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—¿Le pediste una foto? —pregunto, aunque ya conocía la respuesta.

La campana ya había tocado, señal de que las clases especiales iban a comenzar, mejor dicho las clases de los clubes.

—No, todo pasó tan rápido que no tuve tiempo.

—Mi oferta sigue en pie, puedo dejar que me akumatizen si quieres.

—Como si quisiera que eso pasara —rio la gótica—. Aunque no voy a negar que hubiera sido genial pedirle una foto de su anillo.

—Seh, así hubieras podido terminar el dibujo.

—Sí, ojala pueda acabarlo rápido.

—Estas muy esmerada en terminarlo, ¿hay algún motivo?

—¿Eh? No, solo quiero terminarlo lo más rápido posible.

—Las mejores cosas no siempre son las más rápidas.

—Gracias.

—No es nada.

La campana empezó a sonar, señal de que las clases especiales iban a comenzar, o mejor dicho las clases de los clubes iban a comenzar.

—Bueno, nos vemos luego.

—¿Eh? ¿Ya te vas?

—Sí, lo siento, tengo clase de esgrima. Además, tu también tienes que ir a algún lugar ¿cierto?

—Tal vez —rio la gótica.

—¿Vas a dejarme con la curiosidad? Vamos, dime.

—Club de arte.

—¿Hm? Yo pensé que estarías en el de música.

—Bueno, ya sabes, Rose esta allí así que...

—Hm... Si tú lo dices.

—¿Qué fue ese "Hm"?

—Nada.

—Vamos, dime.

—Na-da —dijo juguetón.

Despidiéndose se levantó del asiento y salió del salón, dejando detrás a la gótica curiosa. Al momento en que salió del salón lo que lo esperaba no era una escena muy agradable.

—Solo dije la verdad, una vez villana siempre villana.

Aquellas palabras hicieron que sus oídos se agudizaran un poco «Por favor no» pensó mientras miraba preocupado a la emisora de aquella voz. Lo que vio fue a cuatro chicas que no parecían estar muy felices.

—Déjala en paz —le hablo Marinette.

—Marinette, no hace falta.

—Claro que hace falta, Aurore, ella no puede venir a molestarte solo porque le dé la gana.

—Dupain-cheng, tan entrometida como siempre, ¿no tienes otro lugar donde ir a tartamudear? —pregunto Chloe irritada ante la presencia de la azabache.

—¿En serio crees lo que dices?

—Sí, una vez villana, siempre villana —volvió a repetir.

—Entonces supongo que también se aplica a ti ¿verdad? —pregunto la azabache de forma cínica.

—¿Q-Que?

—¿No es así, Antibug?

La diva apretó los puños y los dientes ante lo que acababa de escuchar, se sentía insultada. Su cuerpo ni siquiera alcanzo a moverse, ya que un rubio se unió a la discusión.

Eres Perfecta Para Mí (Adrileka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora