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—Marinette...

Los ojos del rubio se abrieron por completo, aquello había sido una gran sorpresa para él. Volteo a un lado, dispuesto a mirar a la diseñadora, obviamente hablaría con ella después. Por su parte la azabache estaba feliz, agarrada al brazo de su amigo mientras ambos cantaban y bailaban al ritmo de la canción que ya ambos conocían.

Adrien no sabía como sentirse con respecto a eso, le creía a su novia, pero al ver a Luka y Marinette tan felices, no podía evitar creer que esos dos eran pareja, y sabía que a Luka le gustaba la chica, ¿ahora mismo que impedía que esos dos se volvieran pareja? La respuesta le llego como un golpe, la chica había detenido sus movimientos, se había percatado de que estaba siendo observada.

Ella le sonreía de una manera que antes no habría notado, era una sonrisa apenada, y acompañando esa sonrisa estaban unas mejillas teñidas de rojo. Le agradaba Marinette, pero no de esa forma ¿cómo haría para rechazar a una de sus amigas? Por puro impulso su atención cambio hacia Luka, ¿cómo podía ayudar a su amigo?

Se sintió... mal. Estaba a punto de romperle el corazón a alguien, y en el peor de los casos, de que dos de sus amistades quisieran alejarse de él. Y no pensaba aquello simplemente por el hecho de que Luka descubriera que Marinette estaba enamorada de él, sino porque sabía que por lo menos se molestaría si descubría que él había lastimado a Marinette de alguna forma, porque así era estar enamorado. Adrien se molestaría si alguien le hiciera algo a Juleka. El amor era complicado.

La mano de Adrien fue sostenida suavemente, eso lo hizo voltear. Una pelinegra lo miraba con una expresión preocupada, casi triste. Ella seguía preocupada por ser remplazada, y el hecho de que Adrien estuviera mirando tanto tiempo a Marinette, no la ayudaba a sentirse segura. La situación era mala, pero Adrien sonrió y entrelazo sus dedos con los de la chica, así tratando de calmarla. Él la amaba. El amor era complicado, pero valía la pena.

—Hablare con ella luego del concierto...

—¿Q-Qué?

—Tú... estás en malos términos con ella, ¿verdad?

—Yo...

—Princesa, no quiero que pierdas a una de tus amigas por mi culpa. Además, también hago esto por Luka.

—¿Por Luka?

—Creo que debo dejarle las cosas claras a Marinette...

—Tú... no le dirás que Luka... —musito preocupada.

—No lo sé.

Con inquietud en su pecho e inseguridad en sus palabras, Adrien abrazo a su novia por la cintura, no sabía si perdería a una amiga, no sabía si perdería a un amigo, lo único de lo que estaba certero era de que no quería perder a su princesa.

El concierto al igual que el resto de la noche pasaba de forma grandiosa, los gritos del publico se incrementaron al momento en que el mismismo Jagged entro al escenario. Pero, a pesar de la emoción Adrien no podía evitar desviar la mirada para ver a Marinette, la diseñadora noto eso y comenzó a sonreírle, por más vergüenza que le diera, no podía evitar sentir una felicidad en su pecho y calor en sus mejillas, el chico que le gustaba la estaba viendo.

Gracias a Dios, sólo ellos dos se dieron cuenta de las miradas discretas que intercambiaban.

El escenario se destruyó. Eso sorprendió a más de uno, no eran efectos para hacer que la estrella del rock se viera mejor, literalmente parte del escenario en el que estaba parado hace unos minutos, ahora estaba destruido. Afortunadamente el famoso no sufrió herida, pero eso no significo que se sintiera bien, miro con horror y sorpresa al villano.

En el cielo, con una mirada molesta, dos bombas negras en sus manos y un jet en su espalda, sin dudar lanzo otra de esas bombas al escenario al ver que Jagged estaba ileso. Los cuatro adolescentes eran los mas expuestos, ya que eran los más cercanos a la zona de impacto. Adrien miro instintivamente a Juleka y se abalanzo sobre ella, tirándola al suelo mientras la cubría.

Marinette por su parte, jalo a Luka por brazo, haciendo que ambos se alejaran del lugar. El estruendoso sonido de la explosión hizo eco en sus oídos, gracias al actuar rápido de Marinette ambos habían zafado, pero Adrien y Juleka eran otra historia...

Incapaz de verlos por el humo, ya asumían lo peor.

—¡Jul! —grito el chico a punto de correr a la escena.

Sin saber que hacer, Marinette lo detuvo, agarrándolo por el brazo. No era buena idea que el joven guitarrista permaneciera allí. Quería mantener la compostura, pero era imposible que su mano no le temblara.

—H-Hay que irnos, Ladybug se encargara de...

Sus palabras se detuvieron. El humo comenzaba a disiparse, ahora se podía distinguir la silueta de dos personas, ambos en el piso, una sobre la otra. La figura masculina estaba encima de la chica, cubriéndola por completo con su cuerpo, una sonrisa adolorida se podía empezar a distinguir en su cara, al igual que aquellos ojos verdes.

Luka y Marinette miraban con total sorpresa aquello. La gótica estaba bien, al parecer el rubio había recibido prácticamente todo el impacto, pero lo miraba preocupada y asustada, él sonreía, ¿pero eso significaba que estaba bien?

El joven del traje negro se veía adolorido, el impacto había sido atroz, sentía como si su cuerpo estuviera a punto de desplomarse, pero trataba de mantense estable. No pudo más. Termino por caer sobre la chica. El traje de cuero desapareció y un pequeño felino salió del anillo, cayendo a un lado de la gótica.

—¿Adrien? ¿Plagg?

El tono de desesperación en su voz era evidente, rápidamente llevo su mano al pecho del rubio, no sabía por qué lo hizo, seguramente para calmarse a ella misma y decirse que todo estaba bien, y funciono medianamente, al sentir el latido del chico se tranquilizó un poco, él estaba bien, dañado, pero bien. Giro su mirar, para así poder ver a Marinette y Luka, ambos tenían la boca abierta a más no poder, Juleka entendía ese reaccionar, pero ahora no era momento de estar sorprendido.

—¡Luka, ayúdame con Adrien!

El mencionado tardo unos segundos en reaccionar, pero cuando al fin lo hizo, corrió hacia su hermana y cargo al chico en su espalda. Juleka por su parte se dispuso a recoger a Plagg del suelo.

—Mi hermoso cuerpo... —se quejó Plagg en una pose dramática y con los ojos cerrados.

—Adrien está mal.

Los ojos del kwami se abrieron por completo, cansado se levanto de las palmas de la chica, pero no las abandono.

—Jul, ¿qué es eso? —pregunto el chico al ver al kwami.

—¿Puedes darme... queso?

La gótica asintió, metió su mano dentro de la camiseta del rubio, tras buscar un poco encontró uno de los pedazos de camembert que el chico siempre llevaba consigo. Sin mucha espera se lo dio al felino, el cual lo devoro de inmediato, sin siquiera molestarse en disfrutarlo como siempre lo hacía. Trataba de verse tranquilo, pero la gótica sabía que el kwami estaba casi tan preocupado como ella, o tal vez incluso más.

—Él estará bien, no te preocupes... —le hablo Juleka.

—¿Eh? Claro que lo estará, siempre es así...

A pesar de sus palabras ahora había algo diferente, y él lo sabía. Aparto la mirada, para así poder mirar de reojo a una azabache que parecía seguir petrificada. Conocía a esa chica, y esa chica lo conocía a él, Plagg, el kwami de Chat Noir.


¿Que puedo decir? Estoy de buen humor así que publico un capitulo de más. Esto no va a afectar la actualización del domingo.

Por cierto, ya falta poco para el final.

Eres Perfecta Para Mí (Adrileka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora