Capítulo 36

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Tres años después.

Guille estaba en la universidad, sentado con cuatro amigos que había echo el año pasado allí, siguiendo su carrera de músico. Su mamá se había mudado a otra ciudad, tenía una pareja bastante estable ahora, con dos hijas por parte de ese señor. Le dijo de ir con ella y estudiar ahí, pero decidió empezar a conocer todo esto de estar solo, ser independiente.

Tenía que admitir que era algo jodido, pero de vez en cuando se distraía entre risas con ellos, y todo parecía más liviano.

Románticamente no tuvo nada. No besaba hace meses, mucho menos había tenido sexo. Se sentía un completo inútil ya para esas cosas. Pero igualmente no le importaba, era feliz con sus amigos, y todavía visitaba a Dereck y a Germán.

Su físico mejoro bastante, estaba más bronceado y musculoso, sus marcas que tanto le disgustaban antes, ya eran apenas visibles, había que mirar muy detalladamente para darse cuenta.

En cambio, Germán y Dereck ya iban a casarse. Habían avanzado muchísimo y para bien en su relación.

De vuelta me quedo atrás. Piensa.

Pero a la mierda todo, el estaba bien consigo mismo, mucho más rodeado por esos cuatro idiotas que alegraban todas sus mañanas.

-Hey, cara de pene- pronuncia Fabián, y vuelve a la realidad -¿Verdad que tiene pinta de ser totalmente inocente?- le pregunta tomando del pelo bruscamente a Alejandro.

Fabián, un chico de piel morena, de pelo negro y bien formado, con unos ojos miel preciosos.

En cambio, Ale era de piel más blanca, ojos celestes y cuerpo delgado, siempre con una sonrisa timida y algunos mechones de pelo rubio sobre su frente.

-Simplemente es timido- le responde tranquilo.

-¿Cuando vas a dejar de ser tan calmado? Mi sueño frustrado es verte enojado, gritando ¿Se imaginan eso chicos?

Los otros tres restantes ríen ante lo que dice Fabián. Y algo de razón tenía, se había vuelto mucho más calmado, no sonreia tanto pero se consideraba la mayor parte del tiempo..satisfecho.

Los primeros meses, recuerda lo destrozado que se veía, tan pálido, delgado. Pero lo superó, siempre había estado Dereck y Germán para él, insistiendo para que coma y vaya al gimnasio si se quería ver mejor.

-No lo hago aproposito, muy pocos temas me molestan- responde Guille encogiéndose de hombros.

-¡Si! Tampoco te vi ebrio, daría todos mis ahorros por eso- menciona Santiago, con una sonrisa radiante en su cara.

-Claro, no debes tener mucho- dice Fabián molestandolo.

-Eh tomado con ustedes..

-Pero no hasta el punto de estar ebrio- le replica.

-Debo cuidarme.

-Y ahí está otra vez- rueda los ojos Mariano-. Una noche de alcohol no arruinara tu majestuosa figura.

-No me gusta y ya- dice Guille incómodo.

-Bien, bien- dice Fabián levantando sus brazos en alto-. No molestemos más chicos, dejémoslo con su gran figura pero infelicidad por dentro.

Guille simplemente lo ignora, no tenía caso. Y obviamente los chicos lo miraron nuevamente confusos ¿Cómo era capaz de no enojarse?

Pero es que él ya no sentía muchas cosas, simplemente le daba igual todo. Excepto las cosas que podía llegar a decirle su mamá.

El timbre suena, los cuatro toman sus abrigos.

Dereck y Germán lo esperaban en el patio de su casa.

El Chico TransDonde viven las historias. Descúbrelo ahora