Ramos.

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-Caaaanto al pie de tu ventana, pa' que sepas que te quiero.- resonó la melodía haciedo eco por toda la calle de la casa de Kyle.

Era un canto no muy bueno, pero bastante potente, los tres chicos de origen oriental se asomaron por el gran ventanal de la sala, pero el cancel que había en la cochera les impedía bastante la vista.

-Tú a mí no me quieres nada, pero yo sin ti me muero.- Una vez terminaron a la solitaria voz que solo le acompañaba una guitarra se le unieron violines, trompetas y más instrumentos.
Completamente consumidos por la curiosidad los tres chicos decidieron salir para ver de quien se trataba.

Kyle tomó una cubeta con agua fría, no estaba seguro de quien seria el misterioso trovador pero si estaba convencido de que lo correría lo antes posible de su casa.

Una vez afuera los tres se quedaron sorprendidos de encontrarse con no otro que Leo, en un traje negro de charro y tocando la guitarra. Y a su lado algunos chicos con vestimenta similar, algunos de negro y otros de blanco que tocaban el resto de los instrumentos.

Kubo no perdió tiempo en acercarse a la cerca que delimitaba la propiedad de Kyle para tener una mejor vista de su guapo no novio en su traje.
Comenzó una nueva canción, acordes suaves y precisos de parte de todos los músicos.

-Hermoso cariño, Hermoso cariño que dios a mandado a ser destinado nomas para mí.- Cantó ligeramente desafinado el moreno. Pero a pesar de si ser un músico y conocer de voces bellas para Kubo esta era la canción más hermosa y perfecta que había escuchado, solo por ser Leo quien la entonaba.

-Precioso regalo, precioso regalo del cielo a llegado y que me a colmado de dicha y amor.- Leo se acercó hasta él y Kubo pasó su mano entre los barrotes para alcanzar al moreno, pero desistió al ver que no podría alcanzarlo.
Pero el mexicano notando las intenciones del chico que le gusta dejó la guitarra de lado y tomó la mano de su amado.

Los mariachis continuaban tocando mientras Kyle y Hiro miraban la escena totalmente enternecidos. Ambos se negaran a decirlo en voz alta, pero sintieron un poco de envidia por Kubo, era un detalle realmente romántico. Accidentalmente sacaron un pequeño suspiro Kyle intentó disimularlo con un bostezo fingido y Hiro lo hizo pasar como si tuviera frio y sacara aire para calentar sus manos.

Leo deshizo el agarre un momento y se fue de la vista de los chicos re apareció apenas unos segundos después con un enorme ramo de rosas rojas y moradas.

-Hermoso cariño, hermoso cariño ya estoy como un niño, con nuevo juguete contento y feliz.
No puedo evitarlo y quiero gritarlo, hermoso cariño que dios a mandado nomas para mí.- a Leo se le unieron un par de voces más fuertes y afinadas entrando a escena cierto mariachi de traje tinto y su fiel amigo de traje azul rey cantando con fuerza.

Cada uno traía consigo un ramo de rosas Miguel cargaba rosas rosas y amarillas, mientras Marco tenia rosas rojas y azules.

-Hermoso cariño, hermoso cariño ya estoy como un niño, con nuevo juguete contento y feliz.
No puedo evitarlo y quiero gritarlo, hermoso cariño que dios a mandado nomas para mí.- terminaron los tres al unísono hincados sobre una rodilla y frente a uno de los chinos.

Los tres asiáticos estaban completamente sonrojados y con el corazón latiendo velozmente. Ninguno de los seis muchachos se movía.

-¿Que están esperando? ¡Salgan! No los van a morder.- Gritó cierta chica morena de traje negro que sostenía una trompeta, la cual recibió un codazo por parte de su esposa Julie que vestía de igual manera y sostenía un violín.

Como reaccionando ante las palabras de Melissa, Kyle se apresuró a abrir la pequeña puerta para dejar que los chicos recibieran sus ramos.

Kubo fue el primero en salir y corrió directo a abrazar a Leo, Hiro se mantuvo cerca de la propiedad sin acercarse a nadie realmente mientras Kyle se mantuvo recargado sobre la puerta del cancel observando.
Una vez Kubo soltó a Leo el moreno avanzó a paso lento hasta llegar a Hiro y extenderle el ramo de rosas.

Como enamorar a un mesero huraño. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora