𝐈𝐍𝐃𝐄𝐋𝐄𝐁𝐋𝐄 ©J.JK #1

⸙ᴄᥲρᎥᴛᴜᥣ᥆ 07

—¡Isabella! ¿Desde cuándo estas detrás nuestra?– Irene se dió la vuelta y se llevó una mano al corazón.

-- Lo suficiente para saber que os gustaría ver el cuerpo de los chicos...-- rió

Irene chilló en frustración.

--¿Queréis vernos de esa manera? Que pervertidas sois...– Jimin tapó su cuerpo en forma de burla.

--¿Qué? ¡No! Lo dijo ella-- me defendí.

--¡Pero seguro que lo pensaste!-- recalcó Irene.

Hice una mueca y miré a otro lado.

Miré por los grandes ventanales del pasillo, admirado el campo y el bosque.

Noté que algo se movía a lo lejos, algo... ¿Rubio? Me quedé observando ese punto por un momento. Cuando pensé que iba a salir algo interesante, vi que era solo una persona.

De algún modo me quedé decepcionada.

Noté un cuerpo detrás, levanté mi cabeza encontrándome con Jungkook en una camisa negra de tirantes que observaba lo mismo que yo.

--De tal palo, tal astilla...-- pronunció con su ronca voz–- malditos cazadores-- susurró.

Levanté mi cabeza otra vez, observando como su mandíbula se tensaba.

Se me hacía imposible no mirarlo, era raro... Me parecía interesante. Jungkook me llamaba la atención. Podría pasar horas mirándolo.

El susodicho bajo su cabeza para encontrarse de nuevo con mi mirada, pues él era enorme a comparación mía.

Me dedicó una leve sonrisa y se colocó a mi altura.

--¿Ves ese chico Caperucita?-- preguntó mientras que lo señalaba.

Asentí con la cabeza.

-- Es el hijo del cazador Richard y de la directora amargada, su nombre es Arthur. Todas las mañanas acompaña a su padre a recoger las trampas y luego viene a clase.--

Espera...¿De la directora? Oh...

-- Ten cuidado con él pequeña. Lleva la sangre de un asesino-- su voz era firme, llena de advertencia.

Volvió a su estatura normal y se separó de mí para entrar en el gimnasio con los demás chicos.

Parpadee varias veces, mirando a aquel chico llamado Arthur.

¿Que tuviera cuidado con él? ¿Que me quieres decir con eso Jungkook?

-- Yoora, ¿vienes?-- Isabella tocó mi hombro haciéndome dar un respingo.

-- Eh, si claro...--

Empezamos a caminar y noté que Isabella caminaba un poco raro, casi iba cojeando.

Fijé mi vista en su tobillo derecho, el cual estaba vendado. Miré su pierna en confusión. Ayer no tenía ninguna venda y tampoco daba inicios de caminar mal.

--¿Que te ha pasado?-- pregunté

Isabella me miró como si hubiera dicho algo estúpido, pero luego vio mi vista en su pierna.

--Oh, esto... Hoy por la mañana me caí en la ducha... Estaba bailando, siempre lo hago. Pero esta vez resbalé.--

--¡Ten más cuidado mujer! ¿Que hubiera pasado si te golpeas en la cabeza eh?-- Irene comentó enfadada.

--No te preocupes cielo, no volveré a hacer, te doy mi palabra-- le guiñó un ojo.

Irene se sonrojo y asintió.