Capítulo 40

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Unas semanas después.

Germán estaba adentro de una habitación de ese gran salón, mordiéndose las unas nervioso.

Su boda había llegado.

Su piernas flaqueaban, tenía ganas de llorar también. Pero todos suplicaban que no, debía verse totalmente bien para Dereck.

-Joven no haga eso, va a lastimarse- dice la chica encargada de él.

No podía dejar de mirarse en el espejo, buscando algo fuera de lugar. Se sentó despacio en la silla, y la chica comenzó a darle el maquillaje natural adecuado para él.

No podía parar de temblar. Y un escalofrío lo recorrió de cuerpo completo.

-Quiero llorar- dice haciendo un puchero.

-Por favor no, el maquillaje está perfecto- dice la señora tratando de tranquilizarlo -Hagalo después de que se casen- le sonríe con ánimos.

Por otro lado, Dereck caminaba de un lado para otro en la habitación.

-¡Quiero verlo!- exclama desesperado.

No entendía porque ansiaba tanto su presencia ahora, lo necesitaba urgentemente.

-No podés- le dice Guille -le echare un vistazo por vos- le guiña un ojo.

-Te odio tanto ahora- dice Dereck mirándolo ir al encuentro con Germán.

Ya estaba listo, asi que salió, y todas las demás encargadas lo miraron emocionadas.

-Se ve realmente guapo- le dicen cuando va hacia ellas.

-Muchas gracias- las saluda amablemente.

En el salón, ya todos se encontraban en sus asientos. Echo un último vistazo, viendo que estaba todo en orden.

Había mucha gente charlando, compartiendo risas y comiendo varias cositas que sus compañeros aportaron y él había comprado. Algunos niños jugaban a juegos de manos entre ellos, y los bebés eran cuidados por sus mamás en la mayoría.

Varias personas se acercaron a él, Dereck los recibió con una sonrisa, comenzando a compartir palabras con ellos.

Los minutos pasaron como horas para él, hasta que llegó el momento. Las puertas se abrieron y paso Germán con una gran sonrisa.

Dejo escapar todo el aire retenido admirando su belleza. Su sonrisa no tardó en notarse, y pensaba que no ningún momento de la noche lo haría.

Lo miro con tanto amor, su corazón latía rápido. Sintieron desaparecer todo a su alrededor, que eran solo ellos, en su burbuja llena de amor.

Las piernas de Germán flaqueaban un poco, sintiendo todo su cuerpo estremecerse con la mirada profunda y cálida que le regalaba Dereck, cargada de sensaciones tan lindas.

Y él lo miraba igual. Una vez juntos, se toman de las manos, Germán rojo de pies a cabeza.

Casi que no escucharon el gran discurso del sacerdote, ambos estaban perdidos en sus ojos.

-Germán Fletcher, ¿Acepta como esposo a Dereck Hernández?

-Si, acepto.

-Dereck Hernandez, ¿Acepta como esposo a Germán Fletcher?

-Si, acepto- mostró una sonrisa.

-Los declaro maridos. Pueden besarse.

Germán rodeó con sus manos el cuello de Dereck, y éste lo sostuvo por la cintura, uniendo sus labios dulcemente.

El Chico TransDonde viven las historias. Descúbrelo ahora