
-Bien, creo que está bien- murmura no muy convincente
A pesar de que quizás era normal querer tomarse un tiempo, le resultaba algo doloroso, y triste.
-¿Cuánto tiempo?- pregunta al rubio.
-Un mes estaría bien- dice indiferente.
¡¿Un mes?!
Ojalá esto fuera una broma de mal gusto.
Guille no se consideraba una persona sensible, no lloraba casi nunca. Pero Emi lo cambiaba, lo doblaba, y eso lo odiaba. No podía querer llorar por algo medio tonto.
-¿No puede ser menos?
-No, creo que ese tiempo está bien.
Guille asiente, levantandose del sillón. Ambos se despiden con un beso en la mejilla, sonrientes.
Pero cuando la puerta se cierra, su sonrisa se borra, y su cara termina húmeda de las lágrimas que salían de sus ojos.
Debía ser fuerte, pero no podía. Emi era su punto débil, lograba ablandarlo con tanta facilidad..
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El Chico Trans
Fanfictionesto no sera el común diario donde la mayoría de nosotros nos desahogamos, me animé a escribir una historia como cualquier otra ;)