Esta vez ambos se habían levantado a comer, Germán corrió a la heladera cuando se levantó, en busca de comida.
-Veo que hoy tenés hambre- dice Dereck con una sonrisa.
-Buen dia- deja un dulce beso en sus labios.
-Aguanta un poco, ya termino.
Germán hace caso, ignorando a su estómago rugir por algo de alimento.
Coloca la mesa, y una vez todo listo ve a Dereck salir con la olla en mano, sujetándola con unos guantes. La apoya en la mesa, y cuando retira la tapa sale vapor.
-Son fideos caseros, con una salsa que me enseñó tu tia- dice sirviendo en ambos platos.
Ni bien termina con los dos, Germán empieza a comer, despacio. Tenía que controlarse.
-¿Dormiste bien?- le pregunta Germán.
-Si, ¿y vos?- le pregunta dulcemente.
-También- vuelve a inclinarse para dejar un beso en los labios.
Ambos terminan de comer y Dereck se coloca una ropa ligera para ir a trabajar. Había sido contratado en un restaurante. Su rol variaba, a veces cocinaba y cuando había mucha gente ayudaba a las chicas a tomar pedidos y llevarlos.
-Vuelvo algo tarde hoy- informa Dereck.
-¿Porque?- forma un puchero Germán.
-Me pagan casi el doble si me quedo, se ve que muchos se tomaron el día. Así que voy a aprovechar.
-¿Alcanzarias para salir juntos después?- pregunta tímido Germán.
Hoy tenía ganas de pasar una noche con él, hace mucho se quedaban en su casa.
-Si, de seguro- le sonríe.
. . .
-¡Esto es fantástico!- dice Fabián entrando al boliche que habían abierto hace poco.
-Si, está bastante bueno- afirman Santiago y Mariano.
Ale, sin embargo, estaba totalmente arrepentido de venir. Él no salía, mucho menos a fiestas así.
-¿Que van a tomar?- dice Fabián mirando a los otros.
-¡Empecemos con vodka!- dice Mariano.
Todos festejan eso y van a la barra, pero Ale no toma su vasito, asqueado lo aparta cuando siente su olor.
-Vamos Ale, proba un poco- le anima Santi.
-Si, solo por hoy. Van a empezar los exámenes y después no vas a poder experimentarlo- dice Mariano.
Fabián lo observaba curioso. Y queda sorprendido cuando Ale toma el vaso y se lo manda, para hacer un gesto de disgusto total.
Todos a su alrededor ríen, incluído Guille. Había puesto una cara muy graciosa. Amador aún no había llegado.
-Ahora si empecemos con cosas más ricas- dice Fabián.
Pidieron un par de Gancias y Smirnoff. Todos las disfrutaban entre risas, y Ale de vez en cuando daba un sorbo a su bebida.
Éste último tenía miedo de quedar en ridículo, nunca había probado bebidas en exceso. ¿Que pasaria si se emborrachaba muy pronto? Sus amigos parecían tener el cuerpo limpio todavía.
Al rato llega Amador, y una vez de presentarse todos se dispersan por distintos lugares.
Fabián se había quedado charlando en la barra con Ale. Guille supuso que le estaba pidiendo disculpas.
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El Chico Trans
Fanfictionesto no sera el común diario donde la mayoría de nosotros nos desahogamos, me animé a escribir una historia como cualquier otra ;)