Ya es viernes beibis!
Adivinen quién naarraaaaa hoyy... ¡Exacto! El papi chulo de Dan.
Disfruten 😏😏
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DAN
El aire huele a alcohol y medicina, un asqueroso aroma que no me trae sino malos recuerdos de esta habitación con cuatro paredes blancas y de por sí todo blanco. Nunca me agradó venir a los hospitales, pero supongo que esta es la excepción. Mis dedos tiemblan en mi regazo, no soporto estar un minuto mas en este lugar.
Observo como un tigre la camilla en donde se encuentra cierto castaño recostado y con los ojos cerrados, con unas vías en cada brazo, una mascarilla de oxígeno y sus manos vendadas.
Los doctores dijeron que estaría bien, que ya había pasado antes y despertaría en unas horas. Aun así no siento ningún especie de alivio.
La silla en la que estoy se me hace fría al igual que mi alrededor, al igual que el cuerpo de Leo a quien le bajó la fiebre.
Hace rato hablé con su madre, no puede venir ya que está completamente ocupada y le prohíben salir de la empresa hasta terminar su trabajo. Aunque dejó de preocuparse al contarle que estaba bien. Son unos cabrones al no tener compasión de que su hijo esté ahora mismo en el hospital.
Apreté mis puños.
Ella no le vio problema de que lleve a Leo a mi casa, lo cual es un alivio, no resistiría estar más tiempo aquí.
Los chicos estaban aquí hace una hora, pero dijeron que ya debían irse y que tenían cosas que hacer, despreocupados cuando el doctor dijo que estaría bien.
Pero yo no me iría, quería verlo despertar con mis propios ojos, no puedo dejarlo solo aquí, en este frío cuarto de hospital, como una vez hicieron conmigo.
La puerta se abrió entrando por esta una enfermera. La miré fijamente cuando se acercó al cuerpo de Leo quitándole las vías y la mascarilla. Estaba a punto de irse, pero su tímida mirada se encontró con la mía completamente seria.
-El doctor dijo que podrías llevarlo a casa, la ambulancia está esperando -desvió su mirada.
-Dígale que no es necesario, lo llevaré en mi auto.
Asintió y salió de la habitación.
Me levanté de inmediato dispuesto a salir de aquí con Leo cuanto antes.
Lo despojé de aquella delgada manta y lo tomé delicadamente en mis brazos. Caminé por los pasillos del hospital con pasos decididos sin mirar a mi alrededor con mi rostro completamente inexpresivo. Contemplé el tranquilo rostro de Leo quien traía su cabeza recostada en mi pecho, las manchas moradas y rojas estaban más claras dispuestas a desaparecer. Alejé un mechón de cabello de su rostro, aun tenía las mejillas sonrojadas y los labios entre abiertos.
Me gustas.
Quién diría que de esos labios saldrían tales palabras, hasta ahora sigo un poco confundido ¿Le gusto a Leo? No debería sacar conclusiones apresuradas, aunque eso fue lo que dijo aquella vez. Esperare a que despierte para preguntarle.
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FÓLLAME ©
RomanceLeo no es como los demás chicos. Él carga con una enfermedad desde su nacimiento, la cual tiene como nombre "Der Reiz" causándole marcas en el cuerpo y calentura corporal. Debido a eso debe tomar unas pastillas especiales diariamente. Conocerá a chi...