Capítulo 25

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El doloroso mes paso muy lento.

Dereck y Germán venían de vez en cuando a verlo y sacarlo a dar unas vueltas, tratando de animarlo inútilmente.

Aveces este par venía junto, otras veces no. Pero le gustaba que se preocupen por el, a pesar que no quería preocuparlos mucho.

Había recibido una llamada del rubio para verse esta noche, están muy ansioso de poder verlo de nuevo. Sentir la calidez que le daba su cuerpo, las corrientes que le daban cuando sus labios chocaban y sobre todo aquellas tardes tirados en su cama, disfrutando de la cercanía del otro. Sus manos juntas o los dedos entrelazados, el ardor en sus mejillas cuando le decía algo lindo, todo.

-Hola- dice nervioso Guille al llegar al lugar donde quedaron.

-Hola- dice sonriente Emi, pero a Guille le resultó año extraña.

-Bien, yo..supongo que debo preguntarte cómo estuviste, ¿Te fue bien el tiempo?

-Mmh, si, me fue bien.

Se quedaron un rato en silencio, y Guille trato de tomar la iniciativa, en un amargue de agarrar su mano, pero el menor la alejo despacio.

-¿Que pasa?- dice mirándolo, carraspea olvidando una pregunta. -¿Y en qué quedamos? ¿No volvemos a lo de antes?

-Guille, lo siento mucho- Ve como e
Emilio dirige una mirada triste.

-¿Por que? No me asustes.-dice nervioso.

Su piel ya estaba erizada, el terror y la desesperación podían reflejarse en sus ojos, ¿Que fue eso?

-Creo que es mejor que terminemos, Gui.

Y así fue como el mundo se le cayó a pedazos. Se sintió tan pequeño en esos momentos. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero a diferencia de antes, no trato de retenerlas, bañando sus mejillas en esa agua salada.

-¿Me estás jodiendo, no?- dice con la voz quebrada.

El menor niega despacio, sintiéndose sumamente culpable por dejarlo así.

Un mar de emociones desagradables corre por el cuerpo de Guille, y sin evitarlo, las saca a través de lágrimas por sus ojos.

-Yo..Conocí a alguien- murmura bajito, pero lo suficientemente necesario para que el otro lo escuche.

Suelta una risa amarga, revolviendo su pelo. Su pecho se oprimio horriblemente, dejándolo con una sensación para nada agradable.

No lo podía creer, Guille en verdad pensaba un futuro hermoso con Emi, ¿Lo estaba tirando todo a la basura?

-No me toques, Emilio.

Se aleja del rubio, eran muchas emociones feas juntas, quería estar solo, gritar, llorar. Él era parte de su corazón, y lo había perdido.

-No podes sentir cosas en un solo mes Emilio, razona un poco- le mira nublado debido a las lagrimas- Nos conocemos hace mucho, es imposible relacionarte con alguien de la misma manera en un mes.

-Lo conocí desde antes, nada más que no había pasado nada fuera de lo comun, y cuando paso..senti cosas.- lo mira de reojo, triste

Apoya sus codos en las rodillas, llorando con más fuerzas. Se había roto, no le importaba que estén en público (a pesar de que no pasaba nadie por allí), le habían quitado un pedazo de si mismo. Porque el lo sentía así, eran del uno para el otro, estaba seguro.

Estaba

Dió por finalizada la conversación, se levantó del banco y despacio susurro un adiós para volver a su casa.

-Mama, ven a buscarme- dice con la voz rota a través del teléfono.

Estaba echo una bolita en aquel banco, esperando ser amado por su madre como siempre, cada vez que no tenía a nadie, ella se encontraba ahí, pendiente de el.

No tardó mucho en llegar, en el camino no par de llorar explicándole lo que sentía a su mamá, y lo que le había dicho Emilio. Esperaba que lo entendiera, pues trataba de no sollozar mucho, pero le era imposible.

Lo mismo le pasó con Dereck, y con Germán. Estos pensaban en cortarles las bolas a su ex novio, de verdad.

Trataban de sacarlo a salir, pero a diferencia de la última vez, se negaba completamente. Nadie lo veía con el rostro seco, vivía empapado en lágrimas.

-Tenés que salir, te hará bien- dice Dereck enjabonando su espalda, mientras Germán estaba sentado en el inodoro con la tapa abajo.

-No quiero- dice jugando con la espuma de la bañera. -Quiero un porro, Germán- hace puchero mirándolo.

-Ni loco, te harás adicto a esa mierda estando así- dice el más bajito.

-Dereck..- lo mira con súplica a él.

-Si sales a dar una vuelta con nosotros, si.

Él que estaba siendo bañado duda un poco, jugando con el agua de la bañera.

-Bien, pero más les vale darme ese porro, bien tronco, no de esos finitos- dice Guille amenazante

-Bien..

-¡¿Sabes lo que me saldrá eso Dereck?!- dice Germán angustiado.

-Calla y consíguelo, yo te lo pago- le sonríe, y deja un beso en sus labios.

Su relación había avanzado entre ellos, se besaban frente a Guille nada más, después de eso nada, sus papás no sabían, nada de sexo, nada que solo besos dulces.

-Iugh- dice arrojandoles agua.

Los chicos ríen limpiando su rostro y envuelven en una toalla a Guille. Se había vuelto como un bebé.

Después de vestirse, salen los tres juntos a dar unas vueltas al centro, todo iba de maravilla.

Habían tomado un helado, jugado en el parque, se habían dado mimos, y muchas cosas más.

A la vuelta de casa, una pareja le llama la atención a Guille. Bueno, ¿A quien no? No muchos homosexuales se mostraban a la luz.

Era un chico de tez blanca, con su cabello muy rubio, labios rosados fuertes y musculoso, tenía algo de barba en su menton y mandibula, y un arete en el labio.

A su lado, compartía besos con un chico también algo rubio..espera. Se dijo a si mismo.

Ese era Emilio.

Se manoseaban descaradamente, mezclando sus bocas desesperados, muy felices a su parecer.

Vaya que escogió bien por lo menos, también se hubiese dejado el mismo si se le cruzaba alguien así.

Germán y Dereck notan el silencio, y miran donde Guille. Rápidamente cubre sus ojos.

-No veas eso Guille- dice levantandose con él en brazos.

Germán también los sigue a un lado, alejándose de ahí.

-No importa Dereck, yo también me hubiese dejado si fuera él. ¿Lo viste bien?- murmura con un puchero.

-No digas eso, para mí sos mucho más lindo- le dice sonriente.

Pero recibe un puñetazo en la mandíbula por la persona entre sus brazos.

-¡No mientas!- le grita enojado.

Todos se quedan callados, le arde bastante la zona golpeada, pero no sé queja de nada. Ya había recibido bastantes por Guille, no hacía nada uno más.

-Vamos a casa- le murmura a Germán.

-¿Viste como agarraba su trasero?- murmura escondiendo su cara en el cuello de Dereck.

-No pienses en eso Gui.

-Y sus lenguas jugaban tan bien, lo hace mejor que yo- pronuncia triste.

-Basta Guille- pronuncia ahora Germán.

-Es que es un puto Dios el que está a su lado, jamás lo tendré de vuelta- dice rodeando el cuello de Dereck con sus pequeñas manitos a comparación de las de él, envolviendolas en el cabello enrulado.

El Chico TransDonde viven las historias. Descúbrelo ahora