10.

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Bajé a la cocina y los chicos estaban ahí, mi pastel de cumpleaños tenia una vela y Nat junto con Sam cantaban la canción de feliz cumpleaños otra vez. Estaba feliz, eso no lo niego, aunque quisiera que Clint estuviera aquí, bueno también Steve. Me acerque al pastel, aún con mi enorme sonrisa, sin dejar de mirarlos.

-Antes de que apagues la vela, debes pedir un deseo- me dijo Nat -Ya después puedes apagarla-

Yo pensé en algo, la verdad no sabía que pedir... Tengo amigos, a Clint que esta con su familia, técnicamente lo tengo todo, algo se me vino a la mente y justo en ese momento soplé la velita, apagandola a la primera, los chicos comenzaron a aplaudir y Nat me pasó el cuchillo para empezar a partir el pastel.

-¿Qué fue lo que pediste?- preguntó Sam

-No te lo diré- le respondí -Si lo hago, no se cumplirá y tendré mala suerte, así que jamas lo sabrás- sonreí 

-¿Alguien pidió de regalo a un sexy soldado de otra era?- me preguntó Nat, ella sabía lo del beso ya que se lo conté para pedirle consejos sobre que hacer o más bien qué decirle a Steve cuando regrese de Wakanda.

Yo rápidamente negué, ruborizándome por completo.-

-Pues es una lastima, porque entonces no se qué hace aquí, cuando él dijo que volvería en una semana- sonrió.

Confundida, gire hacia la entrada y si, efectivamente ahí estaba Steve, sonriendo ampliamente, una gran sonrisa se dibujo en mi rostro, él dejo su mochila en el piso y caminó hasta mi, cuando estuvo cerca, me envolvió con sus brazos en un cálido y tierno abrazo.-¿Qué haces aquí?- fue lo primero que se me ocurrió decirle, aún sin soltarlo.

Él río.-Esperaba otra bienvenida diferente, no con una pregunta cómo esta- hizo una pausa -Pero estoy aquí porque por ningún motivo del mundo iba a perderme tu cumpleaños ____- dijo esto último pegándome más contra su pecho.

-Am... creo que... nosotros los dejamos- dijo Nat, tomando su pedazo de pastel y subiendo las escaleras rápidamente -Muévete Sam, necesito hablar contigo-

Sam bufó.- Quería al menos terminar mi pastel- hizo un puchero mientras tomaba su pastel y subía las escaleras.

-¡Sorpresa!- dijo Steve con una pequeña sonrisa, apartando a la chica de su cuerpo, pero aún quedando algo cerca -Feliz cumpleaños ___-

Ella sonrió.- Gracias... y perdón por la pregunta, pero es que de verdad me sorprende verte aquí cuando me dijiste que volverías en una semana- hice una pausa -Pero igual me alegra que estés aquí-

-Ya te dije, no podía perderme tu cumpleaños- hizo una pausa -Debía ir a ver a Bucky, asegurarme que estaba bien y que podría volver a ser el mismo de antes...- soltó un suspiro -Pero después recordé tu cumpleaños y sabía que debía volver, además tuve que ir por tu obsequio- sonrió ampliamente mientras sacaba de su bolsillo una pequeña caja color azul -Espero y te guste-

Tomé la caja y con mucho cuidado la abrí, dentro tenía un pequeño collar, el dije era un pequeño escudo, más bien era el escudo del capitán américa en diminuto, tenía los mismos colores y todo, una enorme sonrisa apareció en mi rostro, se me hizo un gesto bastante tierno, le dí la vuelta al dije, pude ver que tenía escrito en letra cursiva: Recorrería el mundo entero, por ver tu sonrisa de nuevo.

Levante mi mirada y me encontré con Steve mirándome curioso, le dediqué una enorme sonrisa y rápidamente lo abracé con todas mis fuerzas.- Esta hermoso Steve, muchas gracias- sentí como se tensó un poco al abrazarlo, pero no me importó, este había sido uno de los mejores regalos que me habían dado.

-Por nada, que bueno que te gustara- me respondió.

*****

Estaba en mi habitación, aún sonriendo como boba enamorada recostada en mi cama, viendo el pequeño collar que Steve me había dado, era hermoso, y el hecho de que volviera antes de su viaje, me hacía emocionarme aún más.

-¿Puedo pasar?- preguntó Nat, yo asentí y ella entró, sentándose a mi lado -Esta hermoso tu collar enamorada, deja te lo pongo- tomó el collar de mis manos y me ayudó a colocármelo -Se te ve hermoso, combina perfecto con esa sonrisa que tienes- rió.

-¿Se me nota mucho?- pregunté un poco apenada, Nat asintió en respuesta -¡Rayos! Es que... o sea, me gusta Steve, y al parecer, creo que yo también le gusto pero... ¿Y si solo yo siento esto? ¿Si ambos lo sentimos y no funciona?...- empece a tener una pequeña crisis, jamás me había imaginado que terminaría enamorándome de alguien, y mucho menos de alguien como Steve -¿Qué tal si yo he lastimado gente y no recuerdo nada y cuando recuerde Steve me juzga o...-

-Suficiente- me interrumpió Nat -Primero tranquilízate ¿Si?- hizo una pausa -Steve es un chico sumamente entregado y creeme, si siente algo por ti, no dudará en ponerte primero ante todo, no creo que te juzgue, porque él no es de esa clase de personas, cree plenamente en ellas, así que por eso no te preocupes- le dedico una sonrisa -Sé que estas asustada, tienes miedo a lo que estas sintiendo y no te culpo, también lo he sentido, pero ese sentimiento te ciega e impide que des el siguiente paso, que seas feliz, así que deja de pensar que algo malo sucederá y por favor... permitete ser feliz y disfrutar el momento-

En ese momento, abrace a Nat por su maravillo apoyo y consejo, ella me respondió el abrazo y estuvimos así un par de segundos, hasta que lentamente ella se fue separando.

-Y por cierto... Ponte el regalo que te dimos hoy, alguien- hizo comillas al decir eso -Te tiene preparado algo, así que ponte hermosa y por favor, deja de pensar tonterías-

*****

Eran las ocho en punto y yo tenía puesto el regalo de los chicos, de verdad me veía bien, no me había maquillado mucho, más que algo de labial y rimel y me había planchado el cabello, una sonrisa apreció en mi rostro al verme frente al espejo. Nat fue por mi a mi habitación, y después de halagarme, me guió hasta el techo, en donde había una mesa bien decorada, con velas, un lindo mantel color vino, dos mesas, un carrito con comida al lado. Un pequeño pasillo con luces led color blancas y a Steve parado al final de este, se veía claramente nervioso, pero aún así seguía viéndose bastante guapo, con su camisa azul marino, un pantalón negro y haciendo juego un cinturón y zapatos negro.

Nat me dejó ahí, deseándonos una bonita velada y se fue, Steve se acercó a mi, se notaba nervioso desde lejos, y quería calmarlo, pero yo estaba igual, me aterraba decir algo fuera de lugar y que pensara que soy rara... bueno, vengo de otro planeta, eso me da puntos de rareza.

-Te ves hermosa- me dijo sonriendo y sacándome de mis pensamientos

-Gracias- me sonrojé -Tu también te ves bien-

Caminamos entre el hermoso pasillo hacia la mesa, al llegar, Steve hizo de lado la silla para que me sentara y después el tomó asiento delante de mi. La cena comenzó al principio todo fue silencio incomodo, pero tomando él la iniciativa de querer charla, comenzamos a hablar de cualquier cosa, riéndonos de nuestros malos chistes e incluso pensando en el futuro.

-¿Y que tal esta Bucky?- pregunté comiendo un poco de mi postre, pastel de zarzamora.

Me miro, no habíamos tocado ese tema, y la verdad es que si tenía algo de curiosidad saber que tal estaba su mejor amigo.- Esta mejor- me respondió -O al menos eso es lo que él dice, pero no se, lo veo mucho mejor- sonrió de lado -Estuvimos charlando y la verdad, yo siento que es él, mi mejor amigo volvió, me ayudó con tu regalo y además, esta ansioso de conocerte- 

Yo reí.- ¿A si? También me gustaría- respondí -Aunque no entiendo porqué quiere conocerme-

-Quiere saber quien es la chica que me trae loco- respondió Steve como si nada, yo lo miré sorprendida, pero él parecía que no se había dado cuenta de lo que había dicho, después su mirada se posó en mi y comprendió sus palabras .- Yo.. am...- empezó a balbucear -Creo que... es un buen momento para hablar de esto- soltó un gran suspiro, pero yo aún seguía en shock -Lo que pasó antes de irme... ____ creo que yo... creo que estoy...-

Un ruido llamo la atención de Steve, quien inmediatamente volteó, yo imité su acción y pude ver, en la orilla de la playa, una nave algo parecida al quinjet, que se estacionaba ahí. Ambos nos levantamos y rápidamente fuimos a ver, al llegar, la nave se abrió dejando ver a un hombre de mediana edad, alto y con una postura elegante y con algo de grandeza.

Rápidamente sus ojos viajaron hasta mi.- ¿Hija?- preguntó 

Último Amor [Steve Rogers & ___]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora