Eres Perfecta Para Mí (Adrileka)

4

—¿Quieres? —pregunto Adrien extendiéndole la botella de jugo a la muchacha.

La chica solo le sonrió y acepto. Esta se había vuelto su rutina. Ella se sentaba en el mismo lugar en los recreos, él llegaba y se sentaba a su lado, observando como dibujaba. No era nada del otro mundo, pero era algo que solo compartían ellos dos.

—¿Eh? ¿Tienes un hermano?

—Sí ¿No te lo había dicho?

—No, en ningún momento ¿Lo conozco?

—No creo, no asiste a esta escuela.

—¿Cómo es él?

—Es amable, no busca peleas y le gusta la música.

—Suena como tú.

—Sí, más o menos.

Ambos jóvenes se sonrieron. Al parecer Adrien había vuelto a la normalidad en el transcurso de las semanas, de alguna forma estar con esa chica lograba tranquilizarlo, esta chica era uno de los factores que le ayudo a superar a Ladybug.

Inconscientemente eso provoco que ahora pasara la mayor parte de su tiempo en la escuela con ella. Esa extraña combinación confundió a muchos, ver al modelo con la gótica no era algo que pareciera común.

Hawk Moth había permanecido sin akumatizar a nadie en estas semanas, además, la ciudad estaba tranquila, no había habido ninguna clase de emergencia que pidiera la ayuda de los héroes, eso hacía que no se necesitara de Ladybug ni de Chat Noir.

Esto era algo bueno para el rubio, ya que le permitía descansar de su trabajo como héroe. La primera y segunda semana la disfruto, la tercera fue monótona, pero la cuarta ya le hacía querer volver a ser el héroe y ver a su compañera.

Sí, Ladybug lo había rechazado, pero eso no significaba que dejara de apreciarla. Le costó mucho, en serio que le costó pero logro superar a su ex-amor. Distanciarse de ella por tanto tiempo le había dado tiempo para pensar con un poco de claridad.

—Te falto el anillo —declaro el rubio acercándose más a ella y apuntando al dedo del héroe.

—¿Eh? Sí, aún no estoy segura de como dibujarlo, y las fotos en las que sale no son muy buenas. Si tan solo tuviera una buena foto de su anillo.

—Si quieres me dejare akumatizar —bromeo el chico— Y cuando lo veas puedes pedirle una foto.

—Jaja —rio sarcástica— Como si quisiera que te akumatizaran.

—Aww.

—Sí, ¿Si te akumatizaran quien me traería jugo?

—Que cruel —aclamo el rubio agarrando su pecho como si estuviera dolido.

Poco después ambos empezaron a reír.

—¿Interrumpo algo?

Esa voz hizo que ambos levantaran la vista, sonriente los miraba una rubia de ropajes rosados.

—No realmente ¿Qué sucede Rose? —pregunto Juleka.

—Quería saber si quieres que almorcemos juntas —dijo mostrando la caja de almuerzo que había escondido detrás de su espalda.

La gótica dudo un momento, su vista estaba entre sus dos amigos. Adrien se percató de aquello, así que solo volvió a sonreír y se levantó del suelo.

—Si ustedes van a almorzar supongo que iré con Nino —dijo despidiéndose con una mano de ambas— Nos vemos luego.

El rubio fue escaleras arriba, dirigiéndose al salón donde se suponía estaba su mejor amigo. Dentro tal y como había predicho estaba el moreno. Este lo miro algo extrañado, pero aun así le saludo.