Como enamorar a un mesero huraño.

Regalo.

La cafetería permanecería cerrada por la mañana para darle tiempo a su querido personal descansar antes de la ajetreada noche que les esperaba.

Kyle se despertó tarde, aprovecho sus horas para darle algo de mantenimiento a su motocicleta e hizo una llamada con su familia antes de partir al trabajo.
Kubo por su parte se levantó temprano, práctico algo de tai chi junto a su abuelo en el parque, volvió para ensayar un poco en su shamisen y se arreglo para irse.

Miguel se incorporó con el sol con una sonrisa en sus labios y renovada energía todo el día haciendo sus quehaceres tarareaba la melodia que cantaría esa noche para el dueño de sus sueños Hiro Hamada, cada vez que pensaba en su sonrisa soltaba un suspiro de colegiala enamorada y ni hablar de sus bellos ojos rasgados.
Ya casi era la hora de marcharse, pero antes hizo una llamada que sin duda harían a un japones muy feliz.

Marco apenas se levantó y ya se sentía una mierda.
Toda las noches tenía la misma pesadilla, por fin lograba robar un ansiado beso de esos finos labios de color nivea cuando Miguel los miraba y sin decir más se marchaba perdiendolo y haciendo que lo odiara de por vida. Siempre se levantaba llorando, no podía continuar así, este método Kylesiano de mantener su amor en privado acabaría pronto con él si no hacía algo primero.

¿Y Hiro? Pues aprovecho esto para terminar un proyecto atrasado que Alistar Krei le pidió hace una semana. Una vez terminado, se fue a dormir tarde y despertó casi a la una de la tarde con su tía jalando su oreja.
Después de recibir un merecido regaño de parte de Baymax y tía Cass sobre la importancia de dormir a sus horas y no dejar todo de último minuto solo por ser un genio Hiro salía de ducharse cuando una caja de regalo sobre su cama llamó su atención, abrió el obsequio que Cass amablemente se encargó de hacerle saber era suyo mediante una tarjeta, y al mirar su contenido se sintió empalidecer, esto era una broma ¿no? Salió corriendo a su armario y con desesperación comenzó a buscar su uniforme para hacer de mesero esa noche pero no lo encontró.
Acto seguido como todo el joven adulto maduro que era Hiro, dejó salir un calmado grito que se escuchó hasta la frontera, mientras su tía reía divertida por la confrontación que estaba por darse.

-¡TÍA CASS!

-¿Que sucede cielo?- Preguntó de forma inocente. Mientras observaba a su sobrino enojado bajar a la cocina usando solo una toalla en la cintura.

-¿Donde está mi ropa?- preguntó con la sonrisa más falsa de su repertorio.

-La oculté para que usaras el lindo atuendo nuevo sobre tu cama.- contestó como si no fuera la gran cosa.

-¡Sobre mi cadaver usaría algo así!-

-Bueno si eso quieres haré que te lo pongan en tu velorio, así como lo usaras esta noche en mi evento Hiro.- La sonrisa dura de su tía mostraba que no daría su brazo a torcer.

-¡¡Tía Cassie porfavor!!- rogó en un dulce e inocente tono, poniendo ojos de perrito regañado.

Pero Cassandra ni se inmuta.

-Usarás lo que te pido Hiro, te recuerdo que soy tu jefa y se hace lo que diga.- Se cruzó de brazos y lo miró molesta.

El genio suspiro, no podía amenazarla con renunciar, esa era una pelea que terminaba con cinco días de incomodidad entre ambos y Hiro se negaba a pasar por eso de nuevo.
-Vamos tía, por favor usaré cualquier otra cosa que quieras, pero no ese vestido.-

-Oh ¿cualquier cosa dices?- la sonrisa de la castaña era digna de un niño el cual consigue lo que quiere. El azabache trago saliva, se acababa de meter en problemas.

Como la buena mujer de negocios que era Cass estaba feliz, sabía que su pequeño se negaría a usar el vestido tipo maid de color rosa pastel, lleno de olanes y moñitos. Pero si se lo presentaba como única opción de vestimenta podría conseguir su objetivo.

Ahora miraba orgullosa a Hiro usar unas orejas de gato color negro con el centro rosado, traía un pantalón negro muy ajustado para resaltar sus glúteos, amarrado a éste una esponjosa cola negra que hacia juego con sus orejas y por último tenía una camiseta de manga larga lisa de color negro que hacía lucir el cascabel dorado que traía como gargantilla.

El genio tenía cara de molestia pero sus mejillas estaban rojas de la vergüenza de usar dicho atuendo.
A su lado el pequeño Kubo tenía la cara completamente roja de la pena y sus manos jugaban con su cabello para intentar distraerse.
El mencionado traía unos pantalones blancos no tan ajustados y una camiseta del mismo color de largo cuello v que dejaba al descubierto parte de sus pectorales, al igual que Hiro tenía unas orejas pero las suyas eran color blanco con el centro rosado, su esponjosa cola haciendo juego y una gargantilla con un cascabel fiusha.
Y por último Kyle, el debía estar en la cocina, así que portaba una filipina de color gris claro al igual que su pantalón y sus ya usuales zapatos de cocina color negro. Lo único diferente además del color de su uniforme era que por ese día Cass lo obligó a usar un gorro de chef blanco que tenía dos grandes orejas de conejo color gris unidas a cada lado de este. Su cara era indiferente, pero se sentía extraño con el sombrero.
Cass vestía una blusa a rayas amarillo con negro y usaba en su cabeza un par de antenas negras con la punta color amarilla, simulando ser una aveja.

Y así el equipo lucky animalitos del bosque estaban listos para la noche de karaoke. El café abrió sus puertas desde las cinco de la tarde, pero el local se mantuvo tranquilo hasta las siete, con el caer del sol la gente comenzó a llenar más y más las mesas, sobre todo después de que las redes sociales entraran en acción con una fotografía tomada de contrabando de los dos chicos lindos vestidos de gatito que atendían en el local.

Kubo y Hiro se volvían locos entre atender, llevar pedidos y rechazar el intenso coqueteo de diversas chicas y chicos en el local, agregando los graznidos desafinados de la gente que pasaba a cantar. Pocas personas tenían una voz decente, pero al final todos parecían divertirse y era su trabajo así que tampoco podían quejarse.

-Detesto esto, solo en lo que llevamos ya me han tocado el trasero unas cinco veces.- Se quejaba Hiro recargandose en una de las paredes de la cocina.

-Opino lo mismo, nadie me mira a los ojos desde que comencé a atender hoy.- expresó el japonés del parche que se cubría el pecho avergonzado.

-Estoy pensado que debí escoger el vestido rosa, al menos no sentiría los toqueteos entre tantos olanes.- Río el genio de la robótica.

-Me alegra que no lo escogieras, de ponerme un vestido mi abuelo no dejaría de molestarme, el siempre pensó que debí ser una chica.- Soltó un suspiro y se encogió de hombros.

-Pues yo estoy bien quitando lo estorboso de este gorro. Pero ¿podrían decirle a los clientes que dejen de matar gatos allá adelante? ¿De verdad a eso le llaman canto?- los tres comenzaron a reír les venían bien estos pequeños respiros durante su trabajo solían hacer el día más llevadero. Y continuarían un momento más de no ser por una voz que los interrumpió abrupta mente.

-Meserooooo- Grito una ya bien conocida voz por los chicos de la cocina.

-Meseritoooooo- canturreo la segunda voz conocida. Los chicos no deseaban salir a seguir siendo acosados, pero el par de mexicanos tenían sus métodos para lograr su cometido.

-Mamá Cass sus empleados se están haciendo tontos en la cocina otra vez- se escuchó decir Marco haciendo que tanto Hiro como Kubo salieran con rapidez a atenderlos.

-Ahí estan, hola chi...- Los tres mexicanos presentes se quedaron boquiabiertos al observar al par de japoneses vestidos de gatos frente a ellos.

Mirando con atención a Hiro, tanto Marco como Miguel sintieron que se les paró.............
El corazón, al ver al chino en su adorable atuendo.

Mientras Leo miraba a ambos azabaches, este se acaba de volver su café favorito.

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Arco viernes de Karaoke:
*Regalo. ☑
*Viernes de Locos.
*????
*????

Habrá una canción en español y una en inglés dejo en sus manos la elección quien canta en grigo y quien en español Miguel o Marco?

No estoy 100% segura si serán 3 o 4 capítulos solo de esto del Karaoke, me gustaría no alargarlo tanto. ='v

Los quiero a todos. 💕💕

Lors~*