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La mansión Agreste permanecía en completo silencio. Gabriel estaba en su despacho. Nathalie frente a un computador, armando la agenda de padre e hijo. Adrien por su parte sólo permanecía en su habitación, descansando aburrido sobre su sillón, esperando que su novia viniera a buscarlo.

—¿Crees que te dejara salir? —cuestiono Plagg.

—Eso espero...

Fuera de la gran vivienda estaba ella, preparándose para tocar aquel timbre. No podía evitar sentirse algo nerviosa, iba ser la primera vez que hablaría con Gabriel Agreste en persona, claro, si no la mandaban directamente a hablar con su secretaria.

Toco el timbre y aquella cámara no tardo en salir del muro.

—Hola, soy...

—Adrien no informo sobre tu visita —respondió Nathalie a través del altavoz.

—Oh, bueno, es que vine a hablar con su padre.

—El señor Agreste está muy ocupado, no puedes hablar con él sin haber pedido un turno antes.

—Oh, será rápido, sólo quiero preguntarle si Adrien puede salir conmigo hoy.

—¿Salir?

—Em, sí. Es algo vergonzoso el tener que pedirlo, pero Adrien me dijo que su padre era un poco estricto.

—¿Qué tipo de salida?

—Una cita.

El portón se abrió. Juleka entro en los terrenos y camino hacia la mansión, desde dentro salió una mujer con una expresión un tanto neutra.

—Adelante, ahora llamare al señor Agreste.

—Muchas gracias.

Con eso dicho Nathalie se adentró en una de las puertas, en lo que se suponía era el despacho de Gabriel. Juleka por su parte miro el lugar, deteniéndose su mirada escaleras arriba, justo en la puerta de la habitación de Adrien. Saco su celular y mando un mensaje, "Estoy aquí" la puerta no tardo en abrirse y el rubio salió.

Prácticamente bajo las escaleras corriendo y fue a abrazarla, ella sólo rio al sentir los brazos rodeándola, se sentía protegida de alguna forma. Sin reparo correspondió el abrazo, su cara estaba prácticamente pegada al pecho de su novio, así que no le quedo otra que levantar un poco la cabeza para mirarlo.

—¿Tanto me extrañaste?

—Sabes que sí.

—Sólo paso un día, eres demasiado cariñoso.

—Es que te quiero mucho.

Con eso dicho ambos sonrieron. Pero su burbuja de amor fue reventada al escuchar como alguien tosía sin disimulo para llamar la atención de ambos. Justo frente a la puerta del despacho estaba un hombre y su secretaria. Gabriel tenía una expresión de seriedad absoluta, Nathalie en cambio parecía que estaba tratando de no sonreír.

—¿Quién es esta chica y que hace en mi casa?

—Es Juleka Couffaine, la chica de la última vez —le respondió Nathalie.

—¿A qué has venido?

La mirada de Gabriel era estricta, no le agradaba que una adolescente esté en su casa sin su consentimiento. En otras palabras, ella era una intrusa ante sus ojos. Juleka noto aquel aire de hostilidad de parte del hombre, así que trago un poco de saliva y trato de no mostrarse intimidada.

Adrien pudo notar dos cosas, la primera era que su padre estaba un poco molesto, y la segunda que su mano ahora estaba siendo apretada con más fuerza por Juleka, ella estaba nerviosa.

Eres Perfecta Para Mí (Adrileka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora