⸙ᴄᥲρᎥᴛᴜᥣ᥆ 12

24.4K 2.5K 1K
                                    


El sonido de un fuerte trueno me despertó de golpe, las gotas de agua chocaban fuertemente en la ventana, como si quisieran romperla.

Miré la ventana con pavor, recordando aquella noche en la oscura habitación.

Otro rayo se hizo presente, siendo acompañado de aquel sonido estruendoso.

Mi cuerpo empezó a temblar de nuevo, y mis ojos empezaban a picar junto a mi garganta.

Cerré mis ojos con fuerza, y intenté pensar en otra cosa, pero me era imposible. No lograba calmarme.

Unos brazos cálidos rodearon mi cintura, haciéndome girar y encontrarme con un pecho desnudo.

Levanté poco a poco mi cabeza, dejándome admirar los brillantes ojos de Jungkook.

Al mírale mi cuerpo y mente se relajaron, dejé de escuchar aquella tormenta y el agua golpear contra el cristal.

-- Te dije que te mantuvieras lejos de los lobos si no quieres ser devorada por uno-- pronunció.

-- No puedo alejarme de algo que me gusta desde hace años-- susurré aún mirando sus ojos.

Jungkook se quedó en silencio, yo en cambio no sabía a dónde mirar, pues lo único que tenía delante era su pecho fornido, el cual mis pechos estaban pegados y si alzaba mi cabeza me encontraría con sus ojos letales.

--¿Tienes calor?-- habló

--Eh, no...--

-- Estas muy roja-- tocó mi mejilla -- tus mejillas están ardiendo--

Va a delatarme

-- Es que... Estamos muy pegados ¿No?--

-- Puede ser.-- Jungkook se quedó mirándome una vez más y luego se separó de mí hasta salir de la cama.

Irene tenía razón, todos ellos eran unos dioses griegos. Un cuerpazo de infarto, muslos bien formados como todo su cuerpo y una pequeña cintura.

Sentí algo raro en mi cuerpo, como un pellizco que terminó como un cosquilleo aunque luego de unos segundos desapareció.

Jungkook se aproximo a la puerta del baño y entró en este. Me pareció que abría y cerraba los cajones

Al momento volvió a la cama con un bote en sus manos y habló.

-- Ponte boca bajo -- pronunció algo agitado.

--¿Por qué?--

-- Si curo antes tus quemaduras de la espalda, estas no dejarán cicatriz y no te dolerán. Vamos, date la vuelta--

Hice caso a sus palabras y me coloqué boca bajo, al momento note que cada una de sus rodillas estaban a cada lado de mi cuerpo.

-- No te alarmes, voy a quitar el gancho de tu sujetador--

--Bien...-- respondí por lo bajo.

Mi cara empezó a arder como nunca, estaba sintiendo mucha vergüenza, pero también temor.

Acto seguido volvió a palpar en mi espalda, parecía que estaba analizando las quemaduras.

--¿Por qué te han quemado la espalda? ¿Por qué te han castigado?-- empezó a preguntarme mientras esparcía algo frío en mi espalda descubierta.

Me removí un poco ante su toque, no me hacía daño, era cuidadoso. Trazaba cada lugar, sin dejar que ningún punto se le pasara desapercibido.

-- Escondí algo a mi madre.-- dije como pude, pues aquel pellizco se apoderó de mi cuerpo de nuevo.

Dios, ¿Que diablos es esto?...

--¿Qué escondiste?--

-- Escondí a una loba, mi tía me la presentó cuando era pequeña y la he mantenido lejos del alcance de mi madre. Ella odia todo relacionado con los lobos. Pero ayer la encontró, y esta mañana la mato delante de mis ojos.-- respondí con dificultad.

-- Lo siento...--

No respondí, pues el pellizco se estaba intensificando, pero no solo por todo mi cuerpo, sino más bien en una zona muy sensible y me estaba matando.

-- ¿Ella era como tú y yo?--

--¿Qué?--

-- La loba.--

--¿Que quieres decir?--

-- Sabes perfectamente lo que quiero decir, ¿La loba era como tú o como yo? ¿Alguna vez la has visto en forma humana?--

--¿Que estás diciendo? Era una loba común. ¿Como tú o como yo? Estás haciendo preguntas muy raras Jungkook...--

Este dejo de tocar mi espalda y estiró sus brazos para colocarlos en la almohada, manteniéndome presa bajo su cuerpo. A continuación se acercó hasta el punto de susurrarme al oído.

-- No me subestimes niña... Se más de lo que digo, pienso más de lo que hablo y me doy cuenta de mucho más de lo que crees.-- habló con un tono dominante. -- Dime Yoora, ¿Que son esas pastillas?--

-- Son para la anemia...-- respondí nerviosa.

--¿Para la anemia? No me engañas... Esas pastillas no son para la anemia, ni siquiera tienes.-- habló con obviedad.

--¿Cómo lo sabes?--

-- Nosotros podemos detectarlo, dime, ¿Te han hecho algún análisis?--

--Si...-- susurré

¿Que está pasando?

--¿Que ponía en el sobre cuando llegaron los resultado a casa?--

-- Mi madre no me dejó leerlos, dijo que sólo era anemia-- volví a responder con una molestia ahí abajo.

--No te creo.--

--¿Por qué?--

-- Desde que llegaste aquí tu olor me llamó la atención, no he podido quitarte los ojos de encima y tú tampoco a mí. Siento que debo protegerte en cualquier momento y no quiero dejarte sola... Me vuelves realmente loco Caperucita.-- su voz se volvió algo desesperada.

Suspiré entrecortada y mi cuerpo empezó a temblar de nuevo.

-- Sabes lo que soy ¿Verdad? Yo también soy como tú, soy un lobo Yoora.-- respiró pesadamente -- Y un alfa al lado de una Omega en celo es muy peligroso-- gruñó

¿Omega? ¿Lobo? Mi cabeza me da vueltas ante tanta información...

-- La pastilla que te tomaste ayer era un supresor, que oculta el celo y calma el cuerpo. Pero hoy no te has tomado ninguno.-- tragó -- ¿Cómo lo sé? Cuando fui al cuarto de baño note que en la caja de supresores solo había ocho de estos cuando ayer tenías nueve... Lo que te debiste de tomar hoy era una medicina de Irene.--

Su aliento chocó en mi cuello, haciendo que mis muslos se juntaran.

¿Por eso estoy tan excitada? Ni siquiera puedo pensar con claridad... Necesito aliviarme, esto es demasiado.

-- Yoora, no me lo estás poniendo fácil... Mientras más te muevas... Más loco me volverás-- gruñó -- Será mejor que me vaya ...-- se apartó bruscamente de mí.

No me vas a dejar así... Por favor.

Antes de que diera otro paso, lo volví a agarrar del brazo.

-- No Jungkook, no te vayas ahora... Haz que pare, ayúdame...-- sonaba demasiado desesperada, pero esto me estaba matando.

–– ¿Estás segura?– dejó escapar varios suspiros pesados.

Asentí en respuesta con los ojos borrosos.

–– Tú me lo has pedido... –– se acercó de nuevo ––Así que no te quejes luego de que te llamen la atención.-- susurró entrecerrando sus ojos dorados acompañados de una sonrisa.

𝐈𝐍𝐃𝐄𝐋𝐄𝐁𝐋𝐄 ©J.JK #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora