⸙ᴄᥲρᎥᴛᴜᥣ᥆ 09

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Jungkook se encontraba detrás de él, agarrando fuertemente su muñeca.

Su mirada estaba llena de odio y algunos destellos dorados se veían en sus ojos.

Arthur quitó su mano de la pared, en cuanto lo hice me aparté lo más rápido que pude de ahí para esconderme al cual conejito asustado detrás de Jungkook, pues a decir verdad, me sentía muy incómoda e intimidada por Arthur, no me gustaba la gente así.

Este quitó su agarre y habló.

--Dame eso.-- pronunció con autoridad.

Arthur lo miro sin expresión.

--Ahora. No me hagas enfadar Arthur, puede que seas el hijo de la directora pero eso a mí no me importa. Dame eso ahora mismo si no quieres que te vuelva a romper el brazo.-- amenazó.

Arthur chasqueó su lengua y le entregó la pequeña caja.

-- Nos veremos pronto-- Arthur comentó y salió por la puerta.

Jungkook me seguía dando la espalda, notaba como sus hombros subían y bajaban, como si hubiera corrido un maratón.

--Jungkook... ¿Te encuentras bien?-- comenté preocupada.

No me dió ninguna respuesta. Por un momento pensé que le estaba dando un ataque.

--Jungkook, mírame-- me coloqué delante de él, tenía la cabeza gacha y apretaba sus dientes.

Seguía sin responderme, este chico me estaba preocupando.

¿Que hago? ¿Que hago?

--¿Te... te encuentras mal?-- volví a preguntar, ladee un poco mi cabeza para poder ver mejor su rostro.

Sin que me diera cuenta, mi mano se movió por si sola y acaricié su rostro, al momento Jungkook abrió de golpe sus ojos mostrándome lo dorados que se encontraban.

Los cerró de golpe y con suma delicadeza sujeto mi mano para quitarla de su mejilla.

Volvió a su postura normal y me tendió la pequeña caja.

--Gracias...-- tomé la caja y la guardé en el bolsillo de la falda.

Miraba al suelo, intentado digerir lo que acababa de ver. Sus ojos eran dorados, no había duda alguna... Aunque, podría haber sido por la luz...

-- Volvamos con los demás-- pronunció con calma.

Asentí con la cabeza y caminé detrás de él.

Miraba su silueta, un gran cuerpo, rostro angelical y fuerza descomunal.

Tía Sook, entonces... ¿Ellos existen de verdad?

Aún con la mirada baja no pude evitar chocar con su espalda. Llevándome un gran golpe en la nariz.

--¿Estás bien?-- preguntó.

-- Si, no te preocupes--

Jungkook me sonrió con ternura.

-- Presta más atención al caminar la próxima vez Caperucita-- dijo mientras entraba a la sala.

--¡Por fin! Tardáis un poco más y me zampo vuestro desayuno-- comentó Isabella.

-- Lo siento...-- respondí con una sonrisa nerviosa.

-- Oye Yoona-- me llamó Irene.

--¿Si? ¿Que ocurre?-- le pregunté.

Irene me dedicó una mirada acompañada de un movimiento de cejas, como diciéndome «que-habréis-hecho-pillines»

¿Por qué pensará eso? Lo acabo de conocer...

𝐈𝐍𝐃𝐄𝐋𝐄𝐁𝐋𝐄 ©J.JK #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora