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—Quiero que dejes de hablar con Adrien.

—¿Qué? —pregunto Juleka incrédula.

—Quiero que dejes de hablar con Adrien, te lo estoy pidiendo por favor.

—¿Por qué?

—Tú sabes muy bien que a Marinette le gusta, la estas lastimando.

—Ya dije que no era lo que parecía, Adrien tuvo un...problema y trate de calmarlo.

—Juleka, quiero que seas cien por ciento sincera conmigo, ¿te gusta Adrien?

—Él es mi amigo.

—Eso creí. Te lo pido, por favor deja de hablar con él, solo por un tiempo.

—¿Cuánto tiempo? —suspiro tristemente.

—Un mes creo que será suficiente.

—¡¿Un mes?! ¡No puedo dejar de hablarle por un mes!

—¡Por favor! ¡Marinette estaba llorando, se lo debes, gracias a ella pudiste deshacerte de tu "Maldición"!

La expresión de la gótica se transformó en una de culpa, ¿esto era chantaje? No importa lo que fuera, se sintió mal por la azabache. A pesar de que solo pasaran dos días, pudo notar que Marinette estaba más apagada de lo normal, ya ni siquiera le dirigía la palabra a la pelinegra.

—Está bien, pero por favor, si van a hacer algo háganlo rápido.

—Gracias.

Sin más que discutir Alya se levantó de su asiento y salió del salón. El ciclo escolar había terminado hace rato, la única razón por la que se mantuvo en el salón fue porque la chica se lo pidió, pero no esperaba que le pidiera esto.

Con un aire un poco melancólico salió del aula, no quería que nada de esto pasase. Además ¿cómo se supone que ignoraría a su mejor amigo por todo un mes? Pasaba casi todo el día con él, ya ni siquiera recordaba que era lo que hacía antes de que empezaran a hablar.

Agregándole a eso que de verdad quería hablarle, acababa de descubrir que era Chat Noir, tenía muchas preguntas que deseaba hacerle... No, eso solo era una excusa, simplemente no quería dejar de pasar tiempo con él, lo extrañaría demasiado y lo sabía.

Suspirando pesadamente salió de la escuela, tomo su bicicleta y se fue de allí. Al llegar a su casa simplemente saludo con un "Volví" y se adentró en su habitación.

No le gustaba lo que tenia que hacer, además, aún tenía que asimilar lo que había descubierto. El saber que Chat Noir y Adrien eran la misma persona era algo que no hubiera imaginado, pero después de ver las señales indirectas que el rubio le había dado no pudo evitar sentirse estúpida.

Es decir ¿quién aparte de ellos dos la llamaba princesa? Nadie. Llevando una mano a su frente movió parte de su flequillo y llevo algunos cabellos detrás de su oreja. Parecía mantener la calma, pero no lo hacía.

Era demasiado, que la rechazasen, descubrir que su mejor amigo era un superhéroe y tener que separarse de él debido al amor de una amiga. Todas esas cosas habían formado sentimientos fuertes.

El rechazo le provoco dolor, pero pudo superarlo gracias a que Adrien estuvo a su lado.

Descubrir la identidad secreta de su amigo fue sorprendente, pero ya que él parecía desesperado por eso, decidió que debía tranquilizarlo, así devolviéndole el favor de alguna forma por todo lo que había hecho por ella.

Pero ahora. Saber que no podría estar con él, y saber que él no podría estar con ella, solo dejaba un sentimiento, tristeza. Un vacío en el pecho, sabiendo que lo estaba por hacer era por voluntad propia. Suspiro pesadamente esperando que aquel vacío se fuera con el suspiro.

Eres Perfecta Para Mí (Adrileka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora