⸙ᴄᥲρᎥᴛᴜᥣ᥆ 15

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-- Eh...--

Intentaba dar una respuesta clara, o al menos inventar algo que le convenza. Obviamente no iba a decir : "Oh veras he puesto maquillaje porque tengo un montón de chupetones a causa de una noche erótica con Jungkook".

La miré con naturalidad, como si no estuviera ocultando nada y le respondí tranquilamente.

-- Oh bueno, me han salido unas ronchas en la piel y al rascarme se me notan más, por eso las he ocultado con maquillaje, para que no se vean ya que son muy feas-- respondí mientras tomaba la taza de café y la llevaba a mis labios.

--¿Y tú Jungkook? ¿Qué tienes en el cuello?-- preguntó Isabella con una sonrisa burlona.

¡Noo! Será idiota, desde aquí puedo ver los arañazos que le deje en el cuello. Estoy muerta.

Todos en la mesa dejamos de hacer nuestras acciones y nos fijamos en Jungkook, quién mantenía un rostro neutro.

Sería mucha casualidad que dijera que le picaba el cuello.

-- Uuh Jeon, ¿Has pecado?-- preguntó Taehyung acompañado de una risa.

--Lo que haga o deje de hacer no es asunto vuestro. Dejar de hacer preguntas estúpidas y seguir con el desayuno.-- su timbre de voz cambió haciendo mis bellos se erizasen.

Fue increíble, no hizo falta nada más para que todos los demás siguieran su trabajo sin decir nada más del tema.

Era el cabecilla del grupo, pero ¿que eran los demás?

Decidí dar un paseo por todo el campus, sola claro. Los demás iban a la piscina, pero a mí no me apetecía, no estaba de humor para ello.

A parte de que no me gustaba enseñar mi cuerpo, vale sí, Jungkook me ha visto entera pero no me preocupa mucho.

A veces soy muy insegura conmigo misma, no soy una persona muy delgada pero tampoco gorda.

Tenía un cuerpo normal, aunque según Irene tengo una buena delantera refiriéndose a mis pechos. Mis muslos son gorditos y debo decir que me encantan aunque a veces diga lo contrario al sentirme insegura.

Mi hermana era alta, y no es de extrañar que parezca modelo con su cuerpo. Delgada, pero sin llegar a los huesos. Ella salió más a padre, un famoso modelo que está viajando casi todas las semanas y solo viene a casa un par de veces al mes.

Qué puedo decir, me siento realmente bien cuando me muevo el sujetador por encima de la ropa para que Lily lo vea y se muera de envidia, aunque claro, eso no quita de que también es algo estúpido por mi parte.

Esta siempre está enseñando su "cuerpo perfecto" o su delgadez mientras se ríe de otras personas que no son como ella. Por eso cuando me ve lo hago a posta. Puede que ella tenga un cuerpazo bueno, o como dice ella, pero cada uno tiene sus gustos. Y además, ¿No es la personalidad lo que más cuenta?

A veces me da vergüenza ajena, cada uno tiene el cuerpo que quiere, pero no está bien reírse de otros.

Caminé sin rumbo, llegando a una vieja casa de madera.

Me acerqué un poco más y miré por la ventana, no se veía absolutamente nada.

--¿Qué haces ahí?-- una voz me asustó haciendo que golpeara mi cabeza con la ventana. --¿Estás bien?-- volvió a preguntar mientras yo tocaba mi cabeza.

--Si, no te preocupes...-- giré mi cuerpo encontrándome con Arthur, el cual tenía el cabello recogido en una pequeña coleta y a su espalda llevaba un saco en donde sobresalían varias armas.

-- Menos mal-- sonrió levemente y se dirigió a las dos puertas de la casa de madera.

Sacó una pequeña llave de su cuello y abrió el candado para luego arrastrar las puertas y entrar dentro.

Por impulso lo seguí, encontrándome de con un lugar lleno de trampas y artilugios para la caza.

Arthur se sentó en una banqueta y abrió la bolsa que portaba en su espalda, dejando caer las trampas para osos y dos escopetas.

Alcanzó un trapo y empezó a limpiar estás últimas.

Me miró de reojo y saco otra pequeña banqueta para colocarla a su lado.

-- Puedes sentarte aquí, ahí fuera hace mucho calor, será mejor que estés en la sombra-- siguió limpiando. --No voy a hacerte nada, no quiero que Jungkook me mate por tocar a su chica.-- rió leve.

--No soy su chica-- respondí mientras me sentaba a su lado.

-- ¿No? Pues pareces alguien especial para él--

-- ¿A qué te refieres?--

-- Te mira diferente-- me miró alzando un ceja.

--¿En qué te basas para decir eso?--

Arthur sonrió y siguió con su trabajo.

-- Me baso en que he estado con él en casi todos los cursos y siempre ha estado rodeado de tías. Sin embargo las evitaba o simplemente las ignoraba en su cara. Pero contigo es diferente, no te quita ojo y cuando hablas con él se le nota feliz-- cambió de arma.

--¿Haces esto todos los días? -- cambie de tema.

-- Así es, pero hoy tengo más trabajo ya que ayer y de madrugada llovió muchísimo y esto está lleno de barro--

-- Ya veo...-- jugué con mis dedos.

-- Fue muy raro, anoche no hubo ningún lobo merodeando por aquí y mi padre está que arde--

--¿Tu padre los odia? -- pregunté aún sabiendo que su respuesta iba a ser un si.

-- Los odia a muerte, y yo también-- me miró.

--¿Por qué? No son malos, si seguís amenazandolos puede que hagan algo...-- dije nerviosa.

-- Son bestias salvajes, uno de ellos le arrancó la pierna a mi padre cuando sólo tenía veinte años, los mismos que tengo yo ahora Yoora, Queremos evitar que suceda otra vez- -- Arthur corto su frase y se quedó en silencio. -- Solo... no te acerques a uno de ellos si lo ves, por favor-- suspiró.

-- No lo haré...-- mentí

--Lo digo en serio. Mi madre es como un halcón, tu madre y la mía fueron juntas a clase, y cualquier cosa rara que hagas se lo dirá.-- me apuntó con el dedo.

Genial, ahora tengo que ocultarme de la directora.

-- ¿Fueron también a esta Academia?--

Arthur asintió con la cabeza y señaló algo clavado en la pared.

Me levanté hacia donde apuntaba y observé una foto algo vieja y rota.

“Academia Roi D'or 4° A 1997”

Observé atentamente la foto, ya que estaba rota y desgastada. Aún así vi un par de rostros.

Una chica morena con lentes, sería con un flequillo que abarcaba toda su frente, al lado de ella estaba una chica rubia con el pelo atado en una trenza de lado y sonriendo sin enseñar sus dientes. Al otro lado un chico moreno con el pelo algo revuelto quién sonreía alegremente mientras lanzaba un puño hacia arriba y a su lado otra chica rubia con el pelo suelto quién hacia un signo de paz con sus manos mientras sonreía también.

En este momento no sabía quién era quién.

Lo que más me llamó la atención de la foto, fue el chico que estaba entre las dos chicas rubias, no le podía ver la cara pero era alto y tenía unos grandes hombros.

-- Oye Arthur, ¿Quién es este chico?--




𝐈𝐍𝐃𝐄𝐋𝐄𝐁𝐋𝐄 ©J.JK #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora