capítulo 30

103 11 0
                                    

-No lo se- dice vergonzoso.

Emi se acerca a el, tomándolo de la cintura despacio. El corazón de Guille late rápido.

-¿Te besarías conmigo?- murmura cada vez más cerca de sus labios.

-Creo que si- murmura apegando su cuerpo más a el del rubio.

Emi inicia un vaivén lento, y el corazón de Guille parece haber explotado, dejando de lado todos sus nervios, angustias, etc. Solamente amor, y el placer de tener ese calor de nuevo. Su calor.

De a poco, Emi sube más el nivel al ver que Guille no es capaz de hacerlo, todavía sigue medio tonto. Pero para Guille eso no era subir un poco el nivel, eso era irse al carajo. No sabía qué hacer ya, nunca había experimentado besos así.

La lengua de Emi exploraba curiosa toda su boca, lento, cada parte saboreada. De vez en cuando mordía su labio, y comenzaba a acariciar su cuerpo.

Guille sentía que estaba en las nubes nuevamente, trato de seguir torpemente el beso, sin éxito. Así que dejó que Emi siga tomando el dominio y sea el pasivo en este beso, que ya después de cierto rato, comenzaba a ser excitante.

Bueno, solo para Guille. ¿Y como culparlo? No había sentido un par de labios hace mucho, y además de que sus hormonas estaban bastante alborotadas últimamente

A quien engaña, siempre las tenia alborotadas si lo veía.

Luego de un par de minutos que parecieron segundos, se separan.

-¿Te gusto?- dice Emi sonriente, con sus labios inchados y algo de saliva alrededor.

-Si, mucho- dice buscando sus labios nuevamente, queriendo dejarse llevar.

-Guille, no hay que excederse- ríe al ver a "el dominante" suplicar indirectamente otro de sus besos

-Lo haces tan bien- murmura aferrándose a Emi. -Por favor, uno más.

Emi se tira hacia atrás, para separarse. Y Guille se inclina más para su cuerpo, impidiendolo. Emi sonríe tomándolo de las caderas, y separandolo.

-Oh vamos, no hay nada que lo impida, ¿No? Solo un rato mas.

-Guillermo, pareces desesperado- ríe divertido.

-Es para que me enseñes un poco mas.

-Guillermo, tenés algo muy despierto me parece- dice sintiendo la entrepierna levantada de Guille sobre la suya, a diferencia que está totalmente flácida.

-Oh, mierda- dice cubriéndola, yendo al baño rojo hasta las orejas

Emi queda riéndose un buen rato, y decide golpear la puerta cuando ve que tarda mucho.

Pero no recibe respuesta, así que se asoma despacio, pero no se encuentra al chico tirando agua ahí. Su mano estaba moviéndose sobre su miembro frenéticamente.

Lo recorre un poco más con la mirada, para después cerrar la puerta mordiéndose el labio, con un bulto que ignora entre las piernas.

Cuando sale, actúa normal, esperando a que se vuelva a sentar sonriente.

-¿No querés seguir con las preguntas?

-Si- se le escapa una media sonrisa.

-Genial- corresponde a esta y se sienta con el de nuevo.

-¿Que compraste?- dice curioso.

-Ropa interior- lo mira divertido.

-Quiero verla.

-No- ríe nervioso. -¿Te gusto, Gui?

Definitivamente Emi tenía siempre las mejores preguntas.

-Un poco si, ¿Y yo a vos?

-Lo mismo- le guiña el ojo, lo que hace que el corazón de Guille vuelva a acelerarse.

-¿Sigo siendo tu tipo?- pregunta sin estar seguro de querer saber la respuesta.

-Ya preguntaste, mejor terminemoslo aca- dice algo incómodo.

Claramente el contrario lo tomo como una negación, y una sensación desagradable se hace notar especialmente en su estómago y pecho.

La noche llega, ambos van a acostarse, Guille en un colchón en el suelo, y Emi en su cama.

-¿Tenés algún pantalón para prestarme?- dice Guille.

-Si, en el segundo cajón.

Guille abre el segundo cajón, pero como siempre contó desde abajo para arriba, se encuentra otra cosa.

-¡Eso no!- dice Emi dejando de lado su celular.

Pero Guille ya había visto todas las diferentes..¿Prendas sexuales?

-Oh, no es nada- dice rascando su nuca, lo había echo sentir incómodo de seguro.

Emi cierra el cajón rápidamente. Y abre el correcto, sacando un pantalón al azar.

-Aca tenés- se lo entrega y vuelve a su cama.

-No quise incomodarte..

-Ah, no. No me incomoda, pero es raro. Ale me las regalo todas, y no quise tirarlas.

-Ah, entiendo.

Después de un rato, Emi apaga la luz. Siente como se deshace de su ropa, y Guille se acurruca entre las sábanas.

Al cabo de una hora, Emi recibe una llamada. Comenzando a hablar con alguien.

-Si, yo también te extraño- escucha decir a Emi, aparentemente hablando por teléfono. -Claro, mañana podemos vernos...si, sigo conservandolas, me gustan...¿Sabes? Quizá me gustarían más si son arrancadas por tus manos curiosas- escucha una risita pícara- hoy compré nuevas, ¿Te apetece verlas?...si, mucho mejor si las tocas, mientras yo las estreno- muerde su labio provocativo- Está bien, nos vemos, lindo.

Escucha que corta la llamada, y cuando va a asomarse para verlo, Guille se hace el dormido.

Siente su cuerpo débil debajo de las sábanas, claramente ya no era su tipo.

Su pulso va rápido, estaba bastante nervioso. ¿Quien más podía quererlo? No había recibido halagos de nadie en estos meses.

Fueron meses, ni siquiera semanas. Definitivamente no sabía ahora que había visto Emi en él antes, porque claramente nadie lo miraba con otros ojos, ni siquiera para cometer una travesura.

Claro que Dereck y Germán siempre le decían que era hermoso, pero no era lo mismo. Son sus amigos, por eso no se lo creía del todo.

Acaricia su pelo corto con sus dedos, hasta finalmente quedarse dormido.

El Chico TransDonde viven las historias. Descúbrelo ahora