Como enamorar a un mesero huraño.

¡Es Hoy!

¿Como terminó siendo arrastrado a esa locura? El plan de Kyle cuando marcó a Miguel quizá no estaba muy bien detallado pero sin duda era mejor que la estupidez en la que terminó envuelta.

Su idea era simple, si Miguel tomaba sus pantalones de niño grande y le decía a Hiro sus sentimientos era seguro que el genio rechazaría la cita con Marco y todos felices.
Miguel por su parte cuando escuchó sobre la cita primero se puso a maldecir en tres idiomas diferentes y fuera de estar de acuerdo con su sensata idea, pensaba que la mejor opción sería confrontar a Marco antes de que fuera a su cita que lo encerraran en alguno de sus departamentos evitando que saliera y así Hiro no lo perdonaría.

Esa fue la idea más loca y extremista, definitivamente de no estar ahí Kyle probablemente Miguel se las hubiera arreglado para cumplir con ella. La última idea estupida ni siquiera se les ocurrió a ellos. Fue sugerida por Kubo el cual se coló a su reunión super secreta. Bueno, su reunión fue en una mesa del luckycat cuando el músico salió de clases y bueno por eso Kabutomushi terminó también dando sugerencias, pero al menos era un punto medio entre el posible secuestro de una persona y la idea de usar sus sentimientos como ventaja.

El día terminó todos medio conformes con la idea, y así fue como acabó en ese lugar.

Esa mañana, Marco, como todo un caballero pasó por Hiro al café. Miguel conocía bien a su mejor amigo y por esa razón los tres espías ya se encontraban en el lugar.
La pareja se fue en un uber el cual Kyle siguió de cerca en la motocicleta mientras los otros dos músicos cumplieron su fantasía de tomar un taxi y pedirle que siguiera a sus amigos.

Ninguno se esperaba terminar en el parque de diversiones de San Fransokyo.
—Me esperaría esto de Kubo, incluso de mí... ¿Pero Marco? ¿Un parque de diversiones para la primera cita?

—No, no. Tanto él como Hiro llevan semanas hablando de la nueva super montaña rusa. En realidad es una jugada bastante inteligente.— Afirmó Kyle que de reojo miraba a los dos chicos alejarse mientras Kubo compraba los boletos para entrar.
Miguel no opinó más, había escuchado a ambos emocionados por dicho juego y ni así se le hubiera ocurrido tener una cita en ese lugar, de cierta forma lo veía poco romántico.

—Vamos chicos, o los perdemos.— el asiático del parche sonreía con los boletos en mano.
—Kyle apurate ya estan avanzando.— Exclamó el japones más exasperado empujando al cocinero al verlo perdido en sus pensamientos.
Así es como terminaron por pasar todo el día siguiendo a la pareja en su cita.

Hiro estaba nervioso, no sabia que pensar respecto a su "cita" con Marco, bueno se pasó toda la semana negando que fuera eso y afirmando que era una salida amistosa. Aún así estaba nervioso, Marco llegó temprano por la mañana y después de negarle la información de a donde irían tomaron un uber previamente pedido por el músico.
El viaje fue tranquilo, no estaba del todo acostumbrado a estar a solas con Marco, usualmente se encontraban en el café con el resto de sus amigos pero ahora solo eran ellos dos, apenas Marco abrió la boca Hiro se tensó comenzando a imaginar las miles de obscenidades que iba a recibir.

—Hiro, luces muy bien hoy. Gracias por aceptar.— Esa no se la esperaba, Marco tenia un muy ligero sonrojo y el asiático río por lo bajo.

—Tu también luces bien Marco.

—Bueno, eso es obvio. ¡Soy yo!

—¿Estás insinuando que en mí es extraño que luzca bien?

—¿Qué? ¡NO! No, no, no, no, no quise decir eso.— Hiro no pudo aguantar la risa en esa ocasión y un poco mas relajado Marco lo acompañó en ella, el azabache tenia una risa muy linda y le gustaba escucharla.