Una semana.
Una semana paso desde aquella vez, nada cambio mucho.
No había tenido sexo, se desesperaba al tenerlo lejos. Porque ahí era cuando esos pensamientos atacaban. Pero lo podía soportar, porque Germán le puede.
Porque estaba enamorado.
En las tardes, iba a dar unas vueltas o a la casa de el viejo amigo que había visto la última vez para distraerse.
. . .
Por otra parte, el ambiente entre Guille y Emi era bastante tenso.
No habían vuelto a estar muy juntos, pero si se trataban como cualquier amigo, regulando su espacio y su comportamiento a uno "normal".
Guille estaba jugando con Daniela en el suelo, bueno, quizás no. Tenía la mirada perdida, no estaba concentrado.
Emi lo analizaba disimuladamente, y se levanta.
-Dani, vamos a mi pieza- le avisa.
Guille levanta la mirada, para encontrarse con sus ojos verdes favoritos.
-Bien, yo creo que voy a dormir Emi.
-Bueno, cualquier cosa tocas la puerta y te ayudo en lo que sea.
Ambos adolecentes se levantan, y se dirigen a la habitación. Una vez que entran, Emi cierra la puerta con seguro.
-Me cansé de esto- dice acercándose a él peligrosamente.
-¿De que?- dice haciendose el desentendido.
-Lo sabes muy bien.
Y antes de que pudiera contestar, Emi estampa sus labios contra los de Gui. Corrientes eléctricas los recorren, e instintivamente rodea su cintura con los brazos, mientras el otro enrieda algunos de sus rizos con sus dedos
Besaba bien, realmente bien. Recorría con su lengua despacio toda su cavidad bucal, tomándose el tiempo de detallar cada relieve.
Se siente realmente torpe a su lado, sin poder seguirle el paso. Sus piernas comienzan a flaquear, y vuelven los nervios a recorrer el cuerpo del castaño.
Vaya que se le había adelantado en esto, y no se quejaba. Le encantaba.
Cómo Emi sabe que está bastante atrapado en ese beso, aprovecha a recorrer su cuerpo con las manos.
Y tenía que admitirlo, el también lo había extrañado. Disfruta cada sensación que siente con él.
Finalmente sus manos se posan en sus nalgas, apretandolas jugueton. Ahí es cuando Guille se separa totalmente agitado.
Se quedan observando al contrario varios segundos, mirando como sus labios se encuentran rojos e inchados, junto con el hilo de saliva que los unía hace poco.
Escuchan atentos la respiración agitada del contrario, y una sonrisa pícara se asoma entre los labios del rubio.
-Eso fue bueno- dice Emi, abrazandolo por la cintura.
-Si, lo fue- corresponde a su sonrisa.
Pero eso no debía repetirse.
. . .La noche llego, ya era de madrugada, se le había echo raro recibir una llamada de Germán a estas horas.
Por eso pensó mucho si atenderlo o no, pero cuando iba a hacerlo, Germán la cancela.
Pasan unos minutos más, y vuelve a iluminarse la pantalla.
-¿Hola?
-Hola Dereck
Muerde su labio sonriente, esa voz tan linda. Aunque estaba algo agitada, lo que se le hizo extraño.
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El Chico Trans
Fanfictionesto no sera el común diario donde la mayoría de nosotros nos desahogamos, me animé a escribir una historia como cualquier otra ;)