Como Enamorar.

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Era un precioso día nublado, la temperatura era cálida pero de lo más agradable, el clima ideal para celebrar una boda, ocasión que en efecto estaba llevándose a cabo en ese preciso momento.

—No puedo creer que se esten casando, han pasado seis meses, ¿no crees que es un poco apresurado para esto?

—Kubo, ya relajate. Así es el amor joven, déjalos disfrutarlo.— El chico del parche negó con una mueca.

—Ay por favor, dime que si Leo te hubiera pedido matrimonio, no habrías hecho exactamente lo mismo.—Afirmó el asiático mayor con una sonrisa de burla, a lo que dejo al otro sin palabras.

Del otro lados de los padrinos la cosa era bastante similar.
—Siento que esto es demasiado rápido.—Aseguró el mexicano mientras veía la ceremonia e intentaba susurrarle a su acompañante.

—No lo sé, creo que es de alguna forma hace sentido con esos dos, además... Mira lo felices que se ven.— Respondió el contrario notando la mirada de la señora que ofrecía la boda sobre él, por lo que dejó de hablar de inmediato.

—Bien, y ahora por el poder otorgado a mí por hospicesusbodasqueer.com yo les declaro oficialmente casades, pueden sellar su juramento con un beso.— La mujer de extravagante peluca rosa, maquillaje dramático y hermoso vestido de lentejuelas estaba al borde del llanto, no era la primera boda que hospiciaba todo lo contrario ya tenía un par de años en ese negocio de las bodas neutro-incluyentes pero es que la historia de esos dos era demasiado tierna.

Después de un beso corto pero cargado de sentimientos la feliz pareja avanzó a paso lento por el pasillo con la intención de subir al coche juntos y dirigirse al lugar de la fiesta.
Para ese momento todos los padrinos de ambas partes se reunieron al centro.

—No puedo creer que de verdad se hayan casado tan pronto esos dos.— Exclamó Kubo aún en bastante shock por ello.

—Lo que yo no puedo creer es que tu y yo tuviéramos que ponernos Kimonos de mujer para la ceremonia.— Se quejó el genio de la robótica en su adorable kimono rosa con pétalos de sakura que hacía juego con el de Kubo.

—Te dije que mi abuelo me lo pidió como regalo de bodas y simplemente no pude negarme además no es mi culpa que la mamá de Kyle y su cuñada no pudieran llegar a la ceremonia y se quedaran sin damas de honor.

—Lo siento, no es fácil viajar desde china a Estados unidos cuando avisaron solo tres días antes que se iban a casar, tenemos suerte que siquiera vayan a llegar y eso es porque quieren darle la bienvenida a la familia a la "encantadora nieta" de Raiden.— Kubo se tornó colorado, estaba seguro que su abuelo lo habría hecho vestir de mujer sin importar si había otras chicas o no, pero al menos sin las otras madrinas había podido obligar a su amigo a usar el mismo traje que él y no ser humillado solo.

—Bueno a mi aún me parece apresurado pero debo admitir que así me veo muy guapo.— Dijo Marco que portaba un Montsuki o kimono formal para hombre al igual que Kyle.

—Ten en cuenta que ellos ya son mayores, saben bien lo que quieren.— Aseguró Miguel que se levantó de las bancas de los invitados al terminar la ceremonia y se acercó a entrelazar su mano con la de su novio, contrario al genio, el no se quejaba en lo absoluto de la decisión de ponerle a su novio ese encantador kimono.
Hiro le sonrió con dulzura al sentir su mano y se giró para darle un beso rápido.

—¿Alguien podría al menos explicarme porque la elección de la oficiadora?

—Eso es fácil, la mayoría de sus nuevos amigos incluida ella, los hicieron en las lecturas de la biblioteca y son personas con distintos pronombres, orientaciones sexuales, y bueno, no querían que se sintieran excluidos además la señorita estaba bastante alegre al parecer es la primera boda hetero y de personas mayores que le toca hacer.— Le respondió Takachiho a Marco mientras le restaba importancia, sinceramente había sido peculiar pero por otro lado era tierno que sus abuelos se preocuparan por la inclusión y respetar a otros.

Como enamorar a un mesero huraño. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora