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Del interior del auto descendió el rubio, el cual no tardo prácticamente nada en despedirse de su secretaria y su guardaespaldas para ir corriendo dentro de la escuela. Al segundo en que puso un pie dentro fue interceptado por alguien que no esperaba.

Esos ojos azules se clavaron en él, lo miraban preocupados, él por su parte sólo se sorprendió un poco al ver que esa chica se interpuso en su camino.

—¿Qué pasa, Chloe?

—Lo siento.

—Te escucho...

—Estuvo mal lo que dije, no quiero que sigas molesto conmigo.

—¿Algo más?

—No lo creo, ya me disculpé —respondió insegura tras un silencio.

—No tienes que disculparte conmigo.

—¿Quieres que me disculpe con ella?

—Si de verdad estás arrepentida por lo que dijiste, sí.

Suspirando levemente, bajo la cabeza ¿disculparse? ¿Cómo se hacia eso? Era algo totalmente nuevo para Chloe, no podía creer que iba a pedirle perdón a una chica solo para poder volver a hablar con su amigo.

—Esta bien —dijo ocultando su amargura.

—Gracias.

Así fue como ambos subieron las escaleras, la arrogante y el modelo, sólo intercambiaron algunas palabras mientras subían, nada fuera de lo normal. Bueno, tal vez sí, la rubia parecía más cuidadosa con sus palabras, eso fue algo que noto el chico.

¿La razón? De verdad estaba preocupada por su amistad con él, ya llevaban unos cuantos días sin hablar. Y para ser sincera consigo misma, Adrien era su único amigo sin contar a Sabrina, el hecho de que le haya gritado y dicho que no pensaba en volver a ser su amigo la hizo reflexionar, o mas bien quejarse con su mayordomo, el cual fue el que la aconsejo para tratar de ser mejor persona.

Al entrar al salón el chico fue directo a uno de los asientos del fondo, en el cual se encontraba su mejor amiga, la pelinegra sólo lo miro preocupada, no, miro con preocupación detrás de él, ya que podía notar la mirada de Marinette y Alya en ella.

—Princesa...

—La clase va a comenzar —interrumpió—. Ve a tu asiento.

—¿Eh? Lo sé, pero...

—Adrien, en serio no es un buen momento.

—Lo lamento —vocifero Chloe.

Esas palabras hicieron que la chica abriera los ojos más de lo normal, ahora notaba a la chica que estaba al lado de su amigo. Una rubia le miraba con unos ojos que expresaban arrepentimiento, eso era algo nuevo.

—Lo lamento —volvió a repetir— Sé que seguramente no quieras hablar conmigo, no te culpo, dije cosas muy malas, solamente quería disculparme, de verdad estoy arrepentida, lo siento.

Los ojos de la pelinegra alternaban entre mirar al rubio o a la chica preocupada a su lado.

—No importa. Gracias por disculparte, Chloe.

Sin siquiera objetar o decir otra palabra la blonda se fue a su asiento. Adrien le miraba con una sonrisa, ese había sido un gran paso para corregir la actitud de la chica, sólo esperaba que fuera real y no sólo un acto más.

—Espero que puedan llevarse bien de ahora en adelante.

—¿Qué?

—De verdad parece dispuesta a tratarte mejor, por favor dale una oportunidad.

Eres Perfecta Para Mí (Adrileka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora