Último Amor [Steve Rogers & ___]

Prólogo

Revisaba el perímetro, lentamente me acercaba a un largo y algo tenebroso pasillo, la oscuridad y la humedad eran mis únicas compañeras en la búsqueda de enemigos.

—Barton estatus— escuché a Fury a través del auricular, se escuchaba algo cansado, al igual que yo, llevábamos días buscando esta base, ¿Y para qué? Para encontrar solamente a un par de soldados de H.Y.D.R.A y nada de información útil sobre algún plan en contra del mundo.

—Todo está libre— respondí aún sin bajar la guardia, presentía algo, pero no sabía que era, solamente sentía que no estaba solo, tenía la sensación que me estaban observando, así que no me iría hasta revisar habitación por habitación.

—Entonces sal de ahí muchacho— respondió Fury.— Debes volver a casa, hay más trabajo por hacer— me dijo.

—No lo sé Fury— hice una pausa, abriendo una puerta, verifique que nadie estuviera ahí y proseguí con las demás.— Desde hace un rato, tengo la sensación de que están observándome— respondí.— Asi que no me iré hasta revisar cada habitación.

—Tómalo con calma chico, sé que es tu primer misión, pero no debes sospechar de todo a tu alrededor— me dijo un tanto divertido.— Entonces te veo en la base muchacho, ten cuidado.

—Claro Fury, siempre lo tengo— respondí apagando el auricular para seguir abriendo puertas.

Al llegar a la última puerta, sentí la presencia de alguien, pero cuando revise, no había nadie del otro lado, solté un pequeño bufido, no había nadie y yo perdí mi tiempo, baje mi arco y estaba dispuesto a irme, cuando de pronto alguien me golpea, haciéndome caer de frente, rápidamente gire en el suelo y le apunte con una flecha, pero no vi a nadie.— ¿Qué carajo?

Y de pronto alguien cae encima de mi, pude ver que era una chica la que estaba golpeandome fuertemente en la cara, logro darme un par de golpes, pero en un movimiento rápido de mi parte, logré golpearla en la cara y ahora yo quedé encima de ella, le sujete las muñecas y por más que ella forcejeaba, no logró zafarse de mi agarre.

—Hey tranquila— le dije dulcemente a la chica.— No te haré daño, soy chico de los buenos— poco a poco ella dejó de luchar y se tranquilizó un poco, era muy joven para estar es este asqueroso lugar.— ¿Qué estás haciendo aquí?— le pregunté pero ella no respondió.— ¿Cuántos años tienes?— pero ella seguía sin responder, tan solo me veía entre asustada, melancólica y triste.— ¿Cual es tu nombre— insistí.

—No lo se— respondió ella en un hilo de voz.—No recuerdo quién soy— y dicho esto, comenzó a llorar la chica.

Hola a tod@s los lectores, este es un nuevo proyecto en el que estoy trabajando, si veo que recibe comentarios positivos comienzo con él.
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