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—¿Él... le está coqueteando?

—No lo creo, para mi simplemente está tratando de ser amable.

La joven pareja tenía en mira al mismo objetivo, Luka Couffaine. El chico de mechones turquesa se hallaba con guitarra en manos y conversando de manera muy alegre con una azabache, preguntándole acerca de sus gustos, pasatiempos, la razón por la cual quiso ser diseñadora, todo.

—¿Están bien? —pregunto Rose mirándolos.

—¿Eh? Sí —contestaron al unisonó.

—Incluso en eso se sincronizan —acoto Nino.

Ellos lo miraron extrañados por ese comentario, pero literalmente compartían hasta la posición en que espiaban al musico. Ambos estaban con una mano sobre sus mentones, con la espalda recta y usando su mano sobrante como apoyo para uno de sus codos, como si estuvieran imitando la pose de algún detective.

Juleka y Adrien se miraron y se sonrieron, les causo un poco de gracia el haber coincido en la pose sin darse cuenta. Parece que este ensayo se había transformado en algún tipo de investigación, ¿el objetivo? Descubrir si Luka buscaba algo más que simplemente amistad de Marinette.

Mientras que Adrien estaba un poco escéptico, Juleka estaba segura de que Luka no buscaba simplemente hacerse amigo de la chica, lo conocía lo suficiente para notar aquel extraño y singular brillo en su mirada. No quería que fuera cierto. Deseaba estar errada. Imploraba estar equivocada.

—Oh, ya son las ocho —acoto Nino desactivando la alarma de su teléfono.

Ante ese dato todos asintieron y dejaron los instrumentos, el ensayo había terminado por hoy. Se despidieron algo cansados, tal vez cinco horas ensayando eran demasiado, pero a pesar de ser forzoso, querían hacerlo. La mayoría tenía una meta en común, grabar el primer disco de Kitty Section. No podían perder tiempo, la competencia estaba prácticamente a la vuelta de la esquina y ellos justamente ese mismo día habían terminado de escribir la letra y la melodía, lo único que faltaba era practicar para que nadie se equivocara y los atuendos que Marinette tendría listo en uno o dos días máximo.

Una vez la casa se vacío y sólo quedaron ellos tres, Juleka intercepto a su hermano, el cual iba a su habitación a quien sabe qué.

—¿A dónde vas?

—A mi cuarto, creo que los dejare tener su noche de películas solos.

—Luka... ¿te gusta Marinette?

El mencionado abrió los ojos con sorpresa, no sólo por la tan directa pregunta, sino porque también Adrien se encontraba con ellos. Su cara comenzó a tomar un leve tono rojizo y no pudo evitar sonreír avergonzado.

—¿Tan obvio fui?

—Wow, tenías razón —declaro Adrien mirándola.

Juleka por su parte no sentía eso bien, un malestar comenzó a surgir en su estómago y se expandió por todo su cuerpo, hasta finalizar dejando un sabor amargo en su boca. Sabía que Marinette no estaba aquí simplemente para ayudar, instintivamente miro de reojo al rubio, sabía que la azabache estaba aquí por él.

Quería decirle que no se hiciera ilusiones, que buscara otra chica, que Marinette estaba enamorada de alguien más. Pero, ¿cómo podría decirlo? El ver a su hermano tan... extasiado por la chica, impedía que cualquier palabra saliera de su garganta, ¿cómo podría decírselo? ¿Cómo podría ser tan cruel? Apretó los dientes y callo, no podía contárselo, lo único que podía hacer era esperar a que Marinette olvidara a Adrien y se fijara en el musico.

—¡Eso es genial! Ustedes dos parecen llevarse muy bien —declaro Adrien.

Juleka abrió los ojos con impresión, no esperaba aquella declaración.

Eres Perfecta Para Mí (Adrileka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora